miércoles, 25 de mayo de 2016

Excursión X056: Gruta do Nadal y Lago Negro. Terceira. Islas Azores

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Gruta do Nadal. Terceira
Final: Gruta do Nadal. Terceira
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 5,7 Km
Desnivel [+]: 110 m
Desnivel [--]: 110 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 2

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Nos surgió la oportunidad de recorrer los rincones de la isla Terceira, que debe su nombre a que fue la tercera isla del archipiélago de las Azores en ser descubierta, después de la Santa María y la de San Miguel. La mayoría de las excursiones que realizamos por esta bella isla fueron en coche, pero cuando fuimos a conocer la Gruta do Nadal, tuvimos la oportunidad de hacer una pequeña ruta por el lago Negro y su entorno que fue de lo más gratificante.

Nada más llegar, fuimos a visitar la gruta, una formación geológica bastante extensa, resultante de la creación de un tubo de lava en el interior de la isla, integrado en la Reserva Forestal Natural de la Serra de Santa Bárbara e Mistérios Negros.

Esta cueva, inicialmente conocida como Galeria Negra, pasó a llamarse Gruta do Cavalo, durante las primeras exploraciones, debido a que allí se encontraron restos de un hueso de un caballo que había caído por la abertura de entrada.

Más tarde, venciendo el “misterio” que esa cueva representó en el pasado, los Montanheiros iniciaron algo que se convertiría en una tradición única.

Así, a partir del 25 de diciembre de 1969, con la celebración del Patriarca de las Indias D. José Vieira Alvernaz, pasó a ser conocida como Gruta do Natal. Esta fecha también marca la apertura de la cueva por primera vez a la población, para lo que se construyó un acceso sencillo y se instaló una iluminación rudimentaria.

En otros años se ha celebrado la Misa de Navidad, y la cueva también ha sido escenario de bautizos y bodas

Posee ramificaciones en forma de diferentes túneles, formados por las salidas de lavas en diferentes direcciones. Una de sus curiosidades es el hecho de que se localiza en gran parte por debajo de una laguna, la Lagoa do Negro (Lago del Negro).

Tras la interesante y sorprendente visita de la gruta, nos acercamos a ver el Lago Negro. La ruta, señalizada con marcas amarillo-rojo, comienza por una pista de terreno rojizo que se desvía hacia la derecha desde la carretera del aparcamiento.

Enseguida la pista pasó a ser un sendero, que se interna en un espeso bosque.

Según nos fuimos acercando a los ‘misterios negros’ pudimos ver la Lagoinha do Vale Fundo, deleitándonos con el ir y venir de los patos y el croar de las ranas.

Poco a poco el terreno se fue complicando un poco, con raíces y rocas para trepar y bajar. Al poco, contemplamos las negras rocas volcánicas de los "misterios negros", en los que destaca un peñasco negro que sobresale de entre la espesura del bosque.

Finalmente, antes de llegar al aparcamiento, nos acercamos a la cima de una colina que sobresale en el horizonte, el Pico Gaspar, un cerro desde donde pudimos disfrutar de las vistas del entorno.

Terminamos volviendo a la entrada de la gruta y de ahí al aparcamiento, dando así por finalizado este bonito e interesante paseo geológico, uno de los muchos que posee la isla y que califico con 4 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

lunes, 2 de mayo de 2016

Excursión X055: Presa del Pradillo y las Presillas

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: La Isla. Rascafría
Final: La Isla. Rascafría
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11 Km
Desnivel [+]: 161 m
Desnivel [--]: 161 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 3

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Quería enseñarle a mi sobrino Alejandro dos lugares muy apreciados por mi y llenos de encanto, el remanso de agua de la Presa del Pradillo y las no menos atractivas Presillas.

Aparcamos en la Isla, el área recreativa situada en el Km 31,8 de la carretera M-604, la de de bajada del puerto de Cotos a Rascafría. Desde allí, remontamos la margen izquierda del arroyo de la Angostura, poco antes de pasar a ser el río Lozoya.

Enseguida nos dimos cuenta que nos acercábamos a la presa por el estruendo que producía el agua al caer desde varias decenas de metros de lo alto de su muro, todo un espectáculo. Había que ver la cara de sorpresa y felicidad de mi sobrino.

Tras las fotos de rigor, continuamos por la senda que bordea el embalse de la Presa del Pradillo, contemplando cómo los árboles se reflejaban en sus cristalinas aguas.

En este precioso lugar, se almacenaba el agua que luego, un par de kilómetros aguas abajo, servía para mover los motores de la fábrica de luz, por la que luego íbamos a pasar y que está en desuso hace tiempo. 

Al alcanzar la caseta que sirve para medir el caudal del arroyo, nos dimos la vuelta y acompañamos al arroyo en su descenso hacia La Isla.

Por el puente de madera cruzamos el angosto paso por el que el agua se escurre entre las rocas en varios saltos y, proseguimos por la senda que acompaña al río en su descenso, ahora dejándolo a nuestra izquierda.

