domingo, 9 de abril de 2017

Excursión X095: Paseo por las Dehesas de Collado Villalba

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Collado Villalba
Final: Collado Villalba
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 5,8 Km
Desnivel [+]: 61 m
Desnivel [--]: 61 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 3

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Hacia buen día y puestos a dar un paseo con mi sobrino Alejandro, decidimos hacerlo por las Dehesas de Collado Villalba, por las que siempre he visto pasear a la gente cuando me dirijo a rutas por la Sierra de Guadarrama.

Aparcamos en el polideportivo, lugar habitual de quedar con los compañeros de la zona. En línea recta nos dirigimos al comienzo de la Dehesa Boyal, de titularidad municipal.

Ocho siglos nos separan desde la primera delimitación de esta Dehesa por el Honrado Concejo de la Mesta. De unas 130 hectáreas originarias quedan en la actualidad 71,5 en el municipio de Collado Villalba con usos tan diversos como el recreativo-social, ganadero, silvestrista y micológico.

Ya los primeros pobladores en la Reconquista hacían vallados para proteger los rebaños como así lo recoge el origen en latín de la palabra dehesa: "defesa" o defensa. Para conseguir una dehesa, se ha tenido que aclarar previamente un bosque denso con la obtención de leña y estabilizado la vegetación para destinarla a pastizales para el ganado.

En el siglo XII, lo que hoy es Collado Villalba pertenecía a la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia y había terrenos que pertenecían al aprovechamiento de los vecinos para pastos, leña o caza.

Con la creación del Concejo de la Mesta por Alfonso X en 1273 se empiezan a crear caminos -cañadas, cordeles, coladas…- para delimitar el tránsito del ganado del terreno para los cultivos.

En el siglo XIV se entrega toda la Comarca al Señorío de Mendoza por servicios al rey hasta que cada pueblo adquirió su derecho propio de Villa alrededor del siglo XVII.

El uso de la Dehesa se explotó para sus dueños hasta que pasó a ser un beneficio para el ayuntamiento por su arrendamiento a los ganaderos. Actualmente no se paga ninguna tasa municipal.

Según el historiador local Enrique García de Herreros "esta Dehesa es una joya natural que da singularidad a Collado Villalba y una de las causas de la separación de los barrios históricos del municipio".

Según opinión de Antonio Leal, de familia ganadera de Zamora que llegó en los años 80 a Villalba, "no tiene piedras y es todo pasto". Cuenta con 200 vacas que usan la Dehesa para pastar entre abril y enero. El resto de meses se deja de usar para regenerar la hierba y traslada a su ganado a otra finca en las proximidades. El otro ganadero local es Javier, el más antiguo, que tiene una cabaña menor con 60 vacas.

Continuamos por el relajante recorrido, a la derecha tenemos el muro de piedra que delimita la despoblada Dehesa. Al poco, alcanzamos el puente de piedra que salva el arroyo de la Poveda, que da paso al parque del mismo nombre, una dehesa de encinas centenarias que forman este espacio, muchas de ellas catalogadas como árboles singulares de la Comunidad de Madrid debido a su porte y edad, salpicadas de arbustos y plantas aromáticas.

Al llegar al final, giramos al norte, y volvemos a cruzar el arroyo de la Poveda por otro puente, que sirve de refugio de pequeñas aves y anfibios.

Tras recorrer de arriba abajo la Dehesa, proseguimos por su perímetro norte. Al llegar a la zona de merendero y kiosco de la Dehesa, hicimos una parada para tomarnos un refresco y unas cañas, acompañadas de un buen aperitivo.

Finalizado el descanso, continuamos el recorrido, que transcurre próximo al Colegio Daniel Vázquez Díaz, pasa junto al cementerio y después, tras pasar junto a una fuente, bordea una Residencia de Mayores y el Centro Acuático Municipal.

Al alcanzar su perímetro sur, giramos a la izquierda para volver de nuevo al aparcamiento del Polideportivo, donde habíamos dejado los coches, dando así por finalizado este agradable paseo que bien se merece 3 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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