lunes, 4 de mayo de 2020

Excursión X212: Torrelodones por Montealegría

FICHA TÉCNICA
Inicio: Torrelodones
Final: Torrelodones
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 9,4 Km 
Desnivel [+]: 197 m 
Desnivel [--]: 197 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 1

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Como el paso a la fase 0 del plan de desescalada por el Covid-19 permitía hacer deporte por el municipio, en horario de 6 a 10 o de 20 a 23, antes de las 8 de la mañana ya estaba con las zapatillas puestas para estirar por fin las piernas, después de más de mes y medio de estricto confinamiento.

Y para no forzar demasiado, que tanto encierro nos ha hecho perder la forma a todos, me propuse hacer una ruta facilita para probarme.

Desde la plaza de la Constitución de Torrelodones, a pocos metros de mi casa, inicie el recorrido, junto a la emotiva imagen de la bandera que desde comienzos de la pandemia ondea a media hasta, en señal de duelo por los fallecidos.

Eché a andar por la calle Real, lugar de paso de Felipe II en sus visitas al Monasterio de El Esorial. Estaba prácticamente vacía y me hizo pensar en la extraña sensación de poder sentirte libre solo por poder caminar por tu calle, sin otro motivo que justifique tu presencia en ella.

Al llegar a la rotonda del Dedo Gordo, crucé hacia el hospital. El paso por el puente sobre la A-6 vuelve a mostrarme la singularidad del momento: apenas circulan coches por la autovía, cuando un día "normal" hubiese estado atestada de coches dirigiendose a Madrid.

Tenía la sensación de haber salido por primera vez, tras un ataque nuclear, a un mundo sin gente. Desde que salí hasta volver no me crucé con más de diez en todo el recorrido.

Al llegar a la entrada del hospital NH, que ha colaborado con la sanidad pública en la lucha contra el virus, giré a la derecha para seguir por la calle Ribadeo, Ribadesella y Mieres, nombre que me evocan tiempos de vacaciones por Asturias y que ahora se antojan imposibles.

Del final de la última calle, surge a la izquierda una senda que baja a la explanada del punto limpio, a los pies del roquedal donde se alza la torre y que curiosamente esa misma noche vi como uno de los escenarios donde se rodó una de las escenas de un capítulo de La Casa de Papel, justo en la que aparece por primera vez Manila.

Cruzando el arroyo del Telégrafo, seguí la senda que enseguida sale a la izquierda, que conecta más adelante con otra de mayor anchura que se dirige en dirección este hacia El Gasco, con recorrido paralelo a las vías del tren.

Me impresionó lo verde y crecido que estaba todo, margaritas, jaras, amapolas hinojos, coloreaban y daban vida al paisaje. Sin duda, a la naturaleza le ha venido bien nuestro encierro.

Alcanzado el camino del Pardillo o de la Isabela, sobre el túnel de las vías, continué por la senda que paralela a ellas desemboca en la urbanización Montealegría, en la que nunca había estado, y que, para mi sorpresa, está recorrida por estupendos senderos entre pinos, encinas y jaras en flor, que hicieron su travesía de norte a sur muy agradable.

Por la salida a la calle Dr. Huertas alcancé enseguida la calle de la estación, pasando previamente junto al puente sobre las vías que da acceso a El Gasco, y donde, a poco metros se ubica la supuesta casa de Toledo donde preparan el primer atraco en la mencionada serie La Casa de Papel. Como veis, esta ruta, además de sus encantos paisajístico, está llena de alicientes para los muchos seguidores de este éxito mundial.

Al alcanzar la calle, me desvié por donde el restaurante La Pera, para continuar, a la derecha, por la calle Herrador y Vicente Téllez, dejando a la izquierda el colegio Lourdes hasta llegar a la parte de atrás del Padel People.

En la rotonda del Club de Campo giré a la derecha para internarme en la urbanización de Las Marías.

Subiendo por el Paseo Emilia Alarcos, llegé a la rotonda de la otra entrada a la urbanización. Me desvié a la derecha frente al puesto de control para, entre encinas y algún madroño y jaras, alcanzar la Torre de los Lodones, la emblemática atalaya musulmán que dio origen al pueblo allá por los siglos IX a XI y que tenía como misión vigilar uno de los caminos que se dirigía hacia los pasos de la Sierra de Guadarrama, el que en 711 utilizó Tariq para su avance por la parte norte de la península ibérica.

A sus pies se contempla buena parte de la Sierra de Guadarrama y medio Madrid a lo lejos,así como el pueblo a vista de pájaro y el abandonado a su suerte Palacio del Canto del Pico.

Retrocediendo un poco, descendí por una de las muchas veredas que surcan este bonito enclave hasta llegar de nuevo a la explanada del punto limpio. Pasando bajo los puentes de la A-6 entré de nuevo en la plaza de la Constitución, origen y final de esta desentumecedora y ansiada ruta que me supo a gloria y que se merece 3 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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