sábado, 22 de mayo de 2021

Excursión X286: Gorgos y Albufera de Anna

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Gorgo de la Escalera. Anna. Valencia
Final: Gorgo de la Escalera. Anna. Valencia
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 14,6 Km
Desnivel [+]: 365 m
Desnivel [--]: 365 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Para mitigar los calores de estos día, Kika nos propuso una ruta con mucha agua que discurre por las inmediaciones de la población de Anna, al sur de la provincia de Valencia.

Este municipio se encuentra rodeado de un paisaje tan fértil como diverso y, sobre todo, acuático. Al lado del casco urbano encontramos el lago de la Albufera, poblado de ocas y garzas. Muy próximos hay que buscar los gorgos o pozas que forman el río que alimenta el lago.

Aunque inicialmente teníamos previsto comenzar la ruta visitando el lago de la Albufera, una vez estacionados, decidimos realizarla a la inversa, dejando esta parte para el final, lo que creo fue todo un acierto.

Aparcamos a las afueras del pueblo, muy cerca de la entrada al Gorgo de la Escalera. En este enlace dejo las coordenadas para llegar más fácilmente hasta él.

Comenzamos saliendo del aparcamiento hacia la izquierda, por un camino que entre plantaciones de frutales y casas de labranza zigzaguea en dirección noreste hacia la primera de las cascadas.

A ella llegamos tras descender por una senda, rodeada de una tupida vegetación, en la que hay que bajar con precaución un par de escalones de tierra de cierta altura.

El Gorgo Gaspar, también llamado de Palet conforma un pequeño salto de agua, procedente de la Albufera de Anna, que en otro tiempo daba energía hidráulica a la cercana fábrica textil Miguelín por medio de una noria.

Más abajo estas mismas aguas forman la cascada de Los Vikingos o Gorgo de la Canal. En este vídeo se muestran unas bonitas imágenes aéreas de ellas.

Para llegar a esta segunda cascada, de mayor altura, sin cruzar el puente que tenemos frente a nosotros, continuamos por la derecha el descenso, que a los pocos metros nos lleva a los pies de este segundo gran salto.

Con precaución cruzamos por unas tablas y rocas el río para continuar el recorrido siguiendo las indicaciones del GR-332 (marcas rojas y blancas), por un sendero balizado con cuerdas y, en la parte superior, con vallas de madera desde el que se tienen unas buenas vistas de las ruinas de la fábrica textil mencionada.

El recorrido circular que hemos realizado nos da la oportunidad de volver a ver el Gorgo de Gaspar, ahora desde el otro lado del puente, así como una pequeña zona de mesas y bancos de piedra.

Tras las últimas fotos de este rincón con mucho encanto, proseguimos ascendiendo por un camino asfaltado que se interna por las calles de del pueblo de Anna hasta alcanzar la plaza de los Álamos, su centro histórico.

Aquí se ubica el Palacio de los Condes de Cervellón, que según he podido leer, es muy bello en su interior, al que muchos llaman “la pequeña Alhambra valenciana”.

Alberga los museos de etnología y del agua. El patio y sala árabes, recrean el mundo decorativo de los musulmanes, asentados en este municipio a partir del siglo XII, con sus espléndidos mosaicos cerámicos, artesonados y yeserías.

Con más tiempo, habrá que volver para conocerlo, hoy solo lo hemos podido ver por fuera,.

La plaza está adornada con dos fuentes, una en forma de cascada y la otra, llamada de Santa María, con forma de peineta, tiene tres caños y está decorada con una balaustrada barroca, ambas reciben el agua procedente de la Acequia Madre, de la albufera de Anna.

Aunque no lo podamos ver, el agua de la acequia madre discurre bajo nuestros pies hacia la Bajada del Molino, y de allí al rio. Antaño, ese curso de agua era aprovechado por un molino de arroz que existía junto al Palacio, varios molinos harineros, fabricas de paños y centrales hidroeléctricas, hoy todos ellos en ruinas.

Por la escalinata de la Bajada del Molino descendimos, dejando un potente chorro de agua que cae desde las fuentes a nuestra derecha.

Al final de la bajada, conectamos con el Camino de las Fuentes, que nos habla de un tiempo lejano en el que los musulmanes construyeron el puente de Garahament sobre el río, para facilitar el acceso a los nacimientos de agua próximos y molinos.

Como también nos trae el recuerdo de cuando las jóvenes del lugar iban con cántaros y botijos a las Fuentes de Abajo (cueva) y de Arriba (5 chorros) para suministrar agua a sus hogares. Junto a esta última, en sus alargados bancos de piedra paramos a tomarnos un refrigerio.

Tras el descanso, continuamos con el paseo, que a los pocos metros conduce al Gorgo Catalán, que mantiene el encanto que supone andar entre una frondosa vegetación bajo el susurro constante del agua.

Esta pequeña cascada recoge las aguas que nacen en la Sierra de Enguera, surgen en el manantial de la Fuente Negra y por avenidas, van a precipitarse a este pequeño lago, de color esmeralda, rodeado de árboles, acondicionado para el baño y que tiene unos 8 metros de profundidad.

Bordeando la zona habilitada con mesas de madera, por detrás de la cascada, sale la senda que entre frondosa vegetación nos lleva a la Fuente Negra. Poco antes de llegar vimos un precioso pony atado a un árbol.

