jueves, 6 de mayo de 2021

Excursión X281: La Cachiporrilla desde Canencia

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Canencia
Final: Canencia
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 12 Km
Desnivel [+]: 640 m
Desnivel [--]: 640 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 3

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Hace tiempo había subido a la Cachiporrila desde Pinilla del Valle y hace todavía más, había recorrido los puentes medievales de Canencia, pero quería unir cumbre y puentes en una única ruta. Y con ese objetivo, nos fuimos a Canencia para iniciar la excursión en la plaza de la Constitución, a la sombra de la iglesia.

El origen del pueblo se vincula al proceso de repoblación cristiana, llevado a cabo por la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, tras la conquista de la zona por el rey Alfonso VI de Castilla, a finales del siglo XI.

Fue utilizado como cazadero por parte de la Corona de Castilla durante la Baja Edad Media. De hecho, algunos historiadores relacionan el topónimo del pueblo con los perros (canes), ante la supuesta existencia de perreras reales dentro de la localidad. Tres galgos junto a la plaza dan cuenta de esta relación de los canes con el pueblo.

Enfilamos la calle que en dirección oeste, sale de la iglesia en dirección oeste, camino del primer puente del recorrido, el puente Canto. No tuvimos que andar mucho, enseguida lo divisamos, solitario sobre el arroyo de Canencia. Junto a él, se encuentra una pequeña y agradable área recreativa con bancos y mesas en un entorno de gran belleza paisajística, también hay algunos paneles informativos para saber un poco más sobre este puente.

Es de época medieval por su rasante en lomo de asno y su estructura asimétrica. Se cree que se construyó entre 1311 y 1350 debido a que el Rey Alfonso XI lo menciona en uno de sus libros de caza, dispone de dos arcos de medio punto desiguales, uno de descomunales proporciones por donde pasa el arroyo Canencia y otro más pequeño para dar paso al agua en épocas de crecida.

Hasta 1991 el puente Canto se seguía usando para solventar el paso del arroyo Canencia, hoy en día esa función la hace otro puente construido a su lado.

En sus inmediaciones, aguas arriba, se encuentra el puente de las Cadenas, al que nos dirigimos por el amplio camino de tierra que hay a la izquierda, que al poco dejamos para seguir por una vereda, junto a un arroyo, que nos sale a la izquierda.

Procurando no meter los pies en el agua, llegamos a su desembocadura y girando a la izquierda, enseguida encontramos el acceso hasta esta vieja reliquia, al lado de un molino harinero reconvertido en vivienda.

Es también medieval, posee un solo ojo y está suavemente apuntado. Su perfil es también de lomo de asno. El arco se construyó con lajas de piedras delgadas, bastas y algo toscas. Debido a su escasa anchura, sólo puede ser cruzado por peatones y caballerías. Su estado de conservación es solamente aceptable, pero mantiene la belleza de lo sencillo. Está rodeado de abundante vegetación de ribera.

Tras las correspondientes fotos, regresamos sobre nuestros pasos hasta alcanzar de nuevo la pista, por la que continuamos ascendiendo en dirección suroeste, entre robles y muros de piedra que la delimitan.

Pasamos junto a las Casas de Revenga, una explotación ganadera que nos queda a la izquierda, en la que unas vacas nos contemplaron con mucha curiosidad.

Un poco más adelante, superamos otro par de granjas con corrales de madera y un pilón y tras una gran curva a la derecha, nueva granja, con muros de piedra.

Sin prisas, con un excelente tiempo y cielo despejado, fuimos remontando la pista, rodeados de robles jóvenes a los que ya les estaba saliendo las hojas, aunque curiosamente a mayor altura del recorrido, menos brotes presentaban.

Antes de alcanzar la siguiente curva, nos desvíanos a la derecha para ver una caseta de vigilancia, que como era de esperar tenía unas magníficas panorámicas de todo el valle.

Retomada la pista, continuamos subiendo, ahora en dirección noroeste, pasamos junto a otra granja y un poco más arriba, aprovechando el frescor y el sonido del agua del arroyo de la Tejera, paramos a tomarnos un tentempié.

Tras el breve descanso, continuamos por la pista, que al poco realiza unas zetas y gira hacia el noroeste buscando la cuerda de Altos del Hontanar en la que se encuentra la Cachiporrilla, a la que llegamos tras desviarnos levemente hacia la derecha para subir a un pedrusco que hace de excelente mirador de la zona por la que hemos ascendido.

Dejamos la pista, que se dirige a otra caseta de vigilancia y por una senda poco marcada que sale a la izquierda llegamos finalmente a las antenas, un viejo pluviómetro y el vértice geodésico que coronan esta cumbre situada a 1.620 metros de altura.

Desde allí, las vistas del Valle del Lozoya con sus pueblos y el embalse de Pinilla son magníficas.

Nos extasiamos con las vistas de Peñalara y Cabezas de Hierro, aún cubiertas de nieve, y las amplias panorámicas de Cuerda Larga y Montes Carpetanos, toda la Sierra de Guadarrama a nuestra vista.

La idea era descender por la Cachiporrilla Bajera y La Llaná hasta el embalse de Pinilla y luego seguir el Lozoya para pasar por el hermoso puente del Congosto y regresar a Canencia pasando por el puente de Matafrailes, ambos medievales y situados en un entorno precioso, pero una llamada con muy tristes noticias hizo que uno de nosotros tuviera que estar urgentemente de vuelta en Madrid, lo que precipitó el regreso del grupo.

Para volver por el camino más corto, decidimos descender rectos hacia el pueblo, campo a través por los bosques de robles, que afortunadamente no tenían poca maleza que pudiera hacer penoso el intento.

A paso veloz y sin paradas, bajamos por la Solana, el Lomo y la Costanilla, buscando siempre el mejor paso y sin sendas que facilitasen la labor. Finalmente conectamos con la pista por la que ascendimos, poco antes de llegar al puente Canto, y de allí a los coches para regresar de inmediato. Habrá que repetirla algún día para realizarla según el itinerario inicialmente previsto.

Con todo, es una ruta que merece la pena hacer y que califico con 4 estrellas.
Paco Nieto

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