domingo, 10 de marzo de 2024

Excursión X465: La Catedral del Senderismo o de los 6000 escalones

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Benimaurell
Final: Benimaurell
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 14,6 Km
Desnivel [+]: 1.077 m
Desnivel [--]: 1.077 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 12

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
En diciembre de 2020, recién llegado al grupo, realizamos esta ruta que me sorprendió por su atractivo y singularidad. Prometimos repetir y, animados también por otros miembros del grupo, nos animamos a programarla para el sábado, pero la amenaza de lluvias hizo que la pospusiéramos al domingo.

Es un recorrido de gran belleza por los colores de sus campos, sus paisajes y por su historia. Además de los escalones, el trazado incluye: lavaderos, pozos, un túnel-mirador excavado en la roca y varios barrancos.

En la Marina Alta, situada en el entorno de la Vall de Laguar (nombre que proviene del árabe «Al-Agwar» y significa «las cuevas») y del desfiladero del Barranc de L’infern, próxima a las poblaciones de Fleix, Campell, Fontilles y Benimaurell se encuentra esta ruta, formada por 6.873 escalones, entre subidas y bajadas, excavados en laderas por los antiguos mozárabes.

Campell también es conocido como el “poble de Baix” (el pueblo de abajo); Fleix es el “poble del Mig” (del medio); y Benimaurell, el “poble de Dalt” (de arriba).

Es una ruta dura, pues tiene varias bajadas y subidas exigentes, por lo que se necesita buena forma física para realizarla, aunque no recorre ningún paso técnico o peligroso. Para minimizar el esfuerzo, la hicimos en sentido antihorario porque así se realizan 3 subidas y 4 descensos, de hacerla al revés serían 4 subidas y 3 descensos, nos ahorramos una subida.

Se dice que todo aquel que se precie como senderista debe realizar su “bautismo de fuego” en esta ruta, sin duda una de las más interesantes de Alicante.

Al no haber fuentes potables en todo el recorrido (de los pozos mejor no beber), nos pertrechamos de suficiente agua para poder completarla sin pasar sed.

Lo habitual es iniciar la ruta en el aparcamiento de Fleix, situado a la salida del pueblo, pero me prometí a mi mismo que de repetir la ruta, la iniciaría en Benimaurell, porque me supo muy mal que la vez anterior, después de llegar a este pueblo, ya cansados de tanta subida, tuviéramos que recorrer los 2 km que lo separan de Fleix. Otro motivo, y no menos importante, es que junto al aparcamiento se ubica el bar restaurante El Oasis, donde poder tomar el café antes de iniciar la ruta o las cervezas al terminarla.

Una vez todos reunidos en el aparcamiento de Benimaurell, iniciamos el descenso por la carretera que bordea el pueblo por el lado oriental, hasta dar con el sendero que se dirige hacia la fuente y el lavadero del pueblo. El día amaneció nublado y con una estupenda temperatura para caminar.

El lavadero estaba tomado por otro grupo, muy numeroso que atendía las explicaciones de la guía. Continuamos por el Camino de Cantorres, amplia pista en suave descenso, entre bancales, campos de cultivos y almendros que nos ofrecían sus primeras flores.

Poco antes de los 2 km, llegamos a la Font Grossa, adosada a un muro de la que manaba el agua por sus caños, y frente a ella, se encuentra el lavadero de Fleix, un edificio con 16 arcos que en su interior contiene un abrevadero y el propio lavadero, cubierto por un techo a dos aguas y que cuenta con unas veinticuatro zonas de lavado. Allí nos hicimos muchas fotos emulando lo que sería un día de colada de antaño.

Nada más pasar el lavadero, proseguimos por el sendero que nos sale a la derecha, el sendero circular de pequeño recorrido PR-CV 147, señalizado con marcas blancas y amarillas, que seguimos durante toda la jornada.

En suave descenso, nos esperaba un desnivel de unos 300 metros, en dirección noroeste. Pronto alcanzamos los primeros escalones de los más de 6.800 del zigzagueante recorrido, que algunos comenzaron a contar, para desistir al rato ¡como para llevar la cuenta!

