lunes, 30 de diciembre de 2019

Excursión X199. Fin de año en Peñalara

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Cotos
Final: Puerto de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 13,8 Km 
Desnivel [+]: 670 m 
Desnivel [--]: 670 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Subir a la cima de la más alta montaña de Guadarrama en fin de año, es una de las más antiguas tradiciones montañeras y que, sin embargo, no había cumplido hasta ahora, así es que la propuesta de José Luis de realizarla me ilusionó sobremanera.

Y para que hasta el comienzo fuese especial, en el aparcamiento de Cotos nos encontramos con la grata sorpresa de, a mesa puesta, nunca mejor dicho, disfrutar del estupendo roscón con chocolate que había traído José Luis para celebrar su reciente cumpleaños.

Animados por el bombazo calórico, echamos a andar en dirección a Venta Marcelino, con un sol espléndido gracias al anticiclón, que ha decidido pasar las navidades con nosotros. Pasamos junto al que fue el Albergue de la Real Sociedad Española de Alpinismo, uno de los más antiguos de España, al que al parecer quieren rescatar de su lamentable abandonado, ojalá que sea cierto.

Dejamos a la derecha, el centro de Interpretación del Parque, para ascender al Mirador de Lucio, comienzo de la exigente Senda del Batallón Alpino, que entre el frondoso pinar remonta, en dirección noroeste, la loma de Dos Hermanas, con vistas a Siete Picos, Bola de Mundo y las pistas de Valdesqui.

El Batallón Alpino, fue organizado en septiembre de 1936 para mantener a raya desde las cimas más altas de Madrid a las fuerzas rebeldes acantonadas en La Granja. Ellos abrieron desde el puerto de Cotos (1.848 metros) esta senda para abastecer las posiciones de Peña Citores (2.181), Dos Hermanas (2.285) y Peñalara (2.428), superando aquí los tres peores inviernos que nadie haya pasado jamás en la sierra de Guadarrama.

A punto estuvimos de perder la senda, por ir distraídos en animosas charlas, antes de salir del sombrío bosque y continuar la ascensión por el despejado piornal, en el que la nieve hizo acto de presencia de una forma moderada.


Pronto alcanzamos el collado donde nace el arroyo del Infierno, cuyo manantial recibe el nombre de Fuente de los Pájaros. Su clara y fresca agua, que brota de una tubería, arropada entre piedras, nos aplacó la sed acumulada en la subida.

Tras un largo rato de descanso, en espera de los más rezagados, continuamos en dirección oeste, para acercarnos a ver la posición fortificada circular, del tamaño de una plaza de toros, situada a poco de alcanzar la cumbre de Peña Citores.


Junto a su muro este se encuentra la emotiva placa homenaje al capitán Leatherdale, que su hijo le dedicó. Tras las fotos pertinentes, nos asomamos a la vertiente segoviana, para identificar Segovia, con su esbelta catedral, y todos los pueblos de sus alrededores.

Desde aquí las vistas de las más altas cumbres son espléndidas, desde Peñalara, Dos Hermanas, hasta la Mujer Muerta, pasando por Cabezas de Hierro, las Guarramillas, Siete Picos, Montón de Trigo...todo un espectáculo.


Hechas las fotos de rigor, iniciamos la subida a Peñalara, ascendiendo con algún que otro nevero, hasta dar con el PR-3, que discurre por la cuerda de la misma.

En el collado antesala de la gran subida dejamos a Julián, que no quería forzar más sus articulaciones, los demás acometimos el tramo final de subida a la empinada planicie, que con escasa nieve en esta ocasión, nos hizo alcanzar la cumbre más alta de la Sierra de Guadarrama. Con sus 2.428 metros, se señorea sabiendo que ninguna otra le hace sombra.

Junto a su vértice geodésico, se agolpaban gran cantidad de gente, que como nosotros habían ascendido siguiendo la tradición, y eso que el ´mayor número de visitas se supone sería al día siguiente, último del año.

La inversión térmica que había proporcionado el anticiclón, hacia que en la cumbre hubiese más temperatura que el puerto, lo que animó a más de uno a prescindir de ropa, ofreciendo un aspecto más de verano que invernal.

Tras dar cuenta de los bocadillos, la segunda sorpresa, también a cargo de José Luis, fue el brindis que hicimos por el nuevo año, con cava bien fresquito y algunos bombones y turrones aportados por el resto. Contagiados por el buen ambiente que reinaba en la cumbre, costó abandonarla para iniciar el regreso.

El descenso lo realizamos, volviendo sobre nuestros pasos hasta alcanzar el collado donde nos esperaba Julián, con él descorchamos la segunda botella y brindamos de nuevo, antes de continuar por la cuerda de Dos Hermanas.


Con inmejorables vistas de toda la sierra, bajamos por las zetas del PR-3 y su continuación, hasta llegar a la octava de las revueltas, de la que parte la senda que va al recientemente remozado refugio Zabala, al que nos dirigimos en cómodo descenso, con poca pendiente, solo interrumpido por el cruce de un anegado regato.

Mayor dificultad presentó la bajada a la Laguna Grande, por estar la nieve medio congelada, lo que hizo extremar las precauciones y que el grupo se estirase mucho.



Los alrededores de la laguna, rebasada la cuerda de protección, estaban repletos de gente y hasta había un dron sobrevolándola, se ve que hoy los guardas forestales estaban de puente.

