lunes, 21 de septiembre de 2020

Excursión X234: La Peñota desde la Estación de Cercedilla

FICHA TÉCNICA

Inicio: Cercedilla
Final: Cercedilla
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 11,6 Km 
Desnivel [+]: 861 m 
Desnivel [--]: 861 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
La Peñota es en realidad un conjunto de tres cumbres de granito visibles desde muchos puntos de Madrid y Segovia, por hacer de frontera de las dos provincias.

Para disfrutar de sus magníficas vistas nos emplazamos en el aparcamiento cercano a la estación de Cercedilla. Tras degustar unos ricos pasteles que había traído Olga para empezar con ganas la mañana.

Echamos a andar hacia el puente del Molino, que dejamos a nuestra izquierda para subir la escalinata que de frente accede al Camino Puricelli, llamada así por ser la 
empresa que inició las obras de la carretera de la República, que uniría Madrid con Segovia atravesando el Valle de la Fuenfría.

Enseguida la abandonamos para seguir, a la izquierda, por el Camino de los Campamentos, una pista que al poco dejamos para ascender por una bonita senda que entre robles alcanza la explanada donde estuvo el Campamento de la Peñota, del que poco queda de lo que fue uno de los campamentos más emblemáticos de la Organización Juvenil Española (OJE), sólo unos hitos a modo de vértices geodésicos, y una especie de monumento pétreo da fe de ello.

De allí, subimos al Cerro del Reajo Alto, deleitándonos con las vistas de su mirador. Y tras las fotos de rigor, regresamos al collado de los Amigos, que así se llama la explanada del campamento, continuando hacia el noroeste, pasamos junto a unos barracones, y nos encaminamos hacia la fuente del Campamento, cercana al arroyo del Collado del Rey, que apenas llevaba agua.

Desde la fuente iniciamos el ascenso siguiendo una senda, marcada con puntos rojos, que entre pinos va remontando la loma del Helecharón, cuyo arroyo vadeamos en lo que es prácticamente su nacimiento. Las rocas musgosas contrastan con la palidez que van presentado los helechos que dan nombre a este paraje.

Un curva cerrada nos anticipa que estamos en la zona conocida como Matalobos y que a pocos metros vamos a llegar a la roca donde se encuentra el petroglifo del corzo y que nosotros llamamos Peña Bambi, por su parecido al entrañable cervatillo de la película.

Después de hacernos fotos junto a él, continuamos de nuevo por la senda par, al poco, alcanzar la pista forestal Calle Alta, por la que seguimos unos metros en busca de la fuente del Astillero.

Junto a ella paramos a tomar el tentempié de media mañana, disfrutando de sus fabulosas vistas del Valle de la Fruenfría, de Siete Picos, Maliciosa y el Alto de las Guarramillas, medio cubiertos de nubes blancas.

Continuamos el ascenso siguiendo la escarpada pero corta senda que por detrás de la fuente sube hasta el collado de Cerromalejo, tras una buena trepada.

Saltamos la cerca de piedra que hace de frontera con Segovia y conectamos con el GR-10 que nos sube, con bastante pendiente hasta el primero de los tres picos de la Peñota, situado a 1.936 metros de altura. De acceso fácil, desde su mojón lindero nos ofrece unas impresionantes vistas.

Retrocedemos unos metros para bordearlo por la derecha y buscar el sendero que nos conduce a la cima del segundo pico, que con sus 1.944 metros es el más alto de los tres, por ello tiene vértice geodésico. Alcanzarlo tiene algo más de dificultad, pues aparte de tener que acceder por un tramo algo expuesto, obliga a una trepadita al final.

Pero merece la pena, porque su cima constituye uno de los mejores miradores de la sierra, desde la que se ve gran parte de la llanura madrileña y segoviana. En su ladera sur predominan sobre todo las praderas alpinas, los roquedales y los matorrales bajos de montaña. En cambio, su vertiente norte está cubierta casi enteramente por un bosque de pinos silvestres.

Con el día tan estupendo que teníamos, derrochamos el tiempo en hacernos un montón de fotos desde todos los riscos posibles.

De regreso, nos cruzamos con un corredor que ascendió, como si nada, a la cumbre por la parte más abrupta de los bloques graníticos. Pasamos una cerca de piedras divisoria de El Espinar con Cercedilla, e iniciamos el descenso, siguiendo una marcada senda, hacia el collado del Rey.

Entre hermosos pinos alcanzamos la llamada pradera de Navalcampillo, aunque pradera no vimos ninguna, solo pendientes. Un poco más abajo, la senda se aproxima a unos riscos, momento que aprovechamos para tomarnos los bocadillos encaramados a uno de ello, con excelentes vistas de la planicie madrileña.

Tras el descanso, continuamos el empinado pero agradable descenso por Los Poyales, hasta alcanzar la pista Calle Alta, que ya cruzamos cuando paramos en la fuente del Astillero, y enseguida el collado del Rey.

En él buscamos el lugar donde se encuentra un pino silvestre muy peculiar conocido como Pino Solitario o de San Roque, al que nunca habíamos llegado.

Lo encontramos mirando a la izquierda, en la ladera sur. Está catalogado como Árbol Singular número 309. Tiene unos 27 metros de alto, 6 metros de perímetro al hombro, 18 metros de ancho de copa, más de 350 años de edad y puede que sea el pino silvestre más grande de España.

Se encuentra aislado de otros pinos ya que fue uno de los pocos supervivientes de un incendio que asoló la zona a mediados del siglo xx. Parece un anciano corpulento, lleno de nudos y cicatrices, que eleva sus retorcidas ramas en desesperado esfuerzo.

En esta zona, aunque no sabemos dónde exactamente, encontraron muerta a Blanca Fernández Ochoa, seguramente su alma solitaria buscó este pino solitario para que le hiciera compañía en sus últimos minutos de vida.

Algo emocionados por la tristeza que emana este lugar, continuamos el descenso, siguiendo una bonita senda que entre un denso pinar nos llevó de nuevo a la explanada de los Campamentos, y volviendo por el mismo camino empleado en la ida, regresamos a la estación de Cercedilla, donde unas reconfortantes cervezas y cafés pusieron el punto final a esta estupenda excursión que bien se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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