lunes, 29 de noviembre de 2021

Excursión X313: Valle de la Barranca por la tubería

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: La Barranca
Final: La Barranca
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 10,4 Km
Desnivel [+]:  703 m
Desnivel [--]: 703 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Queríamos pisar nieve y dada la que había caído recientemente, pensamos que por la Barranca habría suficiente, como así fue, más de la esperada.

Nos reunimos en el aparcamiento de La Barranca, frente al hotel del mismo nombre. Estaba completamente nevado y no había nadie más, muy al contrario de lo que suele ocurrir los fines de semana.

Echamos a andar por la pista que remonta el río Navacerrada, también llamado río Samburiel, que nace en el Alto de las Guarramillas, cerca del pico de La Maliciosa, donde forma un empinado canal, conocido como Garganta del Infierno, por el que discurre con el nombre de arroyo de Peña Cabrita. Atraviesa después el Valle de la Barranca, donde es retenido en dos pequeñas presas, que son como sus dos ojos, la del embalse del Ejército del Aire y a continuación en la del embalse del Pueblo de Navacerrada, para después contribuir a llenar el embalse de Navacerrada y el de Santillana. No serán muchos los ríos que con tan poca longitud, unos 22 km, abastezcan a tantos embalses.

Cruzamos el grueso muro de la presa del Pueblo de Navacerrada, con cuidado porque había placas de hielo que lo hacía resbaladizo. Las vistas del embalse desde aquí parecían de postal, con los árboles reflejándose en sus remansada agua como si fuese un espejo.

En su parte central, por el aliviadero, salía una enorme manga de agua que irrumpía con gran estruendo al llegar a la base de la presa.

Al otro lado del muro hay una portilla, por la que pasamos para seguir por una nevada senda, que en dirección noreste enfila hacia el arroyo de la Maliciosa, también llamado de las Tijerillas. Fue complicado bajar al arroyo porque la pendiente de los últimos metros y la nieve congelada prometían unos buenos culetazos.

Vadeado el arroyo, continuamos por la senda que remonta la orilla izquierda del río Navacerrada, en dirección norte, es la senda Alakán, que discurre entre helechos tapados por la nieve y espigados pinos, hasta alcanzar una amplia pista forestal en la que se encuentra el monolito de la Puerta de La Maliciosa.

Tras las foto de rigor junto a él, subimos por la pista que sale de frente para acercarnos a la fuente de La Campanilla, a la que llegamos esquivando las placas de hielo que se habían formado al relente de la mañana.

Siguiendo la tradición, tocamos su sonora campaña para poder volver en otra ocasión y tras un breve descanso, para la fotos de grupo y beber su fresca agua, regresamos a la pista donde dejamos el monolito.

Por ella seguimos, en dirección al mirador de Las Canchas, cruzamos el puente de piedra sobre el Regajo del Pez y enseguida el del arroyo Peña Cabrita. Daba gusto ver cómo bajaban de agua ambos, abriéndose paso entre el manto de nieve que trataba de ocultarlos.

Visto cómo estaba de nieve todo, dos compañeros decidieron continuar hacia el mirador de las Canchas, mientras el resto continuamos con el plan previsto de subir por el PR-17 hasta el Risco de los Emburriaderos para luego bajar por la Senda de la Tubería.

Dejamos la pista y comenzamos a ascender, en dirección noroeste, por la bonita senda del PR-17, completamente blanca, y que no obstante era fácilmente reconocible.

Aquí los pinos ya lucían un aspecto inconfundiblemente navideño, con una espesa capa de nieve que doblegaba sus ramas y se adhería a sus troncos denotando la dirección de los vientos que la habían llevado hasta allí.

Conforme ascendíamos, la nieve se iba haciendo más manifiesta y al salir de la zona boscosa, en una ventisca que como alfileres, impactaba en la cara.

Apenas veíamos una decena de metros más adelante, pero el paisaje era impresionante. Los pinos en la parte más alta del sendero estaban medio aplastados por la nieve, ofreciendo unas espectaculares imágenes.

Al conectar con la senda de la Tubería, no dudamos en seguirla, en dirección sur, para regresar lo más pronto posible, para evitar mayores complicaciones.

Durante el descenso, las fotos dan idea de cómo estaban de nieve los pinos, algunos de ellos tan cargados de nieve que daba miedo pasar bajo sus ramas.