En placentero paseo, fuimos siguiendo los amplios meandros que realiza el río. Pasamos junto a lo que queda de la fábrica de la luz, y más abajo, junto a otro puente de madera, con una bonita poza bajo él.

Un poco más abajo, vadeamos el arroyo Aguilón, que unos kilómetros más arriba forma las famosas cascadas del Purgatorio. Disfrutando del murmullo del agua, llegamos a las Presillas, zona recreativa en la que una hermosa pradera verde y las piscinas naturales formadas por el río Lozoya atraen a mucha gente los fines de semana.

Desde su extensa y verde pradera, bajamos al encuentro del puente del Perdón, donde allá por 1085 se estableció la costumbre de dilucidar en una de las orillas del puente la inocencia de los reos.

Escuchada su defensa, los cuatro quiñoneros decidían si era culpable o no. Si lo era lo conducían valle arriba hasta la Casa de la Horca, donde era ajusticiado.

Si no, le dejaban cruzar el puente, libre. Por ello y aunque eran pocos los que se libraban de la culpa, el puente pasó a llamarse del Perdón.

Desde aquí hay una bonita panorámica del puente con el Monasterio de El Paular al fondo.

Hechas las fotos, emprendimos el camino de regreso, pasando nuevamente por Las Presillas, por las que cruzamos a la otra orilla del río, la margen izquierda, remontando el río Lozoya hasta llegar a una poza que hay bajo un puente. Continuamos el ascenso del río.

Al alcanzar la abandonada central eléctrica, cruzando el puente que hay junto a ella para echarle un vistazo. La fábrica de luz abastecía antaño a Rascafría y otros pueblos cercanos. Es una pena que se encuentre en tan lamentable estado.

Regresamos al puente y seguimos remontando el río hasta alcanzar el restaurante los Claveles, donde paramos a comer un suculento cochinillo, y a continuación andamos los escasos metros que hay hasta el aparcamiento de la Isla, dando así por finaliza esta bonita ruta con el agua como protagonista omnipresente, que se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

domingo, 1 de mayo de 2016

Excursión X054: Puente de Alcanzorla desde la estación de Torrelodones

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Torrelodones
Final: Torrelodones
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 5,4 Km
Desnivel [+]: 138 m
Desnivel [--]: 138 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 3
Participantes: 2

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Queríamos dar un paseo con mi sobrino Alejandro por Torrelodones Colonia y enseñarle el puente de Alcanzorla, por el que seguro le gustaría pasar.

Desde la estación echamos a andar en buscar de la carretera de Galapagar, pasamos frente a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y tras andar unos metros por la carretera, bajamos las escaleras que facilitan cruzarla y poder continuar por la calle de la Tejera.

Fue inevitable parar un buen rato en el área recreativa que hay al final de la calle para que el peque se subiera a todos los artilugios que tiene.

Desde allí, continuamos un camino que recorre la margen izquierda del río Guadarrama, por la urbanización Las Minas, que facilita el paso al mirador natural del río Guadarrama, al que nos acercamos a contemplar, el pequeño cañón que forma ahí el río.

Después, con cuidado de no resbalar, descendimos entre enormes riscos al bello y romántico puente de la Alcanzorla. El puente salva el río Guadarrama a la salida de su estrecha garganta. Aunque muchos le asignan un origen romano, es una construcción medieval, erigida durante la dominación musulmana del centro de la península, probablemente levantado entre los siglos IX y XI.

Formaba parte de un camino militar, a través del cual se unían distintas torres-vigía y ciudadelas, diseminadas longitudinalmente entre Talamanca de Jarama y el Valle del Tiétar.

Las fortificaciones más cercanas a su enclave son la Atalaya de Torrelodones y La Torrecilla, ubicada en el término de Hoyo de Manzanares.

Las primeras referencias escritas del puente son muy posteriores a su construcción. Estas se sitúan en el año 1236, cuando el rey Fernando III de Castilla pidió ayuda para recuperar Córdoba a cambio de unos terrenos situados entre Galapagar y Torrelodones, curiosidades que unen mis dos ciudades de vivencias.

Tras las muchas fotos que este puente merece, cruzamos la urbanización de Los Jarales, para salir a otro puente, llamado Puente Nuevo.

Fue conocido como tal desde su inauguración en el siglo XVI, para diferenciarlo del viejo puente de la Alcanzorla, que quedó en desuso tras la apertura de la nueva infraestructura, mandada construir por Felipe II y atribuido a Juan de Herrera.

Como el puente está situado al lado del área recreativa por la que habíamos pasado, de nuevo tocó sesión de demostración atlética de mi sobrino.

Cuando se cansó de subir y bajar los aparatos, continuamos por el camino ya conocido que discurre por la calle de la Tejera para luego subir por las escaleras que acceden a la carretera de Galapagar, y que por el camino de la estación, nos hizo regresar al punto de inicio, dando así por finalizado este paseo cargado de historia y que bien se merece 3 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS