lunes, 9 de marzo de 2020

Excursión X211: Los secretos de la Barranca

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Barranca
Final: La Barranca
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 10 Km 
Desnivel [+]: 1.125 m 
Desnivel [--]: 1.125 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 10

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
En esta ocasión, decidimos adentrarnos en el valle de la Barranca para descubrir algunos de sus pasos más escondidos.

Está situado entre las faldas de la Bola del Mundo o Alto de Guarramillas (2.265 m) y las de La Maliciosa (2.227 m), y en los términos municipales de Navacerrada y Becerril de la Sierra. Sus bosques de pino silvestre están bañados por el río Samburiel (conocido también como San Muriel o río Navacerrada), que descansa en dos presas antes de alcanzar el embalse de Navacerrada. 

El objetivo era ascender al pico de la Maliciosa, con una subida de unos 1.000 metros. Evitamos ascender por “el kilómetro vertical”, la ruta de subida más corta, ya que en esta ocasión nuestra meta era conocer otros rincones más secretos de La Barranca.

El grupo lo formamos diez senderistas incansables y nuestros amigos Vito y Twitter, las mascotas caninas que nos acompañan en esta marcha. Partimos desde el aparcamiento que se sitúa enfrente del hotel La Barranca, fuera de servicio actualmente, y al que se llega ascendiendo por una carretera asfaltada desde el pueblo de Navacerrada.

Emprendemos nuestra marcha por el sendero oficial del Valle de La Barranca, dejando a nuestra derecha el primer embalse (el del Pueblo de Navacerrada).

Desde allí pasamos por delante de la caseta del CDE (Club Deportivo Elemental) Casa de Guías de Navacerrada. Siguiendo por el mismo camino, un poco más adelante, giramos a la derecha para cruzar por la segunda presa (conocida como la del Embalse del Ejército del Aire), para ir ascendiendo por la margen izquierda del arroyo de La Maliciosa a través de un amplio y frondoso pinar.

Cruzamos el arroyo y comenzamos a ascender en dirección a las formaciones pétreas de Las Laderas de la Fábrica. En la parte alta de los riscos se ve una cruz de hierros azules, utilizada para asegurar el antiguo cable de vida de la vía ferrata que sube por la ladera.

Rodeamos el risco para descender hasta la entrada del Paso Cagalera (nombre probablemente debido al vértigo que produce). Antes de atravesar el paso, descendemos más para otear el inicio de la vía ferrata llamada El Cuervo.

Cuando al fin lo alcanzamos, nos percatamos de que alguien ha retirado la placa que lo anunciaba, donde figuraba también su año de creación: el 2003. En su lugar, un grabado a mano realizado a golpe de cincel sobre la roca da nombre a El Cuervo de nuevo.

El cable de vida también ha sido retirado y algunas de las anillas de sujeción se encuentran completamente deformadas. Tenemos la sospecha de que esto puede deberse a la reciente incorporación de esta zona al Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama y a una posible pugna entre los creadores y los guardas del parque por la existencia de la vía. 

Volvemos sobre nuestros pasos desde donde nos encontramos y nos dirigimos a la ventana natural de El Paso Cagalera, inhabilitada para el paso de los perros, ya que para atravesarla es necesario descender por una pequeña escalera de hierro y continuar descendiendo sobre las rocas con la ayuda de una cadena de acero. 

Llegados a este punto nos dividimos en dos grupos, y únicamente cuatro de nosotros decidimos seguir la ruta prevista y descender hacia el camino que lleva a la fuente de la Campanilla. Una vez allí, nos refrescamos y decidimos parar a almorzar en una mesa de picnic como unos señores.

Repuestas las fuerzas, tocaba seguir subiendo hacia el collado del Callejón de las Tijerillas, que nos conducirá a otra ventana natural que atraviesa hacia la Cuerda de las Buitreras, conocida como Ventana de la Maliciosa.

Una vez cruzado este paso se divisa al fin el imponente pico de La Maliciosa, desde donde también se vislumbra la inmensa pedrera que será nuestro particular calvario durante el descenso.

La subida la realizamos a ritmo constante y pronto sufrimos las primeras secuelas de tan dura ascensión. En concreto, las sufro yo mismo. Calambres en cuádriceps y gemelos, que con algún estiramiento y una marcha menos forzada me permitieron seguir ascendiendo por la cuerda helada hasta alcanzar la cumbre de La Maliciosa, donde nos aguardaba el otro grupo de compañeros.

Como ya han comido, decidimos hacer lo mismo mientras ellos se disponen a emprender el camino de vuelta, no sin antes probar un magnífico vino de La Ribera del Duero que hemos traído para la ocasión.

Esta vez, cinco senderistas y los dos peludos canes regresarán por el Collado del Piornal y descenderán hacia el Regajo del Pez y la fuente de la Campanilla. El resto, con la incorporación de Pepa, bajamos hacia El Peñotillo, un gran risco de piedra a media ladera, y a través de la increíble pedrera que cae desde lo alto y lo rodea.

Descendimos y bordeamos El Peñotillo para seguir bajando hasta alcanzar el Arroyo de la Maliciosa, donde ya comenzaron a desaparecer los agotadores caminos de piedras, dándonos un respiro para continuar con nuestro descenso.

Cruzamos un par de veces el arroyo de la Maliciosa por un sendero zigzagueante y finalmente bajamos de nuevo por su margen izquierda hasta alcanzar el embalse de El Ejército del Aire, y que dejaremos a nuestra derecha para continuar hacia el embalse del Pueblo de Navacerrada.

Atravesamos la presa y por fin llegamos al aparcamiento donde comenzamos.

Allí nos esperaba nuestro compañero José Luis, que había descendido con el otro grupo. El resto partieron en busca de su refrescante y merecida cerveza. Cosa difícil; pues los lunes cierran la mayoría de los bares por descanso del personal.

Por fin llegamos a Collado Mediano para comentar nuestros periplos por las dos sendas realizadas, mientras nos refrescamos con un par de cañas. Maravillosas pero exigentes rutas, que se merecen cuatro estrellas por ser emblemáticas de nuestra sierra.
Jorge Isidro Sánchez

FOTOS

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