lunes, 11 de octubre de 2021

Excursión X304: El Salto de Roldán

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Sabayés. Huesca
Final: Sabayés. Huesca
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 1,6 Km
Desnivel [+]: 121 m
Desnivel [--]: 121 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
Ver esta ruta en Relive

RESUMEN

Teníamos que regresar a Madrid después de haber realizado cuatro maravillosas rutas por los alrededores de Bielsa, pero Juan nos tenía reservada una última sorpresa, conocer el Salto de Roldán.

Para llegar hasta él, nos dirigimos primero a Sabayés, un bonito pueblo ubicado a hora y cuarto de Escalona, donde habíamos pernoctado estos días.

Está situado en la comarca conocida como Hoya de Huesca, a 14 km de la capital. Sus casas de piedra se asoman a una pequeña colina a la falda de la sierra de Guara, cerca del río Isuela.

El pueblo creció alrededor de un castillo, del que casi nada queda. Fue construido en el siglo XI, en época de Pedro I, después de visitarlo nos acercamos a la Iglesia de Andrés, cuya potente torre campanario, más propia de un castillo que de un templo, marca la silueta del municipio.

De allí, nos fuimos al llamado Salto de Roldán, una formación rocosa compuesta por dos inmensas moles pétreas que configuran la puerta de entrada a la sierra de Guara y avanzan como proas sobre la Hoya de Huesca. Una es la peña San Miguel, de 1123 m, y la otra, la peña Amán, de 1124 m, entre las que discurre el río Flumen. Se encuentra en el extremo occidental del parque natural de la Sierra y Cañones de Guara.

Cuenta la leyenda que cuando el portentoso Roldán, al mando de la retaguardia del ejército carolingio, se retiraba hacia Francia, hostigado desde el sur, fue rodeado en la peña Amán.

Roldán, para liberarse de sus perseguidores, espoleó a su caballo que, de un salto, alcanzó la peña de enfrente, la de San Miguel, sorteando el abismo, dejando marcadas sus huellas en la propia roca.

Aunque casi todas la leyendas suelen tener una componente fantasiosa, ésta la supera, porque visto el abismo que hay entre las dos, se antoja que ni por asomo se puede ni siquiera pensar en tamaña proeza, superior si cabe a la otra leyenda, también atribuida al mismo personaje, por la que con su espada realizo una colosal brecha en la frontera pirenaica con Francia, la famosa brecha de Roldán.

Nos pusimos en marcha hacia la imponente mole, con la incertidumbre de saber por dónde lograríamos subir a su cumbre, que desde el aparcamiento parecía inexpugnable y tarea tan imposible como lo del salto del caballo.

Seguimos el sendero que se dirige, en dirección sureste, en línea recta hacia la cara norte del macizo, aproximándonos gradualmente a sus verticales farallones. Al poco, una cadena marcaba que teníamos que ascender por ella para conseguir llegar a un escalón superior, por el que continuamos.

Un cable de seguridad lo recorre también para mayor seguridad, que con el terreno mojado puede venir muy bien.

A los pocos metros llegamos a una ferrata, más imponente que la anterior, compuesta por diez grapas que salvan unos cuatro metros de altura. Le sigue otra, que en sus primeros metros tiene una escalera, a la que le siguen siete grapas, que superan unos ocho metros, todo ello construido en 1979, según reza una inscripción en su base.

A partir de aquí ya no hay más complicaciones, el sendero sube cómodamente los metros que restan para alcanzar la cumbre, desde la que teníamos unas sorprendentes y fantásticas vistas.

A mediados del periodo Terciario, los ríos arrastraron las gravas y cantos desde el Pirineo hasta la depresión del Ebro.

Estos depósitos, consolidados como conglomerados, han sido esculpidos por los ríos dando unas formas columnares denominadas "mallos" y configurando un característico y vigoroso relieve en un entorno esencialmente calizo como es la Sierra de Guara.

A pocos metros se encuentran las ruinas del castillo de Sen, un torreón defensivo, ya que el Salto de Roldán fue una zona militarizada durante la pertenencia de la ciudad de Huesca al Califato de Córdoba. La fortaleza aquí situada recibía el nombre de "Tan Wa Man".

El episodio bélico más importante vivido en ese periodo fue el asalto del rey García Sánchez I de Pamplona en el año 941 a los baluartes de Sen y Men.

Estas posiciones situadas en la parte superior de las dos peñas fueron recuperadas al año siguiente por Muhámmad ibn Háshim at-Tuyibi, señor musulmán de Zaragoza, algo que fue festejado en la Mezquita de Córdoba, tal y como recoge Gonzalo Martínez Díez en su obra El Condado de Castilla (711-1038): la historia frente a la leyenda.

Curioso hecho que relaciona este lugar con Córdoba, mi tierra, ¡quién me lo iba a decir!

Fuimos recorriendo toda la planicie de la cumbre, asomándonos a cada una de las imponentes paredes rocosas, desde las que se contempla un magnífico paisaje del sector noroccidental del Parque Natural de Sierra y Cañones de Guara.

Este tipo de ambientes geológicos y con variación de corrientes de aire son hábitat preferido por numerosas aves rapaces, destacando el buitre leonado, que aprovecha las oquedades de la roca. Los vimos sobrevolar una y otra vez las peñas por encima de nuestras cabezas.

Junto a las ruinas del castillo se encuentra las también ruinas de la ermita de San Miguel, de la que quedan apenas unos muros y un arco de herradura. En el extremo más occidental, unos paneles dan información del entorno y de las distintas aves que se pueden contemplar desde privilegiado mirador.

Tras las múltiples fotos, emprendimos el camino de regreso, volviendo sobre nuestros pasos.

Al llegar a las ferratas la sensación era que daba más impresión bajarlas que subirlas, pero Juan se esforzó ayudando a los que más miedo tenían y enseguida volvimos a los coches para proseguir el regreso a Madrid, dando así por finalizada esta corta pero preciosa y excitante ruta que regala unas fascinantes panorámicas por tan poco esfuerzo, lo que la hace merecedora de 4 estrellas.

¡Adiós Pirineos!, ¡esperamos volver pronto a seguir descubriendo tus maravillosos rincones y secretos!
Paco Nieto

FOTOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario