lunes, 16 de julio de 2018

Excursión X146: Cabeza Mediana y Valle de la Angostura

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Isla

Final: La Isla
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 23 Km 
Desnivel [+]: 872 m 
Desnivel [--]: 872 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Para no bajar el listón de la excursión anterior por la Cuerda de la Pinillla, nos planteamos esta de 23 Km, medio más, aunque con un poquito menos de desnivel, y eso sí, mucho más fresquita porque el Valle de la Angostura siempre lo es.

En el aparcamiento de la Isla nos reunimos los 7 participantes de la excursión, el tiempo quiso ayudar y en la parte más dura de la ruta, la subida desde La Isla a Cabeza Mediana y Puerto de Cotos, las nubes proporcionaron unos grados menos para hacerla más llevadera.

Nos pusimos en marcha, dirigiéndonos hacia el restaurante Los Claveles y tras cruzar la carretera de Cotos a Rascafría, ascendimos por la pista que sube al Mirador de los Robledos, al que llegamos tras pasar por el bonito refugio de madera utilizado como puesto de vigilancia contra incendios.

En el mirador, presidido por un enorme monolito, erigido como monumento a los Guardas Forestales, contemplamos las fantásticas vistas del Valle del Lozoya, con el Monasterio de El Paular en primer término, los pueblos ribereños del Lozoya a continuación y las cumbres de Peñalara y Montes Carpetanos cerrando por el oeste el marco. Cumbres y puntos de interés que pueden localizarse en un señalizador circular que hay junto al monumento.

Continuamos el ascenso recuperando la pista que sube a Cabeza Mediana, a la que llegamos dando una amplia curva, tras una breve parada para contemplar una laguna que nos quedaba a la izquierda, en la que nuestras mascotas no tardaron en zambullirse. En una fuentecilla, de la que manaba un hilo de agua, aliviamos la sed acumulada en la subida.

Desde los 1.629 metros de altitud del vértice geodésico de Cabeza Mediana contemplamos las espléndidas vistas del Valle de la Angostura, del Lozoya y todo el macizo de Peñalara, a punto de ser engullido por las nubes, al sur bonitas vistas de Cuerda Larga, con Cabezas de Hierro justo frente de nosotros.

Descendimos unos cien metros en dirección suroeste hasta llegar al collado de la Silla de Malabarba, y sin enseguida acometimos in un brusco pero corto ascenso hasta Cerrito Sarnoso, donde nos hicimos la foto de grupo aprovechando el esqueleto de lo que queda de un árbol caído que lleva allí mucho tiempo.

Volvimos a descender, hasta alcanzar el arroyo de la Laguna de Peñalara, previo paso por otra Silla, la de Garcisancho. Cruzamos el arroyo, que llevaba más agua de la esperada y acometimos una fuerte subida hasta enlazar con el Camino Viejo del Paular, coincidente con el GR-10, que seguimos hasta llegar al Puerto de Cotos, tras pasar junto a un refugio abandonado y una extensa pradera donde paramos a reponer fuerzas y comer los bocadillos acompañados de un estupendo vino, que como siempre, botella incluida, nos trae Jorge.

En Venta Marcelino nos tomamos unas buenas cervezas acompañadas de chorizo y morcilla que nos supieron a gloria, celebrando así haber culminado la parte más exigente de la ruta. Ahora comenzaba otra excursión completamente distinta a la anterior, descender hasta la Isla por el sombrío Valle de la Angostura.

Le comenté al grupo que ya todo era de bajada, y para certificarlo salimos de Cotos subiendo por la senda que asciende al cerro que hay enfrente de la Venta. Me puse delante y aligeré el paso para evitar miradas asesinas, aunque era por una buena causa, evitar la carretera que sube a Valdesquí.

Tras el breve repechón, la senda desciende suavemente hacia el refugio del Pingarrón, cruzando la aludida carretera de Valdesquí, pasando por un collado de obligada parada para contemplar, a la derecha, la desafiante cresta telúrica de Cabezas de Hierro y resto de la Cuerda Larga, y a nuestra izquierda el imponente macizo de Peñalara. Y de frente, cuan parque jurásico, el valle de la Angostura desdibujándose en el horizonte por efecto de una fina niebla, ¡todo un espectáculo!

