sábado, 27 de marzo de 2021

Excursión X273: Embalse y Castillo de Guadalest

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Guadalest
Final: Guadalest
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15 Km 
Desnivel [+]: 451 m 
Desnivel [--]: 451 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 9

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Tras un par de intentos fallidos, el primero por las restricciones perimetrales sobrevenidas, y el segundo por el mal tiempo, por fin pudimos realizar esta ruta que iba a discurrir por dos partes diferenciadas, la primera alrededor del embalse de Guadalest, y la segunda subiendo a su castillo.

Para no tener que mover los coches y darle algo de desnivel a la excursión, salimos del aparcamiento del Ayuntamiento de Guadalest, pueblo encaramado a un lienzo rocoso que le ha servido de abrigo y defensa. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1974 y forma parte de la Asociación Los pueblos más bonitos de España.

Callejeando, salimos a la carretera que desciende hacia la Piscina Municipal, que dejamos a la izquierda y en moderada pendiente conecta con la carretera CV-755 que nos llevó al inicio de la presa.

El embalse se encuentra rodeado por tres de las más agrestes y bellas sierras del norte de Alicante: Aitana, Aixortá y Serrella,

La presa fue construida en 1967 y recibe principalmente el agua del río Guadalest, del que toma su nombre, afluente del Algar.

El embalse tiene una capacidad de 13 hm³ y una superficie de lámina de agua de 86 ha, con una presa de gravedad de 94 m de altura y 236 m de longitud de coronación.

El aliviadero es de tipo compuerta y tiene una capacidad de 400 m³/s. Su gestión depende de la Confederación Hidrográfica del Júcar y está abierto a navegación, baño, riego, producción eléctrica y abastecimiento hídrico.

Cruzamos la presa admirando las bonitas vistas desde su alargado muro se tienen y comenzamos a circunvalar el perímetro del embalse por la pista asfaltada de la solana, antiguamente camino de servicio para la construcción de la presa, ahora PR-CV 45, pasando por las construcciones de la Casa de Gorgues.

En este lado el embalse presenta grandes entradas que corresponden a los barrancos existentes en la zona: Barranc del Racó, Barranc de la Coveta de Migjorn, Barranc del Castellet y Barranc de les Coves; los dos últimos muy agrestes.

Aunque hay varias entradas y salidas de acceso a construcciones de la zona, desde la pista que seguimos, la más importante es la que a nivel del Barranco de les Coves sale por la derecha para dirigirse hacia Castell de Castells. De esta pista, a nivel del Portet de Castells, salen los senderos que se dirigen hacia los altos picos de la Aixortá.

Sin hacer caso a las sendas que surgen a ambos lados del camino, vamos rodeando el embalse, entre una bonita vegetación en la que destaca algún que otro campo de olivos, algarrobos y el bosque de pinos, donde paramos a tomar el tentempié de media mañana, a resguardo del vientecillo que soplaba y con el intenso azul de las aguas del embalse de fondo.

Tras el descanso, continuamos por la pista hasta alcanzar el Pla Roig, en la cola del embalse, aunque el sendero sigue por la ladera del barranco del río hasta alcanzar un puente, El Pontet, que nos permite cruzar cómodamente el río Guadalest.

El río Guadalest tiene una longitud muy corta, nace en el Puerto de Confrides, a pocos kilómetros del embalse, y desemboca en el río Algar, en el término municipal de Altea, con un caudal muy irregular, que se origina en los diferentes barrancos, fuentes y manantiales que lo abastecen, y que llegó a causar daños importantes en épocas de fuertes lluvias, por lo que la construcción del embalse estuvo motivada principalmente por las necesidad de regulación de su caudal.

Ahora, cuando parece llover bastante menos, es una excelente fuente de agua para las poblaciones turísticas de la costa, y un lugar utilizable para la diversión y el deporte.

Pasado el puente, el camino sigue hacia el sureste, pasamos junto a la piscina municipal de Beniardá, precedida de almendros en flor y limoneros cargados de frutos, en la Font de Beltrá y, poco después, llegamos a las afueras de Beniardá, donde tras pasar por una fuente encontramos el acceso a la pista que baja hacia el embalse, donde nos acercamos a su orilla a hacernos unas cuantas fotos con sus azuladas aguas de fondo.

Retomamos el camino, que al poco pasa a ser un bonito sendero que cruza los Barrancos de Beniardá con la ayuda de unas piedras, entre una espesa vegetación, en la zona conocida como el Muladar, antes de continuar su camino por un precioso bosque con muy tupida y variada flora en la ladera de la Umbría del Castell.

En uno de los entrantes del embalse, bajamos de nuevo a tocar el agua, en un entorno que se asemejaba a la selva de una isla tropical. Retomado el sendero, lo recorrimos paralelos al embalse, hasta alcanzar el lado sur de la presa, en la que hay una pequeña área recreativa.

Quedaba subir de nuevo a Guadalest, siguiendo el camino que utilizamos en la bajada, pero la animada conversación que llevábamos nos hizo saltarnos el desvío, lo que una vez advertidos, nos llevó a buscar un sendero para no tener que retroceder el camino andado de más, Seguimos para ello un sendero que salía a la derecha y que enseguida conectaba con el Camino de las Eras.

Fue un acierto, porque a parte de ser más tendido, con menor pendiente, nos ofreció unas bonitas vistas del pueblo y los riscos que lo sostiene.

Una vez en el pueblo, algunos participantes con prisa nos dejaron y el resto acometimos la segunda parte de la excursión, la subida a la parte alta del pueblo, castillo de San José, construido en el siglo XI, jugó un papel muy importante a lo largo de la Edad Media y Moderna, gracias a su situación estratégica. Los terremotos de 1644 y 1748 y la voladura que sufrió en 1708 en la Guerra de Sucesión fueron los culpables de su destrucción, de ahí su estado actual.

Impresionan las vistas que se tienen del embalse desde la balconada de la plazuela del castillo, mirador de unas vistas panorámicas únicas. En uno de los bares de la plaza nos tomamos los bocadillos y las cervezas que pusieron el broche a esta estupenda excursión de fabulosas vistas que bien se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

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