sábado, 1 de abril de 2017

Excursión X092: Garganta del río Jalón

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Somaén
Final: Somaén
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,9 Km
Desnivel [+]: 344 m
Desnivel [--]: 344 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 2

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta














PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Una amiga nos habló de Somaén y su bonito entorno y nos acercamos a él para disfrutarlo. Somaén es un precioso pueblo soriano situado al sureste de la provincia, perteneciente al municipio de Arcos de Jalón, a la altura del km. 164 de la antigua N-II.

Está coronado por un castillo. El pueblo está asentado en la ladera de un cerro formado por la Hoz del río Jalón.

Desde el aparcamiento, cruzamos el río por un puente y seguimos por la carretera que va paralela al río, tras una cerrada curva pasamos junto a un puente que parece romano en el que, sin cruzarlo, nos hicimos unas fotos.

Unos metros más arriba nos sorprende el estruendo de una pequeña cascada, de gran belleza, que forma el río Jalón. Más adelante, cruzamos el río por un puente y ascendemos por una senda que al final se une a un camino, justo antes de cruzarlo.

Continuamos por otro camino que asciende hasta dar con una explotación minera, ya abandonada, de la que se extraía hierro. Mantiene sus galerías y bocaminas horadadas en el rojizo terreno, que las hace aún más llamativas. Un rincón espectacular lleno de colorido.

Durante un tiempo, dio bastante trabajo a los habitantes de la comarca, pero al acabarse el filón tuvieron que abandonarla, aumentando la despoblación de sus municipio.

Una vez hechas las fotos, continuamos por el camino que triamos, descendiendo hasta alcanzar un pequeño embalse, fruto de una surgencia de agua, en el que los juncos acaparan más de la mitad del humedal.

Nos desviamos a la izquierda de la balsa para acercarnos a contemplar los restos de una necrópolis compuesta por bastantes tumbas excavadas en la roca de las que se conoce su datación.

Las vistas desde aquí del pequeño cañón son espectaculares, con sus tonos rojizos que ha ido labrando el Jalón con paciencia infinita en su discurrir hacia el Ebro.

Desde aquí descendimos hasta la central eléctrica de Río Blanco, en parte, siguiendo el recorrido de la enorme tubería que la abastecía, procedente del embalse en el que acabábamos de estar. Un poco más adelante, pasamos bajo el túnel por el que pasa el tendido ferroviario que une Arcos del Jalón con Medinaceli.

Desandamos el recorrido por la carretera que hicimos al principio, parándonos a ver unas cuevas, y al llegar al Somaén, cruzamos el puente para ascender por la calle Mayor del pueblo.

Callejear por él es una auténtica delicia, con bellos rincones a cada paso, y las preciosas casas rehabilitadas de su Barrio Alto.

A mitad de la calle, nos topamos con la preciosa iglesia de Nuestra Señora de la Visitación que es de mampostería, excepto las esquinas, la parte superior de la espadaña y el contrafuerte que son de sillería caliza.

Adosadas a sus gruesos muros de mampostería, está la sacristía junto al altar mayor, y una capilla

Un poco más adelante, al final de la calle, paramos a ver la ermita de la Soledad, junto al río Jalón. Fue construida en 1820. Es de planta de cruz griega con un pequeño soportal o atrio delante de la entrada. Algunas de sus piedras son de arenisca blanca por lo que han sido utilizadas para que los vecinos afilaran sus herramientas contra las aristas de las esquinas, motivo que originó el letrero “Se prohíbe afilar”, que todavía existe.

Desde allí, nos acercamos a ver el castillo, que desempeñó un papel importante en el control del paso entre Medinaceli y Arcos de Jalón, como lo atestigua su situación estratégica en dicha vía natural, sobre un cerro alargado en un recodo del río Jalón, y separado por un foso. Fue construido en el último cuarto del siglo xiv por Bernardo de Bearn, primer conde de Medinaceli, posiblemente sobre alguna atalaya u otro tipo de fortificación de origen fronterizo..

El castillo-fortificación estaba formado por dos torreones (uno de ellos desaparecido) y unidos por una muralla.

Formaba parte de una red de fortificaciones que se extendían por todo el valle del Jalón.

Desde allí, descendimos hacia el cementerio par volver a la carretera donde habíamos dejado el coche, dando así por finalizada esta bonita ruta, que bien merece 4 estrellas.
Paco Nieto

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