Con tan impresionantes vistas, y ya tranquilizado el personal al comprobar que todo lo que quedaba sí era de bajada, bordeamos el refugio, que cuelga sobre una despejada ladera, para descender bruscamente al arroyo de las Guarramillas, continuando por su orilla izquierda hasta alcanzar enseguida la recoleta y recóndita poza de Sócrates, donde algunos nos dimos un memorable primer baño de la ruta en su gélida ducha, animados porque, como si estuviera planeado, las nubes de la mañana habían dado paso al sol para animar las ganas de baño.

Continuamos descendiendo el arroyo de Guarramillas por la misma orilla, siguiendo una senda no muy marcada, con vistas a todo un rosario de pequeñas y cantarinas pozas que forma el agua en su alocada huida hacia el fondo del valle.

Para nuestra sorpresa, la senda se iba desvaneciendo conforme nos acercábamos al arroyo, que vadeamos para enseguida alcanzar un roquedal, excelente mirador del valle, por el que se despeñan sus aguas, formando una bonita cascada de gran altura, junto a unos tejos milenarios. El lugar invita a quedarse todo el día, escuchando el murmullo del agua al caer.

Continuamos cruzando por un puente el arroyo de las Cerradillas, para seguir por una pista con el arroyo de las Guarramillas a nuestra izquierda, hasta cruzarle por un puente hecho a base de bloques de cemento por entre los cuales discurre el agua.

Seguimos por una amplia pista que cruza el arroyo de la Laguna Grande de Peñalara, que nace en dicho humedal, punto donde el Guarramillas cambia de nombre, pasando a llamarse arroyo de la Angostura, nombre que no le dura mucho, porque algunos kilómetros más abajo, tras recibir las aguas del arroyo del Aguilón, sin previo aviso y sin que haya un punto concreto que lo indique, pasa a llamarse río Lozoya.

Al poco volvimos a cruzar el arroyo por un puente, entretenidos con tanto cambio de nombre y tanto cambio de orilla, descendimos sosegadamente por el Camino de las Vueltas, hasta alcanzar la gran e idílica poza que hay poco antes de llegar al puente de la Angostura. Y aquí sí, el regocijo en el agua fue general, con saltos desde las rocas, largos de punta a punta y risas generalizadas.

Refrescados, continuamos por una verde pradera, parando un instante a contemplar el puente de la Angostura, de piedra, que salva el corto estrecho que da nombre al valle y que para muchos es uno de los más hermosos de toda la Sierra. Sin cruzarle, continuamos por el camino Viejo de Segovia, que llevaba desde el monasterio de El Paular a Valsaín a través del puerto de los Cotos, hoy llamado PR-25, mucho menos poético, eran otros tiempos.

Poco a poco, el bosque se fue transformando. Los pinos fueron dejando sitio a otras masas forestales como abedules, acebos y robles, llamando mucho nuestra atención los helechos que cubrían amplias zonas de la ladera del arroyo de Valhondillo. Al poco, llegamos al remanso de agua del embalse de la Presa del Pradillo, donde algunos nos quedamos con ganas de un nuevo baño.

Continuamos y enseguida alcanzamos la Isla, inicio y final de nuestra ruta. En el bar del mismo nombre celebramos el final de esta preciosa ruta en la que ha habido de todo: cerros, collados, aperitivos en Venta Marcelino, paseo ribereño sombreado por pinos, serbales, sauces, abedules, acebos, avellanos y robles, jalonado con baño en pozas cristalinas, chorreras, piscinas naturales, y hasta un embalse, y estupenda compañía.

Por todo esto, se ha hecho merecedora de 5 estrellas esta bonita y gratificante excursión.
Paco Nieto

FOTOS

lunes, 9 de julio de 2018

Excursión X145: Cuerda de la Pinilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de la Quesera

Final: Somosierra
Tiempo: 8 a 9 horas
Distancia: 22,7 Km 
Desnivel [+]: 1.116 m 
Desnivel [--]: 1.385 m
Tipo: Sólo Ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 12

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Tenía pendiente subir al Pico del Lobo, y en esta excursión teníamos la oportunidad de hacerlo y además recorrer completa la cuerda de la Pinilla, por lo que el atractivo era aún mayor.

Para facilitar la logística, un microbús nos trasladó desde Somosierra al puerto de la Quesera, somos 12 los que finalmente nos hemos apuntado a esta aventura, con Mayte como nueva incorporación.

Desde el puerto de la Quesera comprobamos que el día iba a ser estupendo para caminar, no mucho calor y nubes blancas sin amenazar lluvia. Poco disfrutamos de las espectaculares vistas del hayedo de la Pedrosa y valle de Riofrío de Riaza, porque enseguida nos pusimos en marcha.

Un cartel nos avisa de que nos esperan 7 km y un desnivel del 8,5% hasta el Pico del Lobo, casi nada comparado con los cerca de 23 km de la ruta. Así es que mientras algunos aceleran el paso, otros nos lo tomamos con más calma, recordando la parábola de la tortuga y la liebre.

Ascendemos por la Loma de las Caseruelas en dirección sureste hasta alcanzar un cerro con estupendas vistas de nuestro objetivo y del valle. Desde el cerro, descendimos, en dirección este, al collado de Prado Llano, para enseguida subir al Calamorro de San Benito, de puntiagudas pizarras afiladas a modo de cuchillas apuntando al cielo. En su ladera norte nace el arroyo de la Hayuela, y en su vertiente sur, mucho más escarpada, el río Veguillas, que al unirse a otros arroyos, pasa un poco más abajo a ser el río Jaramilla.

Con esas vistas nos recreamos mientras descendemos, en dirección sureste, al collado de San Benito, donde nace el arroyo de igual nombre, para iniciar desde su base una subidita de 200 metros sin anestesia. al Cerro del Aventadero, donde el sendero se allana durante un corto trecho, terminado el cual, un nuevo cartel nos indica que ya solo nos quedan 2 Km para alcanzar el Pico del Lobo, eso sí, con una pendiente del 11,5%, casi nada.

Antes de iniciar el empinado ascenso, nos hacemos la foto de grupo, con magníficas vistas de nuestro objetivo frente a nosotros y de los dos valles de la cuerda. El alto de Las Peñuelas nos proporciona una breve tregua, que nos da aliento para subir al Portillo del Lobo y acometer el último tramo y coronar, por fin, los 2274 metros de altitud del vértice geodésico del Pico del Lobo, techo de la provincia de Guadalajara.

A caballo entre Segovia y Guadalajara, esta cumbre, la máxima altura del macizo de Ayllón, brinda un panorama inmenso, que comprende la llanura segoviana, los montes de Ayllón -al sur, el picudo Cerrón y los barrancos del río Berbellido; al sureste, el orondo Ocejón-, el pico Tres Provincias y todas las cumbres madrileñas: de la sierra de La Puebla a la Somosierra y de La Cabrera a Peñalara. Y en los días claros, detrás de los campos de Soria, se divisa hasta el Moncayo.

Además del vértice geodésico, este pico alberga la estación terminal de uno de los remontes de La Pinilla, inaugurada en 1968. Esta instalación se abandonó por no ser viable económicamente, se tenía que cerrar con mucha frecuencia por el el mal tiempo y finalmente un temporal la desbarató hace décadas, quedando sus ruinas como muestra de lo que la montaña hace con los que se la toman como un parque de atracciones. Su constante deterioro está pidiendo a gritos su desmantelamiento.

Tras tomarnos un tentempié y disfrutar de las hermosas panorámicas, continuamos, ahora en dirección oeste, descendiendo hacia el Alto de las Mesas, que bordeamos, dejándolo a nuestra derecha. Una brecha entre las rocas nos permite contemplar a vista de pájaro la Estación de Esquí de La Pinilla y todo el valle de Riaza.

Continuamos descendiendo, pasamos junto a los restos de hormigón de remontes ya desaparecidos cerca del cerro de El Cervunal, que dejamos a nuestra izquierda. La senda pierde pendiente y gana belleza al pasar por unos prados en los que un rebaño de vacas pastaba tranquilamente.