Con paso rápido, llegamos al mirador de las Canchas, donde ya no estaban los dos compañero, que habían continuado hacia el aparcamiento para no quedarse congelados. En este privilegiado mirador, desde el que habitualmente se tienen unas magníficas vistas de la Maliciosa y del Valle de la Barranca, hoy no veíamos nada, por la densa cortina de niebla, que lo ocultaba todo.

Unas fotos rápidas y enseguida continuamos el descenso, por camino bastante difuso al estar tapado por la nieve, en busca de la senda Ortiz, por la que continuamos mucho más cómodos, en dirección noreste, ahora ya con los pinos liberados del peso de la nieve y el sol abriendo claros en el cielo.

Esta senda umbría y con apenas pendiente, tenía tramos con placas de hielo que teníamos que sortear. Al llegar a un sendero que desciendo a la derecha, marcado por un hito, atajamos para enseguida alcanzar el embalse del Ejército del Aire y unos metros más abajo el aparcamiento, donde nos esperaban nuestros compañeros.

Acabamos celebrando el estupendo día comiendo en el restaurante Jardín Terraza de Felipe, dando así por finalizada esta estupenda excursión completamente invernal a la que le otorgo 4,5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

sábado, 27 de noviembre de 2021

Excursión X312: Font Centella y Presa de Isbert

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Orba
Final: Orba
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 14,2 Km
Desnivel [+]: 376 m
Desnivel [--]: 376 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta







TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Cuando hicimos la ruta de los 6800 escalones y valle del Infierno, recorrimos parte del lecho del río Girona y nos quedamos con ganas de conocer la presa, que aguas abajo, se construyó para regular sus crecidas, la presa de Isbert.

Así surgió esta ruta y para conocerla, quedamos en el pueblo de Orba, pueblo situado en la comarca de la Marina Alta de Alicante.

Orba, proviene del árabe Ur-Obia cuyo significado es "lugar donde mana el agua desde la montaña". Su origen morisco puede ser percibido, aún hoy, a través de su artesanía cantarera o bien analizando la estructura agro-morisca de la localidad. Orba es un núcleo estratégico de comunicaciones del interior de la Marina Alta, pues enlaza Pego con la Marina Baja y los Valles de la Retoría con el Valle de Laguart.

Tras la expulsión morisca, en 1611, se llevó a cabo una primera repoblación con vecinos de Pego y de Murla, la segunda con gentes mallorquinas.

Salimos del aparcamiento, situado detrás de un supermercado y junto a la casata de Telefónica, que me trae nostálgicos recuerdos de parte de mi vida laboral.

En dirección norte, pasamos por delante del cementerio y, entre cultivos y naranjo, por el Camino Real de Orba a Sagra, llegamos al encuentro del protagonista de la ruta, el río Girona o río de Ebo, que nace en el barranco de Fontblanca, cerca de Alcalá de la Jovada, continúa por la Sierra de la Carrasca, en el término de Vall de Ebo, y a continuación entra en el barranco de Greger o Barranco del Infierno, en el Vall de Laguart.

El escaso caudal del río se infiltra en las calizas de este cañón, desapareciendo del todo durante la mayor parte del año. Cerca de la salida del cañón se encuentra el embalse de Isbert.

Posteriormente, el Girona atraviesa los términos municipales de Orba y otros hasta Denia, donde desemboca, en la llamada punta de la Almadraba.

Al llegar al río, giramos a la izquierda y pasamos bajo el puente, siguiendo una senda paralela a su cauce. Al poco, cruzamos su seco y pedregoso lecho, continuando por la pista del otro lado.

Al alcanzar el barranco de la Foia del Conill, dejamos el río y seguimos la pista que sale a la derecha, en subida, pasando por una finca llamada el Cascall, donde paramos un instante para hacernos las fotos de grupo.

Continuamos y enseguida salimos al camino de Tormos a Isbert. Giramos a la izquierda y a los pocos metros nos desviamos por la derecha para seguir una pista que se acerca lentamente al barranco de la Foia del Conill. Un desvío a la izquierda nos hace ganar un poco de altura para asomarnos a un mirador natural.

Recuperado el desvío, continuamos por una senda, remontando el barranco, que después sale a otra pista por la que llegamos al corral del Cigró o de la Solana, poco queda de él salvo un par de muros de piedra medio derruidos.

Un poste del PR-CV368 nos indica la dirección de subida a la Font Centella y la distancia hasta ella:1,18 Km 0h 43´.

La senda es algo pedregosa, rodeada de matorral, con una fuerte pendiente y es mucho más montañera que lo que hemos hecho hasta aquí. Las marcas del PR y los hitos nos llevan hasta la fuente sin problemas.

