jueves, 13 de abril de 2017

Excursión X097: Calpe y Peñón de Ifach

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Calpe
Final: Calpe
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10 Km
Desnivel [+]: 314 m
Desnivel [--]: 314 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 2

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Nos habíamos hospedado en Calpe en el hotel Sol y Mar por recomendación de un amigo y desde la ventana de nuestra habitación teníamos unas soberbias vistas del Peñón de Ifach, que parecía estar llamándonos.

A la mañana siguiente decidimos ir a su búsqueda, con la intención de subir sus 327 metros de altura sobre el nivel mar, nunca mejor dicho.

El día estaba algo nublado, pero con una excelente temperatura para caminar. Nada más salir del hotel teníamos la Playa del Arenal-Bol, la más urbana de las que posee Calpe.

Es de arena fina y tiene una extensión de casi 2 Km de longitud. Estaba muy concurrida, sobre todo de gente tomando el sol, aunque pocos se atrevían a bañarse.

A los pocos metros, el paseo marítimo pasa por encima del Barranco de Quisi, que en ocasiones ha producido inundaciones, como la que sucedió el 12 de octubre de 2007. Las vistas desde aquí del peñón, en contraste con las palmeras de la playa, eran de postal.

El paseo era de los más agradable, con loas terrazas de los bares que dan a la playa llenas y una ligera brisa que nos traía el sabor a mar.

Al poco, llegamos a la Torre del Molí o Molino del Morelló. Edificio representativo de los molinos harineros de la Marina, que se erigió sobre los cimientos de una torre vigía construida en tiempos de Felipe II para proteger la costa de las invasiones piratas.

Construida a mediados del siglo XIX a base de muros de mampostería, consta de dos plantas y base circular, alcanzando los 7 metros de altura.

A pocos metros, llegamos a los Baños de la Reina, un complejo de viveros comunicados entre sí y con el mar, compartimentados para conservar distintas especies de pescado vivo y salazones, cuya finalidad pudo ser el consumo del núcleo de población aledaño, del que se conservan vestigios en las excavaciones cercanas. La datación de todo este conjunto corresponde a la época tardo-romana. Su nombre alude a una función balnearia, reservada según la leyenda a cierta reina mora. En este vídeo se dan más detalles.

Pasamos la recoleta Cala Morelló, de bonitas vistas y a continuación la Playa del Cantal Roig, también de arena fina y con una extensión de 200 metros. En ella había gente bañándose, que no le importaba lo fresquita que debía estar aún el agua.

Tras la playa, alcanzamos el puerto del Racó, repleto de barcos, y a continuación llegamos al inicio de todo un símbolo de la Costa Blanca, el Peñón de Ifach, declarado parque natural por la Generalidad Valenciana en 1987. Pertenece al Sistema Prebético, que empieza en la Sierra de Cazorla y termina en el Peñón. En el 2015, se amplió el límite de protección de 45 a 53,3 hectáreas.
Esta enorme mole calcárea desciende de manera abrupta hacia el mar y está unida al continente por un istmo detrítico. Debido a sus características físicas, es un vértice geodésico de tercer orden, que fue utilizado en su momento para la triangulación de España.

Nada más comenzar el ascenso, un mirador cercado con una valla de madera nos ofrece unas estupendas vistas de la playa de la Fossa, al norte. Pasamos el Centro de Visitantes, donde se controla el acceso, que no puede exceder de 300 diarios, aunque es gratuito.

A pocos metros más arriba, otro mirador nos ofrece unas extensas panorámicas de las playas de poniente. Más adelante, pasamos junto a las ruinas romanas que atestiguan el paso de esta civilización por aquí.

Tras numerosas zetas que minimizan la pendiente de subida, con inmejorables vistas del Mediterráneo, llegamos al túnel, de unos 45 metros, que comunica las vertientes norte y sur del peñón.

A partir de este punto, el camino se complica, pasando a ser un estrecho sendero que remonta la escarpada vertiente.

Desde aquí es necesario ascender con mucho cuidado, por lo resbaladizo de la roca y la pendiente, lo que ha a obligado a dotar de cuerdas donde agarrarse, en los tramos más peligrosos, aún así no es raro que haya accidentes, que en algunas ocasiones llegan a ser mortales.

A mitad de la subida, nos desviamos hacia el Mirador de los Carabineros, un espolón de estupendas vistas hacia la punta este del peñasco.

Retomada la senda, subimos el último tramo, el más empinado, acompañados del incesante vuelo de gaviotas que anidan en los recovecos de las rocas.

Desde los 327 metros de su vértice geodésico se tienen una inmejorables panorámicas de 360 grados, en las que, en días claros es posible divisar la isla de Formentera, Ibiza y el cabo de Santa Pola. 

No era nuestro caso, porque estábamos rodeados de un mar de nubes, que sorprendentemente, estaban por debajo de nosotros, ofreciéndonos una sensación única, imposible de superar.

Tras las fotos de rigor, en las que era complicado no salir acompañado de gente, iniciamos el descenso, aún más exigente si cabe, hasta llegar al túnel y de allí a la zona del puerto marítimo.

En uno de sus muchos restaurantes, paramos para dar cuenta de una buena paella (arroz, dicen por aquí), antes de volver al hotel deshaciendo el camino playero seguido por el paseo marítimo, dando allí por finalizada esta ruta que califico con 5 estrellas.
Paco Nieto

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