Distancia: 15 Km
Desnivel [+]: 1170 m
Desnivel [--]: 1170 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 5
Desnivel [+]: 1170 m
Desnivel [--]: 1170 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 5
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
RESUMEN
El Mongó es un majestuoso macizo que se alza a 753 metros de altura frente a la costa, a medio camino entre las localidades de Denia y Jávea.
En el año 1987 fue declarado Parque Natural. Actualmente cuenta con 2.117 hectáreas de área protegida llenas de historia y naturaleza.
Esta formación rocosa formada por materiales calizos, pertenece al Sistema Bético, cuyas cordilleras mueren en el mar con el Montgó y reaparecen en las Islas Baleares.
Esta cercanía al mar causa un descenso bastante escarpado que produce un importante impacto visual omnipresente en la zona. A mi me recuerda a un perro recostado.
De las tres rutas que llevan a la cima del Montgó, ésta es la de mayor duración, tiene alrededor de 3 horas 45 minutos; la que sale desde el Camino de la Colonia, unas 3 horas y la ruta desde el Campo de Tiro de Denia a la cima tiene una duración aproximada de 1 hora 45 minutos.
Aparcamos en una pequeña explanada cercana a un desvío de la carretera CV-735, que une Denia con Jávea, a medio camino entre Jesús Pobre y la urbanización Los Lagos.
Iniciamos la ruta ascendiendo por una pequeña calle que nos lleva al camino Mitjans, una pista empedrada que pasa al lado de un depósito de agua contra incendios. Aquí la pista gira a la izquierda y un poco antes de llegar al Barranco del Regatxo, se transforma en una pista forestal muy erosionada donde la pendiente empieza a aumentar, convirtiéndose en una estrecha senda de montaña.
Tras una cerrada curva a la derecha llegamos a la sorprendente Cova Ampla o Cueva del Águila, una compleja oquedad con varios niveles y múltiples entradas, no muy profunda, pero con galerías de dificil acceso, que aún se sigue utilizando como refugio ocasional.
Aquí se encontraron las primeras pruebas arqueológicas de pobladores en el Montgó.
Son del Paleolítico Superior, es decir, de hace 30.000 años. También se han hallado restos del Eneolítico correspondientes a unos 2.500 años, y otros más recientes datados en la Edad de Bronce.
Hay que tener en cuenta que Denia fue también municipium romano allá por el siglo I bajo la denominación de Dianium.
Las vistas desde la cueva son impresionantes, las fotos que hicimos así lo demuestran. Continuamos en dirección este, hasta alcanzar la plana superior, con estupendas vistas al mar, de Denia, el golfo de Valencia y toda la comarca.
Bajamos hacia un collado para enseguida volver a subir y rodear la Peña del Águila (Penya de l'Àguila). Disfrutando de las vistas, al poco llegamos al desvío a la Cueva del Agua. Para llegar a ella, bajamos hacia el Racó del Ull de Bou, para luego ascender hasta alcanzar la cueva, situada a 1,7 km.
Su nombre le viene porque fue utilizada por los romanos para abastecer de agua a sus tropas. Siglos más tarde serían los árabes de la Taifa de Denia los que aprovecharían este manantial, llegando incluso a construir una especie de presa y acequias para distribuir el agua.
Tiene dos estancias y un pequeño estanque al fondo. En la entrada hay una inscripción romana que data del 238 dC, desgraciadamente muy maltratada.
Tras la visita a la singular cueva, deshicimos el camino, ahora de subida, y conectamos de nuevo con el sendero que se dirige a la cumbre siguiendo la cuerda.
Cruzamos el Barranco de la Hiedra, en su parte más alta, casi en su nacimiento. Un pino solitario parece reclamar ser el rey de tanta naturaleza.
Continuamos el ascenso, con el Tossal de les Mentires a nuestra derecha, pasamos por un collado y al llegar al desvío a la Cruz de Denia, marcado por una flecha y puntos rojos en las rocas, lo seguimos.
A menos de 300 metros, alcanzamos la parte alta y llegamos a la Cruz, situada a 695 metros de altura. todo un símbolo para los dianenses, visible desde la ciudad.
La cruz actual lleva en la cima desde 1999, cuando un helicóptero la alzó hasta allí. Pero antes de esta, existe constancia de varias cruces, la anterior era de 1951 y hubo otra de 1895 en el mismo emplazamiento.
En la parte baja de la cruz hay una caja de madera que contiene un libro donde dejamos constancia de nuestro paso.
Estamos en un privilegiado mirador ideal para disfrutar de las vistas del mar Mediterráneo y el bonito paisaje del norte de la provincia de Alicante.
En lugar de bajar y retomar el sendero para después volver a subirlo para la cima del Montgó, optamos por recorrer toda la cresta, por un terreno abrupto de roca calcárea afilada, lapiaz. Las vistas compensan el esfuerzo.
Finalmente alcanzamos la cima del Montgó, situada a 752 metros de altura, producto del choque entre las placas continentales africana y europea.
Desde la cima tenemos una vista espectacular de la comarca de la Marina Alta, del cabo de San Antonio, al este, y de las poblaciones costeras de Denia y Jávea. También se ve el Peñón de Ifach, Bérnia, el Puig Campana o la sierra de Aitana. Los días claros, como hoy, se puede ver la isla de Ibiza hacia el este.
Tras tomar los bocadillos, iniciamos el regreso, esta vez no por la cresta, sino por el sendero que dejamos para subir a la Cruz, menos abrupto.
Tras descender por un tramo ya utilizado en la subida, nos desviamos a la izquierda para continuar el descenso por el bonito Barranco de la Hiedra (Barranc de l'Hedra), un estrecho y en algunos puntos bastante empinado barranco que sigue un curso sorprendente entre el Tossal de les Mentores y la Penya de l'Àguila.
En esa zona vimos unas grandes águilas planeando sobre nuestras cabezas. Las vistas en ese lugar son bellísimas.
Por la ladera de El Campanar, que nos queda a la izquierda, descendimos, siguiendo el curso del Barranco de la Hiedra, en el que como era de esperar, la hiedra es muy abundante.
El sendero se vuelve más cómodo, las piedras están más erosionadas y nos permite acelerar el ritmo. La luz del atardecer hace que loa cortados parezcan montañas de oro.
La senda conecta con el camino pavimentado del Mitjans, que enseguida nos lleva hasta los coches, dando así por terminada esta bonita y exigente ruta llena de alicientes, a la que otorgo 5 estrellas.
Paco Nieto
FOTOS