Tras un primer tramo de zetas, y pasar junto a un pino de gran porte, tomamos dirección norte, pasamos junto a otra casa en ruinas y, en suave descenso, alcanza el Barranco de Canonge, donde surgen las aguas de esta fuente, canalizada por una tubería y una canaleja, que no se seca ni en verano.

Allí partamos a tomar algo y refrescarnos durante un rato.

Después del breve descanso, regresamos sobre nuestros pasos hasta alcanzar de nuevo el corral de la Solana. El poste de indicadores nos mostraba que la presa estaba en dirección sur a 1,79 Km 0h 27´. Hacia ella nos dirigimos, descendiendo por una pista hasta el camino de Tormos a Isbert

Esta zona es conocida como La Foia Roja, más abajo pasamos por Los Corrales, y al poco llegamos al cauce del río Girona, pasando por un estrecho, y al poco, nuevamente cruzamos el lecho del río, ahora con un poco de agua.

Desde allí, ya divisábamos el imponente aspecto del angosto desfiladero de Isbert con sus rocas blanquecinas, donde está la presa. A sus pies llegamos, sorteando las grandes rocas de su cauce, por las que tenemos que trepar en las más cercanas a la base. Desde abajo, su imponente muro parece un castillo inexpugnable, 29 metros de altura tiene su arco. Sorprenden las dimensiones del desfiladero, esculpido por las aguas del Riu Girona a lo largo de miles de años.

Fue construido entre 1928 y 1944. En aquel proyecto, sin embargo, no se tuvo en cuenta la permeabilidad del sustrato, hecho que originó que el agua embalsada en la prueba de carga desapareciera a los pocos días de haberse llenado el embalse, filtrándose en el subsuelo.

Hubo intentos de arreglar el problema, pero en 1957, tras un informe exhaustivo, se desestimó definitivamente su uso.

En 2007, cuando el agua llegó a saltar por encima de la presa, creó cierta controversia sobre la conveniencia de derruirla, pero parece que su capacidad para retener temporalmente el agua ayuda a rellenar el acuífero de Mediodía, aparte de que evidentemente ayuda a laminar el flujo durante lluvias intensas; las poblaciones situadas más allá, sin embargo, temen los posibles efectos de una rotura de la presa si hay nuevas avenidas.

Un acceso lateral que sube a la parte alta de la presa está cerrado con una puerta vallada, para evitar riesgos y accidentes.

Dejamos atrás la presa y continuamos la ruta por el otro lado del cauce. Enseguida llegamos a un túnel de 150 metros de longitud, algo encharcado, que tuvimos que cruzar con cuidado.

Al salir del túnel, paramos a tomarnos los bocadillos. Repuestas las fuerzas cruzamos por un puente el Barranco de Tamborino y continuamos hacia la antigua Casa del Pantano.

En ella vivían los ingenieros de la presa durante su construcción, ahora rehabilitada, donde hay un poste de rutas con la indicación de Orba a 3,10 Km 1h 45´.

Cruzamos el Toll Blau, una pequeña cascada de un arroyo que nace un poco más arriba. Seguimos la pista en dirección a Orba y poco antes de salir a la CV-721 nos desviamos a la izquierda para descender por una senda con tramos escalonados que proto nos deja junto al cauce del río Girona. Un cartel informativo nos habla de lo que no vemos cuando vamos de ruta, hongos, líquenes, helechos y una microflora y fauna a su cobijo que pasa desapercebida.

Vadeamos el río con la ayuda de unas piedras y seguimos por el tramo que va paralelo al cauce. Pasamos junto a la casa del Mal Pas para, a pocos metros, cruzarlo por última vez. Continuamos por la pista, en la que hay un panel con información de Linaria Orbensis.

El gallet d'olivera (Linaria orbensis) es una planta endémica de la zona. Sus mejores poblaciones están entre Orba y Tormos. Nace en primavera en los campos de olivos que no estén labrados sobre suelos pedregosos.

Dejamos el cauce y seguimos la pista hasta la CV-721. Cruzamos al otro lado y seguimos por el camino del Olivar de Roig, junto al barranco de Fontilles, que al poco acabamos cruzando por un puente con barandilla de hierros y seguimos en dirección al polideportivo con la torre de la iglesia a la vista. Pasamos junto al antiguo lavadero de la Font de Baix, construido en 1904 pero en muy buen estado, donde nos hicimos fotos más propias de otra época, cuando este lugar era el punto de reunión de las mujeres del pueblo.