En los Picazos paramos brevemente a descansar y hacernos fotos subidos a un enorme hito de lanchas de pizarra, con excelentes vistas. Desde aquí, iniciamos un descenso con bastante pendiente hacia el Collado de la Chana, paralelos a una cerca de palos de madera a nuestra derecha.

Alcanzado el collado, tenemos que remontar el repecho del Reajo del Puerto y al bajarlo, por unos metros coincidimos con el GR-88, el sendero Segoviano de la Sierra Norte, que viene de Cerezo de Abajo hacia el Cardoso de la Sierra.

El descenso continua hasta llegar a la cabecera de la Solana del Horcajo, loma en la que nace el río Jarama, uno de los principales afluentes del Tajo. Nos espera una subida a Peña Cebollera de unos 300 metros en 1,5 Km, lo que representa una pendiente media del 20%, que en algún tramo llega a ser del doble, cuando ya llevamos más de 13 Km recorridos.

Tanta cuesta se le atragantó a José Luir R, que poco antes de hacer cumbre tubo que echarse al suelo con músculos acalambrados por el esfuerzo, pero que una vez relajados no le impidió seguir y alcanzar todos el Pico Tres Provincias o Peña Cebollera Vieja, que es separación natural entre Madrid al sur, Segovia al norte y Guadalajara al este, de ahí su nombre. Desde su vértice geodésico, situado a 2.128 metros, nos deleitamos con las impresionantes vistas.

A la sombra del enorme monolito erigido como monumento a los guardas forestales, que hay en la cima, paramos a tomar los bocadillos y descansar tras el agotador esfuerzo, con la satisfacción añadida de saber que lo que nos quedaba de ruta era prácticamente todo en bajada.

Con mejor cara, iniciamos el descenso por la cuerda de la Cebollera, pasando por el Cerro del Recuenco, de inapreciable altura, y a pocos metros el cerro de Cabeza del Tempraniego, algo más elevado, pero una risa al lado de lo que habíamos subido hasta ahora.

Al acercarnos al cerro Cuchar Quemado, giramos noventa grados a la derecha y nos precipitamos con fuerte pendiente y sin senda aparente, o medio oculta por cambrones y retamas, en dirección oeste, hasta alcanzar la cómoda pista forestal que recorrimos en dirección suroeste.

En la primera bifurcación que se nos presentó, elegimos la pista que nos sale a la derecha, coincidente con el PR-23, que baja hacia Prado Antón, en cuya fuente paramos a beber, ya que la mayoría habíamos consumido las reservas de agua.

Sin prisas descendimos por la pista, con excelentes vistas del puerto de Somosierra y la Chorrera de Litueros, con sus aguas, mermadas por el fuerte estiaje, que se abrían paso entre los riscos. Llegados a Somosierra, me acerqué a visitar la peculiar Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, en la que existen unas placas en memoria de los españoles y polacos que dieron su vida en la Batalla de Somosierra. La ermita se levanta en el lugar donde concluyó la batalla con la clamorosa victoria francesa, cuyas tropas comandaba el mismísimo Napoleón.

Solo restaba celebrarlo con las ansiadas cervezas, que esta vez nos supieron el doble de bien que de costumbre. Por todo ello, esta exigente excursión se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

lunes, 2 de julio de 2018

Excursión X144: Aguas Tuertas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Guarrinza

Final: Guarrinza
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 7,7 Km 
Desnivel [+]: 327 m 
Desnivel [--]: 327 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 4

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta






TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN

Para nuestro último día por Pirineos nos acercamos al Parque Natural de los Valles Occidentales para recorrer el valle que atisbamos en la excursión X411, conocido como Aguas Tuertas.

Bien temprano nos acercamos de nuevo al espectacular valle de Selva de Oza, hasta alcanzar el aparcamiento de Guarrinza, último permitido de la estrecha carretera, justo donde el arroyo del Barranco del Barcal desborda sus aguas por la calzada.

La pista discurre en dirección sureste, coincidente con el GR-11, el sendero transpirenaico, presenta una suave pendiente, mostrando a nuestra izquierda un idílico paisaje completamente verde, bañado por el río Aragón Subordán y encajonado entre altas montañas, que al otro lado están ya en Francia.

