viernes, 5 de marzo de 2021

Excursión X267: Nacimiento del Río Gudillos desde el Alto del León

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Alto del León
Final: 
Alto del León
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13 Km 
Desnivel [+]: 426 m 
Desnivel [--]: 426 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 4

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Buscábamos una ruta que no nos supusiera ir muy lejos y no demasiada larga y Tere nos propuso esta que le gustaba mucho y había recorrido ya en un par de ocasiones.

Con algo de niebla, salimos del Alto del León en dirección sur, por la que fue la carretera de Peguerinos, hoy día abandonada a su suerte, convertida en una pista forestal por la que discurre el GR-10. Pasamos junto a las antenas del ejercito del Aire, que con la niebla, apenas se veían.

Nada más pasar el portón que nos introduce en el bosque, dejamos el GR-10 para, girando a la derecha, seguir por la agradable senda que se dirige, hacia el este, a Las Hondillas, un denso pinar por el que era todo un placer caminar.

Al iniciar el descenso hacia el arroyo de la Gasca, la niebla fue paulatinamente despareciendo. No nos hizo falta cruzarlo, porque justo al llegar a su acaudalado cauce giramos a la derecha, en dirección norte, para acompañarlo en su descenso hacia su encuentro con la antigua carretera Nacional VI por la zona conocida por el Umbrión, dada la sombra a que está sometida.

Al llegar al túnel por el que el arroyo de la Gasca salva la carretera, no surgió la duda de si podríamos seguir por él o tendríamos que remontar el paredón y cruzar la carretera por arriba.

Me animé a intentarlo y aunque el agua ocupaba con gran profundidad casi todo el túnel, dejaba una franja mínima sin agua en el lado izquierdo que aproveché para llegar al otro lado con la ayuda de unas piedras en la parte final.

Solo me siguió Nacho, porque las chicas prefirieron no arriesgar y subirse a la carretera. Una vez reunidos, descendimos por la margen izquierda del arroyo hasta cruzarlo por un puente. Traspasamos una portilla y continuamos el descenso hacia la parte alta donde discurren los túneles de la A-6 y el ferrocarril, cuyas vías asoman a pocos metros de este punto.

En suave descenso, cruzamos una hermosa pradera, cruzada por dos líneas de alta tensión, dejando una granja a la izquierda, hasta encontrarnos con el rio Gudillos, que cruzamos cada uno como pudo, incluso recurriendo al viejo truco de descalzarse, ¡de mojados, al río!.

Aquí enlazamos con el GR-88, el sendero que une el Pontón de la Oliva con El Escorial, que enseguida dejamos, pero antes, aprovechando el tronco de un árbol caído, paramos a tomarnos el tentempié de media mañana.

Fue el momento en el decimos que definitivamente terminaríamos la ruta saboreando un chuletón en el restaurante del alto del León, lo que nos obligó a no perder mucho tiempo y acelerar la marcha.

Proseguimos por el sendero que se aproxima, hacia la derecha, en busca del río Gudillos, al que remontamos hasta su nacimiento, pasando por alguna que otra zona encharcada que tuvimos que salvar con cuidado. La pradera en la que emerge apenas un hilillo de agua, cerca de una fuente con abrevadero, también estaba encharcada, lo que hace que toda ella estuviera muy verde.

Muy cerca, un vallado de maderos protege una pequeña laguna que se nutre de las aguas subterráneas que afloran por varias surgencias, y en la que han encontrado su refugio los anfibios.

Desde la pradera se puede ver como, a los pocos metros de nacer, el aprendiz de río ya lleva un buen chorro de agua. 

Estos milagros de la naturaleza siempre me han fascinado y más si pensamos que una gota de agua nacida aquí, a nuestros pies, en 12 km aparecería en el río Moros, en unos 60 km alcanzaría al Eresma, en unos 120 km en el Duero y en unos 800 km llegaría a Oporto para darse un baño de sal en el océano Atlántico. 

Tocaba regresar, buscamos hacia el sur la senda que conecta con el Cordel de la Campanilla, encontrándonos a medio camino con la Cerca de Montosa, una extravagante construcción de 1958 que recibió como primer nombre "Albergue Guadarrama", de los arquitectos J.L. Romany y F.J. Saénz de Oiza, con obras emblemáticas por la geografía peninsular. El nombre actual le viene por el arroyo que fluye bordeando su cerca sur.

Fue promovida por la Organización Sindical Española, conocida comúnmente como Sindicato Vertical de los Trabajadores, con la intención de crear una residencia de las “Hermandades del Trabajo”.

El tejado era de zinc, con corcho como aislante, pero con el paso del tiempo se fueron llevando todo lo que podía ser aprovechable. Actualmente y como tantas otras edificaciones que han abandonado su destino inicial, es dedicada a almacén de paja para el alimento de ganado vacuno.

En los años 80, cuando el boom de los montañeros en San Rafael, esta finca se llenaba de mochileros que se subían muchas veces al tejado, para disfrutar de las estupendas vistas y de la paz que transmitía este silencioso valle.

Conectamos con el Camino del Agua, una pista casi plana que bordea la Loma del Arcipreste de Hita. Atravesamos los tres cortafuegos que protegen de incendios a los tendidos eléctricos y nada más rebasar el último, giramos a la izquierda para recuperar en poco más de un kilómetro los casi 150 metros que nos quedaban para alcanzar el Alto del León.

Junto al tendido eléctrico, que nos servía de guía, fuimos subiendo aprovechando la falta de vegetación hasta alcanzar un collado donde nos tomamos un respiro.

Cruzamos un riachuelo y acometimos la última subidita, esta ya más suave, pasamos cerca de una de las torretas de ventilación del túnel y continuamos el ascenso hasta llegar de nuevo al promontorio donde la estatua de un león de piedra indica el punto más alto de la cima desde que se instaló a instancias de  Fernando VI, en el año1749.

Los suculentos entrantes sirvieron para que Nacho celebrara su cumpleaños y los chuletones para celebrar todos un día más de senderismo en buena compañía, por lo que a esta ruta solo puede merecerse la máxima nota, un 5.
Paco Nieto

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