lunes, 15 de junio de 2020

Excursión X226: El Dinosaurio desde los Almorchones

FICHA TÉCNICA
Inicio: Los Almorchones
Final: Los Almorchones
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,4 Km 
Desnivel [+]: 587 m 
Desnivel [--]: 587 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 9

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Nuestra tercera ruta en fase 2 de desconfinamiento la dedicamos en ir a visitar al Dinosaurio de la Maliciosa, que con tanto encierro había estado muy solo sin senderistas con los que jugar.

Nuestra intención era dejar los coches en el aparcamiento que hay cerca del embalse de los Almorchones, pero al encontrarlo cerrado temporalmente por una barrera como consecuencia del estado actual de alarma, tuvimos que dejarlos en un ensanche de la calle del Río, en la urbanización más cercana al previsto.

Desde allí nos acercamos a la Presa del Baño, llamada así porque era donde los chavales de Navacerrada venían a refrescarse en verano, aunque oficialmente se denomina embalse de los Almorchones.

Bajaba con fuerza el río Navacerrada, que a poco de nacer en la Barranca, es el que llena esta pequeña presa. Por la senda que lo remonta, siguiendo su margen derecha hasta cruzarle por un puente, donde giramos en dirección noreste hacia el embalse de la Maliciosa.

A él llegamos después de pasar primero por la fuente de la Beceilla, donde hicimos una breve parada para refrescarnos, y tras salvar un portón, alcanzar el Collado de Majaespino.

Para evitarnos un tramo bastante incómodo, plagado de jaras y matorral, bordeamos el embalse por la izquierda y tras pasar un portón, continuamos en dirección norte remontando el arroyo de Peña Jardinera, que nos quedaba a nuestra izquierda.

Al poco, rectificamos hacia la derecha, buscando una senda que nos llevara a la cuerda de los Asientos, donde habita Dino. La senda no aparecía y tuvimos que improvisar un paso entre jaras y riscos que hizo que nos arrepintieramos de nuestra variante. Menos mal que un poco más adelante dimos con la senda, que en dirección sureste, cruza la ladera de Matas, con excelentes vistas hacia el embalse, y va a dar a un collado cercano al Pico Jarator.

Desde allí, continuamos el ascenso por la cresta de los Asientos, remontando riscos que ofrecían bonitas vistas conforme ganábamos altura. Al internarnos en la zona más pedregosa, con formaciones rocosas singulares, como la que se asemeja a un tiburón, con el que nos hicimos fotos simulando que nos devoraba.

Tras la diversión, continuamos el ascenso entre curiosos y gigantescos amontonamientos de rocas a ambos lados de la senda. Vencida la cresta, divisamos a lo lejos la silueta del dinosaurio, que desde esta cara sur, no es muy identificable, porque más parece la figura de un perro.

Es debajo de él o por su cara norte, cuando de verdad adquiere la forma de un pétreo y colosal dinosaurio, con boca y ojo incluido, tan real que no parece sea posible que lo haya esculpido el agua y el viento. Junto a él nos hicimos cuantiosas fotos, incluidas las de grupo, con nuestro amigo posando contento de fondo.

Los que solo lo conocían en fotos, estaban sorprendidos, sensación común a todos los que lo vemos por primera vez.

Cumplido el objetivo, continuamos por la senda que en dirección norte busca la ladera de los Asientos, descendiendo a la izquierda, en dirección este hasta dar con la senda que se dirige a La Maliciosa y que nosotros seguimos en dirección contraria, hasta cruzar el arroyo de Peña Jardinera.

Desde el arroyo, completamente seco, ascendimos a la cuerda de los Almorchones, a la altura del Peñotillo Bajo. Encima de unas rocas paramos a comer, con un sol de justicia y sin apenas sombra donde protegernos de sus abrasadores rayos.

Desde allí, seguimos una senda que desciende la loma en dirección noreste, hasta alcanzar unos riscos donde se ubica un vivac al abrigo de una cavidad protegido por un muro de piedras, buen sitio para mitigar los rigores del invierno en caso de necesidad.

Recuperada la senda, continuamos el descenso en dirección suroeste, dejando a nuestra izquierda un risco con forma de dromedario y a la derecha, otro con aspecto de perro gigante, curiosidades que ofrece esta pequeña Pedriza.

Al cruzar un arroyo, con algo de agua, los riscos y pedregales dieron paso a un bosque de pinos entre los cuales los helechos, de un color verde intenso, intentaban competir en altura con ellos. Fue un tramo precioso del que salimos a la altura del embalse del Pueblo de Navacerrada.

Por el ancho muro de su presa cruzamos hacia el aparcamiento de la Barranca contemplando sus aguas que reflejaban, como un espejo la vegetación de su entorno.

Desde el aparcamiento, solo nos quedaba seguir por el camino de los Almorchones, que en ligero y continuo descenso y con unas preciosas nubes blancas que mitigaron en parte el calor, nos devolvió de nuevo a la presa del Baño y de allí al lugar donde habíamos aparcado.

En uno de los pocos bares abiertos de Navacerrada celebramos el final de esta excursión, que bien se merece 4,5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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