miércoles, 31 de marzo de 2021

Excursión X274: Circular y Cima Puig Campana

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Font del Molí. Finestrat
Final: Font del Molí. Finestrat
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 17,3 Km 
Desnivel [+]: 1.240 m 
Desnivel [--]: 1.240 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
El Puig Campana, con sus 1.408 metros de altitud, es el segundo pico más alto de la provincia de Alicante, superado solo por los 1.558 de Aitana, pero sí es uno de los primeros en cuanto a dificultad para coronarlo se refiere. Los más de mil metros de desnivel de la subida, lo convierten en una de los más exigentes de la región y al que le tenía especial gana porque es el que veo desde mi casa.

Esta mole caliza de forma cónica se alza con un pronunciado desnivel a pocos kilómetros del mar, por lo que es la cumbre más elevada de la Península Ibérica por proximidad a la costa. En realidad está formada por dos cimas: el Pic Prim y el Tajo de Roldán al oeste, y la cima principal al este.

Esta cumbre presenta una característica orográfica peculiar ligada a una leyenda: en su cima secundaria, se observa un corte a modo de ventana, que según cuentan, surgió a raíz de una patada propinada a la montaña por el gigante Roldán, cuando intentaba salvar a su amada de una maldición, aterrizando el fragmento de roca desprendido en el mar; es el islote que hay frente a las playas de Benidorm.

Iniciamos la ruta en el aparcamiento que hay junto a la Font del Molí, que cuenta con 15 caños, siendo el central mayor que el resto, y proporciona un caudal de 20 litros por segundo, ahí es nada.

Siguiendo las indicaciones, muy precisas en toda la ruta, ascendemos por una pista de cemento marcada como PR-CV 289 o Camino de Polop. Nada más dar una cerrada curva, pasamos una enorme acequia, sin agua, por un pequeño puente.

Enseguida nos sale el sendero que, a mano izquierda, se interna en un pinar, con el imponente Puig Campana de frente. Al poco, pasa junto a una casa, en el Barranco des Marietes, gana un poco de pendiente a la vez que pierde anchura y, con magníficas vistas del entorno, va rodeando las impresionantes paredes del Puig Campana.

Al llegar a la zona conocida el Volador, nos asomamos a un promontorio que hace de mirador con bonitas vistas de Aitana y sus antenas y del todo el valle.

Continuamos por el Tossal de Avellá hasta llegar al refugio José Manuel Vera Catral, construido por el CEA en 1979, un tanto destartalado, aunque bien equipado con literas y mesa para poder hacer noche en él.

Junto al refugio paramos a tomarnos el tentempié de media mañana, con una estupenda temperatura que nos permitía ir en manga corta. Tras el descanso reanudamos la marcha desde el refugio hacia el collado del Pouet, al que llegamos enseguida por una senda muy amplia.

En el collado confluyen varios caminos: el sendero que va hacia Polop por el collado del Llamp (PR-CV 13), otro ramal que desciende hacia Sella, otro que baja a Finestrat dándole la vuelta al Puig campana (PR-CV 289) y el sendero por el que se sube a la cima.

Seguimos por este último, llamado el "sendero botánico", por ser una microreserva de la flora, que asciende por la ladera norte del Puig Campana, primero por un pinar y después por un roquedo, empinado y algo técnico.

Antes de llegar al roquedo, un poste de señalización nos sugiere hacer una visita a lo que queda del Pozo del Nevero, en el que antaño se conservaba, entre capas de paja, la nieve para su posterior distribución.

En lugar de nieve, lo que ahora tiene el pozo, de gran diámetro, son enredaderas y un árbol que sale de su mismo centro. La verdad es que merecería un poco de cuidado para no perder el legado cultural que estas instalaciones representan.

De vuelta al sendero, continuamos el ascenso, ya sin pinos, tan solo alguna que otra carrasca, dispuestos a acometer el tramo más complicado.

Primero un runar de piedra suelta que hay que cruzar con precaución y después el mencionado roquedo en el que hay que estar atentos a las marcas amarillas y blancas para no salirse, entre tanta roca, de la ruta, como le había pasado a una pareja que andaba un poco desesperada buscando el zigzagueante sendero tras enriscarse en una mala salida.