Un rebaño de vacas en medio de la pista nos saludan a su manera mientras pasamos junto a ellas. Al fondo, una espectacular vista de una cascada por la que se precipita el río. Aprovechamos el coincidir con una pareja para hacernos una foto de grupo, poco antes de remontar una pedrera que nos llevó a la parte más alta de la ruta.

En el collado, un refugio de pastores nos proporcionó una espectacular vista de Aguas Tuertas, un paisaje muy singular que forma el cauce meandriforme del río en este tramo de su cabecera. Un valle de naturaleza glaciar que el río ha moldeado a lo largo del tiempo.

Descendimos el collado y giramos a la izquierda para acercarnos a conocer un sencillo dolmen, rodeado de leyendas, que hablan de él como posible morada de los duendes que vigilaban el acceso a esta zona. Desde él, la vista del valle es fascinante. Hacia el norte las cumbres que forman la línea fronteriza con Francia donde alternan laderas de pastizal con afloramientos rocosos. Al sur, la Loma de Aguas Tuertas.

Tras el breve descanso, remontamos el valle por el Achar de Aguas Tuertas, recreándonos con las bellas panorámicas que los meandros del río nos proporcionan. Tras acercarnos al río, nos dimos media vuelta, pues teníamos que regresar a Madrid, y desandando el camino seguido, llegamos de nuevo al aparcamiento, donde saludé, sin saberlo a Carolina, una amiga del Facebook que no conocía hasta entonces, casualidades de la vida.

De regreso por el valle, paramos en el refugio militar de la Mina, donde recorrimos un corto trayecto del río antes de poner rumbo a Madrid, dando así por finalizada esta escapada que ya estamos deseando repetir.

A esta ruta, de innumerables valores naturales, paisajísticos y arqueológicos la califico con 4 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS
Fotos de Enrique Peso
Fotos de Jorge Sánchez
Fotos de José Luis Molero
Fotos de Paco Nieto

domingo, 1 de julio de 2018

Excursión X143: Ibón de Estanés

FICHA TÉCNICA
Inicio: Aparcamiento de Sansanet

Final: Aparcamiento de Sansanet
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 12,4 Km 
Desnivel [+]: 764 m 
Desnivel [--]: 764 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 4

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Para nuestro tercer día por Pirineos, la propuesta era conocer el ibón de Estanés, uno de esos parajes idílicos del Pirineo aragonés más occidental. Así es que volvemos a madrugar y nos recorrimos al alba los 35 km que separan Jaca del aparcamiento de Sansanet, en Francia, al que llegamos remontando el valle del río Aragón y pasar por Canfrac-Estación, Candanchú y el antiguo paso fronterizo de Somport.

El aparcamiento está situado a la salida de una curva muy cerrada, en una zona boscosa muy bonita, junto al río La Gave d`Aspe. Desde aquí parten varías rutas por el Parc National des Pyrénées, señalizadas es postes de madera, la nuestra viene indicada como “Lac d’Estaens 1h.30”.


Echamos a andar y descendemos pausadamente hacia el río, cuyo estruendo, cada vez más cercano, presagia llevar mucha agua. Enseguida un puente con barandillas de hierro nos cambia de margen, a la vez que nos internamos en un precioso bosque de hayas.

Al rebasar unas zetas que suavizan el camino el bosque da paso a unas extensas praderas de pasto, en la que se vislumbra al fondo, la cabaña de Escouret, por la que pasaríamos en el camino de regreso.

Por el camino vamos viendo las marcas blancas y rojas del sendero HRP francés correspondiente a la Senda de Camille. Ascendemos dando varías curvas, alternando bosque de pinos, enebros y alguna sabina rastrera, con verdes praderas de magníficas vistas de la vertiente norte del pico Aspe, con blancos neveros que le dan una belleza extra.

Pronto los árboles dieron paso a los prados de altura, señal de que habíamos llegado el puerto de Estanés, frontera natural entre Francia y España.