De allí nos fuimos a la Plaza de España, buscando un bar en el que tomar las cervezas. Lo encontramos junto a la Iglesia Parroquial del Nacimiento de Cristo. Tras el descanso, solo quedaba bajar hacia los coches, dando así por terminada esta bonita e histórica ruta a la que le otorgo 4 estrellas.
Paco Nieto

lunes, 15 de noviembre de 2021

Excursión X311: Puente de los Poyos

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 10,2 Km
Desnivel [+]: 727 m
Desnivel [--]: 727 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 4

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta




















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Para esta bonita excursión solo hemos podido coincidir 4 senderistas. Estamos en el mes de noviembre y es una época perfecta para contemplar el otoño que se nota especialmente en los robles que aparecen de vez en cuando entre los pinos de la repoblación que se hizo durante los 50 y 60 del siglo pasado.

Como tantas veces partimos de Canto Cochino que, tras un periodo en obras, lo han vuelto a habilitar como aparcamiento. Pepa, Carlos, Emilio y yo nos ponemos en marcha, bajamos hacia el manzanares y cruzamos el puente de madera que lo salva, en unos metros tomamos el PR-M1 que, entre pinos, avanzamos en ligera subida en dirección NW.

Cuando llevamos 1.700 m andados, tomamos dirección NE, caminamos otros 500 metros y dejamos a nuestra derecha la roca conocida como El Cáliz, un poco más adelante, tras cruzar el arroyo del Risco, vemos, a nuestra derecha igualmente, el Cancho de los Muertos.

Nos encontramos a 1.300 m de nuestra primera parada, el Collado del Cabrón. Paramos para beber algo y hacernos la foto de grupo.

En este punto nos deja Emilio pues prefiere subir hasta el Puente por una senda algo más tendida que la que hemos decidido hacer desde el comienzo, Emilio toma dirección NE hacia el Mirador de los Pinganillos y los tres restantes tomamos dirección N, decididos a cruzar curvas de nivel a 90º durante un buen rato.

Durante medio kilómetro caminamos entre pinos por una senda bastante empinada, la pendiente media en este tramo es del 26%, a partir de aquí se ve perfectamente la impresionante canal conocida como del Pajarito, que comenzamos a subir. Al comienzo de la misma, vemos un par de escaladores que están subiendo una pared a nuestra izquierda

La subida -trepada a menudo- es muy entretenida, la siento de una manera totalmente distinta de la primera vez que la subí hace…….. ¡¡cinco años!!, que rápidos han pasado y como ha cambiado mi percepción de estos lugares. Afortunadamente, ahora, todo es disfrutar en estas circunstancias. A nuestra derecha e izquierda dejamos varias rocas “con nombre”, el Pajarito, la Vela, la Campana y el Castillete.

Al terminar la canal, a pocos metros a la izquierda del Jardín de La Campana, se puede contemplar una de las vistas que más me gustan de la Pedriza, merece la pena echar un rato allí. Continuamos la subida y en un momento estamos en el Collado de la Canaleja y, poco más adelante, nada más dejar el Carro del Diablo a nuestra derecha, el Collado de la Romera.

En este punto sale, a la derecha una senda que lleva a los Llanitos y, girando a la izquierda al cruce que, por el Sur se llega al Puente de los Poyos.

Como la vez anterior que subí, decidimos coger la senda cartografiada que sigue en ascenso y, tras pasar la roca conocida como la Diligencia y un poco más adelante un paso bajo una roca, dejarla a 570 m girando a la derecha y atacar el puente por el norte. 

También, como la vez anterior, nos costó un potosí encontrar el camino (no la senda) para poder llegar por el norte al Puente. Merece la pena llegar de esa manera por las vistas impresionantes que se contemplan. Le echamos un buen rato allí, entre las piedras del Puente y las hojas amarillas de los robles.

Bajamos por la senda que ha subido Emilio en dirección al Mirador de los Pinganillos y posteriormente, en cómoda bajada al Collado del Cabrón. Una vez allí, con cierta prisa, optamos por bajar por el camino mas corto, pasamos por el Cancho de los Muertos por el lado opuesto de la subida por la mañana.

Rápidamente dejamos a nuestra derecha la Peña Horcajo y poco más adelante el Tótem, la última parte de la senda es bastante desagradable, pero en poco más de un kilómetro (desde el Collado del Cabrón) llegamos nuevamente al PR-M1, ya por terreno pisado y junto a Canto Cochino. Cruzamos por segunda vez el puente y ya estamos junto a los coches.

Preciosa ruta en un día estupendo que no se puede calificar con menos de 5 estrellas.
JL Molero