Las zetas de bajada son impresionantes, una elogiable obra de ingeniería que perdura a lo largo del tiempo en admirable buen estado de conservación, que nos hablan del aprovechamiento de la naturaleza desde hace siglos.

La piedra seca, es decir, construir sin ningún tipo de argamasa, jugó un papel fundamental en estas tierras, tanto en márgenes de cultivos como en sendas, pozos, refugios, etc.

Poco a poco vamos perdiendo altura hasta alcanzar la cabecera del Barranco del Salto, que no llevaba agua, pero que cuando la tiene crea una impresionante cascada de unos 65 metros de altura, como puede verse aquí.

Al otro lado aparece una bella oquedad en el paredón que tenemos de frente, es El Forat de la Juvea, un gigantesco agujero tallado en la roca protegido por una valla de madera que nos permite pasar al otro lado del murallón para poder seguir avanzando.

Tras las fotos de rigor en tan espectacular paraje, continuamos descendiendo escalones, pasamos bajo lo que sería la cascada mencionada, de la que solo podemos ver el enorme socavón que ha labrado en lo que sería su zona de caída.

Solo unas bonitas pozas atestiguan hoy que por ahí pasa el agua, nos quedamos con las ganas de ver correr el agua.

Al otro lado del barranco, la senda continua al abrigo de un farallón vertical de color ocre y negro, muy horadado, desde el que se tiene unas magníficas vistas del barranco.

Descendiendo por los últimos escalones de este tramo, llegamos finalmente al lecho del río Girona que, como era de esperar en estas fechas, permanecía seco, mostrándonos su blanco y extenso manto de grava como si de una carretera se tratase.

El río Girona forma otra maravilla natural: separa la Sierra de la Carrasca o de Ebo de la Sierra del Migdia y atraviesa todo el valle de Laguar hasta llegar al embalse de Isbert, construido aguas abajo en 1944, aprovechando el estrechamiento del barranco, con la intención de conseguir embalsar las aguas de las avenidas del río Girona y disponer de reservas para la agricultura, pero no se tuvieron en cuenta las características geológicas del terreno (muy permeable) y el agua embalsada rápidamente es absorbida por el suelo. La visitamos en esta ruta del grupo.

Al llegar al punto de inicio del barranco, nos tomamos un respiro para reagruparnos antes de iniciar la subida.

En esta ocasión no nos desviamos hacia el Barrando del Infierno, como sí hicimos en nuestra anterior excursión, por lo que continuamos de frente, girando a la izquierda por la senda marcada con un montón de piedras a modo de hito.

Nos esperaba el ascenso más fuerte del día, en el que teníamos que superar un desnivel de unos 350 metros de altura, mayoritariamente por escaleras de piedra, que construyeron los mozárabes para poder cultivar estas agrestes tierras hasta su expulsión definitiva en 1609. Cada cual sube a su ritmo, lo que hace que el grupo se estire muchísimo.

El zigzagueante sendero nos ofrecía. conforme subíamos, unas vistas impresionantes del barranco, cruzamos el Paso de Biga  antes de internarnos, en su tramo más alto, en una zona arbolada, la única en toda la jornada, plagada de arbustos, algunos en flor, poco antes de alcanzar el Pozo de la Juvea, al que llegamos tras salvar un arroyuelo por una pasarela metálica, menos glamurosa que el bonito puentecillo de troncos que había antes.

Allí paramos para ver el profundo pozo y tomarnos el aperitivo de media mañana mientras esperábamos a los más rezagados, entre ellos un niño de unos seis años que iba haciendo la ruta con su padres y un hermano algo mayor. El pobre se negaba a seguir de lo cansado que venia, pero a partir de aquí, y tras darle unas chuches, no paró y llegó antes que nosotros a la meta.

De nuevo en marcha, seguimos por una amplia pista de tierra, que asciende pasando junto a unas casas, algunas medio en ruinas, otras algo más restauradas como la que tiene un par de lagartos dibujados en una columna de su recoleto porche.

Al final, llegamos a Juvees d´Enming un colladito en el que se encuentran unas casas con pozo, mesas y barbacoa, al que se puede llegar por carretera, por lo que también es un posible punto de inicio de esta ruta, por ello vimos bastantes coches aparcados en su explanada.

La senda continua por la izquierda de las casas, como indican varios carteles situados junto a ellas.

Nada más pasar por detrás de las casas, donde está el pozo, iniciamos un descenso de casi 250 metros que nos llevaría de nuevo al cauce del río Girona, solo que en la parte inicial del Barranco del Infierno.

Al principio pasamos junto a tierras de cultivo, pero enseguida la senda se precipita hacia el barranco entre matorrales, palmeras, romero, árboles con sus hojas desnudas y estupendas vistas, es quizás la parte más pedregosa del recorrido.

A nuestra derecha imponentes cortados de color ocre y negro, con grandes rocas desprendidas de los mismos en el suelo, a la izquierda el abismo del barranco.

A mitad del descenso penetramos en un pinar y enseguida alcanzamos la Font de Reinós, una bonita fuente construida en piedra de la que manaba un abundante caño de agua que se precipitaba por sus tres pilones, haciendo que toda la zona acabe empapada.

Continuamos el descenso entre pinos, con la senda sin apenas escalones y los pocos que hay están muy desdibujados. Cruzamos el río Girona y buscamos hacia la derecha el inicio de la segunda subida del día, señalizada con un poste del PR-CV 147.

De haber seguido el lecho del río hacia la izquierda, a cosa de unos 250 metros, nos hubiésemos encontrado con el inicio del tortuoso Barranco del Infierno, que a lo largo de unos 800 metros desciende de salto en salto por el desfiladero hasta llegar a la Cova Santa, una enorme cavidad donde el río se precipita desde gran altura, solo accesible con equipamiento de escalada y buen estado de forma, en el que no faltan los accidentes. Aquí relato de uno de ellos.

Nada más comenzar a subir los casi 250 metros de altura que nos esperan, vimos a la izquierda una cueva que bien podría servir de abrigo en caso de apuros. La senda serpentea por la Llometa de las Colmenetas pasando por tramos con piedras sueltas, algo resbalosas.

Conforme ascendíamos, las vistas panorámicas del Barranco del Infierno, a los pies de la Sierra de la Carrasca, se iban haciendo cada vez más espectaculares.

Al poco pasamos junto a un pozo, situado cerca de una ruinosa casa. Tiene poca profundidad, pero con agua. Desde aquí la senda recupera los escalones que en continuas zetas van subiendo la empinada loma hasta alcanzar Juvees de d’Alt.

El acercarnos a ver un par de profundos pozos y unas aviejadas casas que amenazan ruina, nos entretuvo un poco, a la vez que nos daba un respiro, tras el esfuerzo de la subida. A la sombra de los árboles decidimos parar a comer los bocadillos mientras llegaban los últimos del grupo.

Tras el reconfortante y largo descanso, continuamos ascendiendo por un bien marcado camino de tierra, llegando enseguida a un collado en el que hay otro profundo pozo y otras casas en parecido estado de ruina que las anteriores.

Dejando el camino, continuamos por el sendero, que a la izquierda inicia en este punto un descenso de poco más de 100 metros de altura hasta alcanzar el Barranco de Racons. dejando al inicio una casa en venta en buen estado y otras medio caídas más adelante, ambas a nuestra derecha y el pequeño Barranco del Tuerto a la izquierda.

Con un último tramo por escaleras en mejor estado que las anteriores, llegamos al fondo del Barranco de Racons, donde iniciamos la última, sinuosa y escalonada subida de unos 200 metros de altura, pero que por el cansancio nos pareció el doble.

De nuevo, conforme ganamos alturas, las vistas van siendo más sobrecogedoras e impactantes, apreciándose perfectamente la acción erosiva del agua en el modelado de los cañones y barrancos que nos circundan.

Tras las infinitas zetas perfectamente escalonadas, la subida nos conduce a la mayor altura del recorrido, con unas vistas espectaculares de todo el valle, a la que sigue una zona de campos de labranza, a las afueras de Benimaurell.

Desde allí, Descendimos hasta alcanzar el Camino del Pla, por el que continuamos la bajada.

Enseguida llegamos a la zona recreativa de la Font dels Olbis, dotada de mesas y bancos al cobijo de unos árboles, a la espera de recuperar sus hojas en cuanto llegue la primavera.

Un poco más adelante entramos en Benimaurell. Agotados pero felices de haber completado el más famoso sendero de Alicante, cargado de naturaleza e historia, más el añadido del imponente Barranco del Infierno, dimos por finalizada esta excursión tomando las cervezas, helados o cafés en el Oasis, entendiendo perfectamente el porqué del nombre.

Por todo lo relatado. esta preciosa ruta se merece la máxima nota, 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

lunes, 4 de marzo de 2024

Excursión X464: Cascada del Covacho y Arroyo del Endrinal

FICHA
 TÉCNICA
Inicio:  La Berzosa. Hoyo de Manzanares
Final:  La Berzosa. Hoyo de Manzanares
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,2 Km
Desnivel [+]: 317 m
Desnivel [--]: 317 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Tras las últimas lluvias, queríamos visitar la cascada del Covacho para verla con mucha agua, al contrario de lo que ocurre en verano, que se queda con apenas un hilillo.

Nos reunidos en el aparcamiento del Parque de la Berzosa, situado al norte de esta urbanización perteneciente al término municipal de Hoyo de Manzanares, echamos a andar buscando la pista de tierra que sale a la izquierda, en dirección norte, que de frente va a dar a un depósito de agua del Canal Isabel II y que a la izquierda bordea una casa con cruces y otros artilugios fabricados con hierros.

Un poco más adelante, el sendero gira a la derecha y desdeñando un sendero que sale a la izquierda, con una burda señal de peligro de muerte pintada en una roca, continuamos de frente, hasta dar con el sendero principal que viene de Hoyo de Manzanares.

Entre berrocales graníticos, continuamos por la senda que bordea la finca Las Bóbilas, cercada por una valla metálica, continuando en suave descenso hasta alcanzar, entre encinas y jaras, el arroyo del Cuchillar, que apenas llevaba un hilillo de agua.

Pasamos junto a una de las torres de descompresión del canal de Navacerrada, y enseguida, entre acacias, fresnos, olmos y zarzamoras, fuimos a dar con el arroyo de Peñaliendre, éste con algo más de agua que el anterior, y un poco más adelante, en línea recta, con la bonita cascada del Covacho y el precioso rincón donde se ubica.

Nos recreamos durante un buen rato contemplando este bello salto de agua de varios metros y su poza de aguas cristalinas, incrustada entre el Cerro Lechuza y el Cerro Covacho, que producen las aguas del arroyo de Peña Herrera que nace, a poco menos de dos kilómetros de aquí, en la Sierra de Hoyo y que poco más abajo junta sus aguas con el arroyo de Peñaliendre para formar el arroyo Peregrinos.

Junto a esta pequeña cascada se encuentra un banco y una mesa de piedra, donde poder descansar a la sombra, escuchando el rumor del agua al caer de la cascada.

Con pereza, por estar en un sitio tan encantador, una vez hecha la foto de grupo, continuamos el camino, cruzando un largo lanchar inclinado, que con agua debe resultar bastante resbaladizo.

Giramos a la derecha, para continuar paralelos al arroyo de Peña Herrera un pequeño trecho, porque enseguida dejamos el arroyo para continuar por un sendero, entre jaras que va rolando suavemente hacia  la izquierda.

Al pasar por la falda de Cerro Lechuza, me superó el deseo de subir a esta peña, situada a 1124 metros de altura, que siempre he visto desde lejos, dejé al resto de compañeros continuar por el sendero mientras me apresuraba a remontar campo a través la loma que culmina en una gran roca, que a mi me recordaba a una enorme cabeza.

Descendí hasta dar de nuevo con el sendero, en la zona conocida como Hilo Blanco, plagado de jaras y arbustos de gran altura  y tras superar un cerrillo descendimos en busca del arroyo del Endrinal, que cruzamos sin dificultad porque apenas llevaba agua.

A su orilla paramos a tomar el aperitivo de media mañana, rodeados de jaras, encinas, arbustos y rocas plagadas de musgo.