Se trata de un bello y pequeño paraje, en forma de área recreativa, que cuenta con el encanto de disponer de algunas mesas para picnic, un puentecito de madera, un pequeño aparcamiento cercano y un nacimiento de aguas cristalinas que precipitan en forma de río hacia otras fuentes en un entorno tranquilo y relajante.

Girando a la derecha, continuamos por un camino que pasa junto a un antiguo caserío y lavadero que estaban rehabilitando y que, unas decenas de metros más adelante, conecta con una pista que entre olivos, higueras, chopos y abedules nos llevó al encuentro con el río Anna.

Con cierta destreza para no caer al río, lo vadeamos con la ayuda de unas piedras y tubos, siguiendo una estrecha senda medio oculta por la espesa vegetación hasta alcanzar un pinar, al que, sin entrar de momento en él, rodeamos en dirección al río Sellent, a pocos metros de la desemboca del Anna.

Aquí vimos las ruinas de lo que fue una explotación de sal que se surtía de una fuente salada, de la que apenas queda un cobertizo, un abandonado depósito y una excavadora oxidada que hizo las delicias de los fotógrafos.

Retrocedimos sobre nuestros pasos hasta el borde del pinar, por el que nos internamos, ascendiendo por una serpenteante senda de unos 150 metros de desnivel entre la espesura del bosque.

A mitad de la subida, la senda alcanza un camino que va a dar a un precioso enclave donde está situado un vetusto caserío llamado Villa Sarrión. En él se encuentra la Fuente de la Moleta, de la que manaba apenas un hilillo de agua.

Con fuerte pendiente ascendimos por la pista de tierra, que tras una amplia curva pasa por un alargado depósito de agua pintado de verde, supongo que para minimizar su impacto visual.

Al superar otra alargada curva, en el punto más alto del día, La Moleta, paramos a tomar un tentempié, tras el cual dejamos la pista para seguir por la derecha un largo sendero entre pinos y arbustos en flor.

Tras la bajada, dejamos el bosque y pasamos junto a una zona de cultivos, en la que dejamos la pista, para seguir a la derecha una senda que baja al río Anna, donde nos esperaba de nuevo al agua.

Un giro a la izquierda, antes de alcanzar el río, nos interna en una senda medio oculta por la vegetación que pasa junto a la Casa del Salto, una antigua fábrica de luz abandonada, donde han caído bastantes árboles y es difícil pasar para verla, pero que al final conducen al Gorgo de la Escalera.

De repente, estamos en medio del desfiladero, extasiados por la belleza del imponente salto. En sus frías aguas, algunos nos dimos un refrescante baño, con ducha incluida, mientras los demás contemplaban el relajante paisaje amenizado con el sonido del agua que se precipita en forma de cascada en las profundidades del barranco.

Un grupo de barranquistas estaban descendiendo sus 25 metros de altura desde lo alto de la cascada, algo común en este gran cañón, como puede verse en este vídeo.

En tan paradisiaco paraje nos tomamos los bocadillos, reanudamos la marcha divididos en dos grupo, unos cruzamos el río por un puente de madera para ascender por una senda empinada pero corta hasta las inmediaciones del aparcamiento.

Los que no cruzaron el río, siguieron por una senda que remonta el acantilado, rodea unas granjas y vuelve a bajar al río, en la parte alta del Salto, regresando al aparcamiento por los 136 escalones que dan nombre a ese lugar.

Desde el aparcamiento acometimos la última parte de la excursión, visitar la Albufera de Anna, a la que llegamos, tras unos dos kilómetros, por el camino que sale a la derecha del aparcamiento, cruza la carretera CV-580 y tras un desvío a la derecha alcanza nuestro objetivo.

Se trata de un lago de, apenas 300 metros de ancho y con un pequeño islote central. El lago recibe el agua de los saltos y fuentes que lo rodean y de él mana un un caudal de hasta 24.000 litros por minuto, según épocas.

Los Almohades lo convirtieron en un embalse con el fin de regar las tierras próximas, una misión que no ha dejado de tener a lo largo de los siglos, aunque desde mediados del siglo XX la Albufera se acondicionó para convertirla además en un destino turístico.

La hermosa laguna está bordeada por pinos y plataneros que nos permitieron disfrutar de un agradable paseo bajo su acogedora sombra. Patos, ocas y garzas anidan en la isla que emerge del centro del lago, mientras en sus profundidades vimos carpas y barbos.

Hay un parque infantil para los más pequeños, una piscina junto al lago y otra municipal, además de un camping muy cerca de ella. En uno de los kioscos que hay cerca del agua nos tomamos unas cervezas antes de regresar al aparcamiento.

Al llegar a las escaleras, muy cercanas al aparcamiento, los que no habíamos pasado por ellas, las recorrimos para bajar a ver el inicio del Salto y las enormes pozas que forma el río en este fantástico enclave, dando así por terminada esta estupenda ruta que se merece la máxima puntuación, un 5.
Paco Nieto

FOTOS

1 comentario:

  1. Paco, eres el mejor. Muchísimas gracias por tu buen hacer, por ser una bellísima persona, por tu implicación, desinterés, inteligencia, simpatía... Si es que ya no se qué más decir que no sea un piropo de agradecimiento. OLE, OLE Y por!!!!

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