Con no poco esfuerzo, por fin llegamos al Bancal del Moro, un collado de estupendas vistas, que separa las dos cimas principales del Puig Campana.

Siguiendo la senda que sale a la derecha, me acerqué a un estupendo mirador natural desde el que se tiene unas privilegiadas panorámicas. Detrás de él está la llamativa ventana, oculta a nuestros ojos desde el collado y la cumbre.

Proseguimos el ascenso por la senda que bordea la loma sur, con vistas a la línea de costa mediterránea y de la comarca de la Marina Baixa, destacando los núcleos turísticos de Villajoyosa y Benidorm. 

En cómodo ascenso, alcanzamos lo que queda del vértice geodésico que señala la cima. Desde él son imponente las vistas de la costa con Serra Gelada (Sierra Helada) al este, Aitana al norte y Bernia al noreste, un bonito contraste de mar y montaña.

Resguardados del viento cerca de la cima, nos tomamos los bocadillos, a la vez que dábamos tiempo a que un numeroso grupo se fuera para poder hacernos las fotos de rigor que daban cuenta de nuestra presencia en tan singular montaña.

El regreso al Bancal del Moro lo hicimos por distinto sendero al utilizado en la subida, más interior que el otro, cercano a los altos riscos de la cara norte. Una vez en el collado, uno de los participantes, con prisa por volver y bastante osadía, se atrevió a bajar por la pedrera, el llamado kilómetro vertical, que desciende o sube, según lo hagamos, un desnivel de 1000 metros en tan solo 3 km de recorrido, lo que unido a lo resbaladizo del terreno lo hace ser muy exigente y no exento de riesgos.

El resto bajamos desde el Bancal del Moro por el mismo camino utilizado en la subida, es decir por el roquedo, el runar y el pinar hasta regresas al cruce cercano al collado del Pouet, donde un poste nos indica que debemos desvíanos por la derecha hacia la Font de la Solsida.

Para llegar a la fuente hay subir un repecho y después descender unos metros hasta dar con ella. El que tenga esperanzas de beber en ella, puede perderla porque raramente brota agua de ella. Para compensar, a su lado hay una gran pared rocosa con una enredadera a su sombra que es una maravilla.

Hicimos una breve parada para descansar y continuamos el suave descenso, rodeando los enormes acantilados del Puig Campana por su cara sur, que nos ofrecía unas bonitas vistas de Serra Gelada y Benidorm.

Me llamó la atención lo verde que estaba la Serra de Cortina, situada ente Benidorm y nosotros, toda una invitación para ir a conocerla algún día.

Al poco alcanzamos la cueva del Cremat que, algo escondida en una amplia depresión en forma de vaguada, entre encinas, coscojo y algunos pinos, cubriendo por completo el amplio brocal.

Tiene un par de simas de grandes dimensiones en el interior, si bien para su acceso se hace necesario material de escalada y espeleología. En este enlace se pude saber más de ella y de los diferentes tramos explorados.

Continuamos descendiendo, ahora con algo más de pendiente a pesar de unas zetas que tratan de suavizarla. Superado el desarbolado tramo, nos internamos en un bosque de pinos nada más cruzar el Barranco de la Trona, que no tenía ni gota de agua.

Al poco, pasamos junto a las ruinas de la casa del Pep de la Majora, con una curiosa cueva al fondo que bien puede servir de refugio en caso de necesidad.

Solo nos quedaba cruzar el pinar de la Foia Cac, desde donde tenemos unas estupendas vistas del característico tajo del Puig Campana y, un poco más adelante, llegar a la urbanización Ramal de l'Oix, para acabar en una pista que seguimos a mano derecha.

La pista, cerrada al tráfico por una cadena, da un pequeño rodeo y salva la acequia que vimos a la ida, por un puente distinto al anterior y en cómodo paseo baja hasta el aparcamiento de la Font del Molí, donde saciamos nuestra acumulada sed después de habernos bebido toda el agua que habíamos llevado, dando así por terminada esta espectacular ruta que se merece la puntuación más alta, 5 estrellas.
Paco Nieto

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