Tras el descanso, continuamos el descenso por la senda Piqueras, que baja de Peña Covacha, hasta dar con el camino de Torrelodones a Moralzarzal, descendiendo desde allí en dirección sur hasta llegar al arroyo Peregrinos.

Al inicio del descenso, pasamos junto a una casa abandona, que nos queda a la derecha, donde según cuentan, apareció un hombre ahorcado, el lugar desde lejos no parece muy agradable que se diga.

Un poco más adelante, al arroyo Peregrinos se le une el arroyo del Cuchillar, creando un humedal, entre fresnos y chopos, con una gran charca de especial belleza, que contrasta con el siguiente tramo de la ruta, mucho más árido, y que en dirección sureste nos llevó, entre encinas jóvenes y matorral hasta las explanadas del Parque de la Berzosa.

Pasamos junto a unas lagunillas que en verano suelen estar secas, pero que hoy lucían una fina capa de agua que la hacían estar preciosas.

Al alcanzar de nuevo el aparcamiento, terminamos así esta agradable excursión xon el agua muy presente y una variada vegetación que bien se merece 3,5 estrellas.

En el restaurante de El Cerrillo de hoyo de Manzanares celebramos el fin de la ruta con un estupendo menú que puso el broche de oro a la plácida jornada.
Paco Nieto

FOTOS

sábado, 2 de marzo de 2024

Excursión X463: Caldera del Gigante

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Algorfa
Final: Algorfa
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 11,9 Km
Desnivel [+]: 82 m
Desnivel [--]: 82 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 20

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta





TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Ruta conocida como La Caldera del Gigante, es sin duda una de las imprescindibles en la comarca da la Vega del Segura que, a pesar de ser la más llana de toda la provincia, no deja de tener rincones sorprendentes como, en este caso, el Paraje Natural Protegido del Hoyo Serrano enclavado en el Barranco del Calderón.

Iniciamos el primer tramo desde la población de Algorfa, que abandonamos a través de la carretera que une esta localidad con Almoradí.

Tras un kilómetro nos desviamos para alcanzar un camino que discurre paralelo al río Segura entre cañizos hasta llegar a un punto en el que realiza un cambio y entre naranjos y limoneros se adentra en el Barranco del Calderón.

Allí comienza el segundo tramo, por una pequeña rambla, el Hoyo Serrano, un espacio de alto valor ecológico con formaciones de bosque mediterráneo, siendo destacables sus valores geomorfológicos, geológicos, paisajísticos e incluso históricos, pues se hallan restos del Pleistoceno. En este punto realizamos una parada para reponer fuerzas.

Al adentrarnos en el barranco y en una oquedad de una de las paredes, encontramos una estampa que siumboliza un monigote hecho de ropa vieja a tamaño natural. Se trata de una tradición de esta zona denominada “Partir la Vieja”, en la que la “vieja” representa a la Cuaresma y los sacrificios y renuncias que suponen estos 40 días.

Para poder soportar esta época, el día que parte la cuaresma en dos se realiza un descanso y las personas suelen crear estos personajes a modo de mofa, saliendo al campo para celebrarlo con comidas junto a sus familiares y amigos.

A medida que nos adentramos en el barranco, el suelo se iba convirtiendo en rocoso hasta que únicamente pisábamos pura roca. En este lecho, el agua había excavado pozas y creado pequeños saltos (ahora secos) entre las que destaca la curiosa formación erosiva de origen fluvial denominada “La Caldera del Gigante” (se desconoce el origen del nombre), una gran poza labrada en la roca y uno de los puntos más atractivos del recorrido.

Tras varios kilómetros, abandonamos el barranco y salimos a un camino que nos llevó a una zona de urbanizaciones, que atravesamos para finalmente regresar a nuestro punto de encuentro

Aprovechando que en Almoradi se celebraba el Congreso Nacional de la Alcachofa 2024, nos desplazamos a dicha localidad, para poder disfrutar del festival gastronómico montado en torno a dicha hortaliza y en el que pudimos degustar distintas tapas y platos realizados con alcachofas.

Puntuación de la ruta: 3,5
Kika Silvestre