Poco más adelante, enlazamos con el GR-11 proveniente de Candanchú, el sendero Pirenáico que lo cruza de este a oeste. Continuando la suave ascensión por la extensa y verde pradera, surcada por un pequeño riachuelo que discurre paralelo al sendero. 

A nuestra derecha, las lomas del Cuchet de Garay, llamada Mujer Muerta por la forma de una mujer recostada que tiene. A nuestra izquierda las crestas de la sierra de  Bernera.

El agradable paseo nos lleva directamente al ibón de Estanes, tras abandonar casi al pie del mismo el sendero GR-11, que continua hacia la izquierda en busca del refugio de Lizara en el Valle de Aísa.

Realizando una amplia curva hacia la derecha, el ibón aparece espectacular, rodeado de prados ondulados, cerrado al sur por los escarpes de sierra Bernerade de naturaleza caliza que destaca por la escabrosidad y perpendicularidad de sus paredones superiores. Es frecuente encontrar rebaños de vacas y caballos pastando sin prisa en torno a sus aguas, y un buen montón de visitantes, que se acercan desde cualquiera de sus rutas de llegada, pero sobre todo desde Sansanet, como es nuestro caso, al ser un acceso fácil y precioso, apto para todos los públicos.

El ibón de Estanés, ubicado prácticamente en los límites de la frontera Española con Francia, es uno de los ibones más conocidos y visitados de la zona del Valle del Río Aragón o Valle de Canfranc, si bien curiosamente se encuentra ubicado en el término municipal de Ansó.

Tras hacernos un montón de fotos con el ibón de fondo, lo rodeamos por senderos de ganado a su lado sureste, hasta alcanzar la orilla del lago, donde paramos para algunos darnos un refrescante baño que nunca olvidaremos. Más fresquitos, continuamos hasta llegar cerca de la pequeña presa, donde vierte aguas el ibón, desde donde sale el camino de Espelunguere, por donde vamos a volver.

En este pequeño collado del puerto de Bernera paramos a descansar y reponer fuerzas mientras contemplábamos la bucólica imagen de las aguas del ibón reflejando las aún nevadas cumbres de su entorno.

No quisimos proseguir el camino sin antes subir a un cerro situado a nuestra derecha, al norte del ibón, para así poder contemplarlo con mejor perspectiva. El esfuerzo valió la pena y nunca olvidaremos la sensación de divisar todo el extraordinario paisaje a vista de pájaro.

De vuelta, iniciamos el descenso por el camino de Espelunguere, un recorrido algo aéreo, que a José Luis le pareció suficiente como para no probarlo y regresó más o menos por donde habíamos venido.

El resto descendimos por el camino, muy marcado y efectivamente con gran caída hacia el vallé francés, pero sin dificultades técnicas, a excepción de un salto de unos tres metros, pero que unas escaleras de hierro ayudan a sortear sin mayor dificultad.

La senda se precipita haciendo zetas hacia el valle, en algunos puntos coincide con la tubería proveniente de la presa del ibón, que permite su aprovechamiento hidroeléctrico. Mientras descendemos contemplamos las superficies cubiertas de pastizal de alta montaña alternándose con los hayedos.

Ya en pleno bosque pasamos junto a una cabaña, cerrada a cal y canto, desde donde se inicia un fuerte descenso hacia las praderas de la Saut de la Vache, donde de nuevo nos emboscamos entre hayas para ascender al Col de Maspétres, un bonito claro de estupendas vistas.

Tras una buena cuesta en pleno bosque, descendimos a la cabaña de de Escouret, en la que unos carteles indicaban que se vendía queso, nos dieron ganas de parar a comprobarlo.

Ya solo nos quedaba enlazar con el sendero que empleamos a la subida y descender por él hasta de nuevo cruzar el puente sobre La Gave d`Aspe.

Al poco, llegamos al punto de partida, el aparcamiento de Sansanet, dando así por finalizada esta preciosa ruta entre hayas y prados que nos mostró los rincones más bonitos del ibón de Estanés.

Por lo bonita e interesante que es esta excursión la califico con 5 estrellas de oro.
Paco Nieto

VÍDEOS
Vídeo de José Luis Molero

FOTOS