Con todo, el Circo de Peñalara, siempre sorprende por su austera y recóndita belleza. Una vez agrupados, comenzamos el regreso al Puerto de Cotos, descendiendo entre pasarelas de madera por el sendero, que paralelo al arroyo, propiciado por el desagüe de la laguna, conecta con el PR-15 junto al chozo
 de vigilancia.

Disfrutando de las espectaculares vistas de la Cuerda Larga y el Valle de la Angostura fuimos recorriendo la concurrida senda sin más parada que la que hicimos en la fuente del Cedrón para beber y rellenar las botellas, poco antes de internábamos en el pinar.

Alcanzada la pista de las zetas que habíamos dejado en el desvío al refugio de Zabala, en el Cobertizo del Depósito, descendimos por ella, parando brevemente en el Mirador de la Gitana, comprobamos una vez más que la fuente Cubeiro no tenía ni gota de agua, y que al contrario, no le faltaba a la erigida en honor del que fuera símbolo del excursionismo y montañismo en el Guadarrama, Bernaldo de Quirós.

Para rematar el día, decidimos acercarnos al Refugio de Cotos, erigido en la estación del mismo nombre, donde nos tomamos las cervezas de celebración de este conmemorativo día, que bien se mereció 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS
Fotos de José Luis Molero
Fotos de Paco Nieto

lunes, 23 de diciembre de 2019

Excursión X198: Puente de la Cantina - Refugio del Cancho de Citores

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puente de la Cantina
Final: Puente de la Cantina
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 8,7 Km 
Desnivel [+]: 785 m 
Desnivel [--]: 785 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Como comienzo de una nueva etapa para este grupo de senderistas decidimos hacer una excursión corta (pero intensa) ya que teníamos acordado rematarla con una comida pre-navideña en el restaurante de Las Postas.

Además de alguno de los habituales, nos acompaña en esta ocasión Teresa, Sol y su perro Nuno, esperamos que repita. Completamos un grupo de siete y tres canes.

Partimos del Puente de la Cantina que, a pesar de ser acueducto festivo, cuando llegamos sobre las 10:30, somos los primeros en aparcar allí. La previsión meteorológica era buena, sin precipitaciones y con temperatura moderada.

Nada mas comenzar a caminar comprobamos los efectos de las abundantes precipitaciones de los últimos días, el terreno está muy húmedo y, además, la pista que tomamos ha sido removida recientemente por maquinaria pesada. El resultado es que comenzamos a pegar patinazos por lo que decidimos ir por los bordes de la senda en ese tramo.

Además, desde el primer minuto las pendientes son bastante pronunciadas, vamos a subir hasta el refugio sin apenas descansos, en menos de cuatro kilómetros superaremos unos 750 metros de desnivel, rondando una pendiente media del 20% y, según Google Earth, con tramos superiores al 40%, que no está nada mal.

El caminar se hace mas cómodo al dejar las zonas con barro, transitamos entre alargados pinos y zonas de espectacular musgo, con paso tranquilo pero constante, al pasar por zonas abiertas podemos contemplar, hacia el sur, Siete Picos y el Montón de Trigo, sin apenas nieve debido a las lluvias y al aumento de la temperatura. 

Hemos superado la zona conocida como La Solana y Majarrompe, cruzamos en dirección NE una pista forestal por una senda relativamente bien marcada, nos quedan 200 metros de desnivel para llegar al paraje conocido como Tetas de Vaca, por senda fácil, a veces discurriendo entre rocas pero sin necesidad de usar las manos.

Rápidamente llegamos al Boquete Bajo de Majalgrillo, estamos viendo algunos árboles caídos, efecto de los fuertes vientos que ha hecho en la zona durante los últimos días.

Seguimos subiendo, dejamos atrás el Boquete Alto de Majalgrillo y, rápidamente, por entretenido sendero, llegamos al Mirador del Cancho con impresionantes vistas hacia el N. No nos queda otra que hacer un montón de fotos. El cielo está cubierto y, superados los 2000 metros nos tenemos que abrigar un poco por el viento.

En un pispas llegamos al Refugio del Cancho o de Citores, es una pequeña cabaña, hecha en piedra, en caso de necesidad dos o tres personas podrían dormir en el suelo, nosotros siete, sentados, pasada por poco la hora del Ángelus, comemos algo acompañado de un estupendo vino que había traído Jorge.

Desechamos subir a Peña Citores por la hora y comenzamos una vertiginosa bajada por una senda al E de la de subida, con alguna pequeña dificultad la seguimos hasta llegar al Arroyo del Cancho que en esta zona baja bastante encajado y, hoy, con bastante caudal, bajamos por la derecha del mismo 300 metros y, siguiendo la senda, lo cruzamos camino de la Nariz de Peña la Cabra en dirección al Camino Viejo del Paular (GR 10.4). Lo dejamos atrás y, en descenso suave, llegamos a unas grandes y bonitas rocas, cubiertas de musgo, donde nos hacemos la foto de grupo.

Seguimos a toda prisa, y, al poco de dejar a nuestra izquierda el Camino de la Canaleja, volvemos a cruzar el Arroyo del Cancho, en un ratito cruzamos el de las Lombrices y llegamos enseguida donde tenemos aparcados los coches.

Con un poco de prisa salimos hacia Las Postas donde nos encontramos con Sol, alias La Nueva. En esta ocasión el comedor del restaurante me ha parecido mas acogedor que nunca, con su chimenea encendida y poca gente. Tenemos la suerte que nos atienda un gran profesional y una gran compañía. ¿Qué mas se puede pedir?

Bonita ruta con gran final y 4 estrellas bien merecidas.
José Luis Molero