lunes, 9 de julio de 2018

Excursión X145: Cuerda de la Pinilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de la Quesera

Final: Somosierra
Tiempo: 8 a 9 horas
Distancia: 22,7 Km 
Desnivel [+]: 1.116 m 
Desnivel [--]: 1.385 m
Tipo: Sólo Ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 12

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Tenía pendiente subir al Pico del Lobo, y en esta excursión teníamos la oportunidad de hacerlo y además recorrer completa la cuerda de la Pinilla, por lo que el atractivo era aún mayor.

Para facilitar la logística, un microbús nos trasladó desde Somosierra al puerto de la Quesera, somos 12 los que finalmente nos hemos apuntado a esta aventura, con Mayte como nueva incorporación.

Desde el puerto de la Quesera comprobamos que el día iba a ser estupendo para caminar, no mucho calor y nubes blancas sin amenazar lluvia. Poco disfrutamos de las espectaculares vistas del hayedo de la Pedrosa y valle de Riofrío de Riaza, porque enseguida nos pusimos en marcha.

Un cartel nos avisa de que nos esperan 7 km y un desnivel del 8,5% hasta el Pico del Lobo, casi nada comparado con los cerca de 23 km de la ruta. Así es que mientras algunos aceleran el paso, otros nos lo tomamos con más calma, recordando la parábola de la tortuga y la liebre.

Ascendemos por la Loma de las Caseruelas en dirección sureste hasta alcanzar un cerro con estupendas vistas de nuestro objetivo y del valle. Desde el cerro, descendimos, en dirección este, al collado de Prado Llano, para enseguida subir al Calamorro de San Benito, de puntiagudas pizarras afiladas a modo de cuchillas apuntando al cielo. En su ladera norte nace el arroyo de la Hayuela, y en su vertiente sur, mucho más escarpada, el río Veguillas, que al unirse a otros arroyos, pasa un poco más abajo a ser el río Jaramilla.

Con esas vistas nos recreamos mientras descendemos, en dirección sureste, al collado de San Benito, donde nace el arroyo de igual nombre, para iniciar desde su base una subidita de 200 metros sin anestesia. al Cerro del Aventadero, donde el sendero se allana durante un corto trecho, terminado el cual, un nuevo cartel nos indica que ya solo nos quedan 2 Km para alcanzar el Pico del Lobo, eso sí, con una pendiente del 11,5%, casi nada.

Antes de iniciar el empinado ascenso, nos hacemos la foto de grupo, con magníficas vistas de nuestro objetivo frente a nosotros y de los dos valles de la cuerda. El alto de Las Peñuelas nos proporciona una breve tregua, que nos da aliento para subir al Portillo del Lobo y acometer el último tramo y coronar, por fin, los 2274 metros de altitud del vértice geodésico del Pico del Lobo, techo de la provincia de Guadalajara.

A caballo entre Segovia y Guadalajara, esta cumbre, la máxima altura del macizo de Ayllón, brinda un panorama inmenso, que comprende la llanura segoviana, los montes de Ayllón -al sur, el picudo Cerrón y los barrancos del río Berbellido; al sureste, el orondo Ocejón-, el pico Tres Provincias y todas las cumbres madrileñas: de la sierra de La Puebla a la Somosierra y de La Cabrera a Peñalara. Y en los días claros, detrás de los campos de Soria, se divisa hasta el Moncayo.

Además del vértice geodésico, este pico alberga la estación terminal de uno de los remontes de La Pinilla, inaugurada en 1968. Esta instalación se abandonó por no ser viable económicamente, se tenía que cerrar con mucha frecuencia por el el mal tiempo y finalmente un temporal la desbarató hace décadas, quedando sus ruinas como muestra de lo que la montaña hace con los que se la toman como un parque de atracciones. Su constante deterioro está pidiendo a gritos su desmantelamiento.

Tras tomarnos un tentempié y disfrutar de las hermosas panorámicas, continuamos, ahora en dirección oeste, descendiendo hacia el Alto de las Mesas, que bordeamos, dejándolo a nuestra derecha. Una brecha entre las rocas nos permite contemplar a vista de pájaro la Estación de Esquí de La Pinilla y todo el valle de Riaza.

Continuamos descendiendo, pasamos junto a los restos de hormigón de remontes ya desaparecidos cerca del cerro de El Cervunal, que dejamos a nuestra izquierda. La senda pierde pendiente y gana belleza al pasar por unos prados en los que un rebaño de vacas pastaba tranquilamente.

En los Picazos paramos brevemente a descansar y hacernos fotos subidos a un enorme hito de lanchas de pizarra, con excelentes vistas. Desde aquí, iniciamos un descenso con bastante pendiente hacia el Collado de la Chana, paralelos a una cerca de palos de madera a nuestra derecha.

Alcanzado el collado, tenemos que remontar el repecho del Reajo del Puerto y al bajarlo, por unos metros coincidimos con el GR-88, el sendero Segoviano de la Sierra Norte, que viene de Cerezo de Abajo hacia el Cardoso de la Sierra.

El descenso continua hasta llegar a la cabecera de la Solana del Horcajo, loma en la que nace el río Jarama, uno de los principales afluentes del Tajo. Nos espera una subida a Peña Cebollera de unos 300 metros en 1,5 Km, lo que representa una pendiente media del 20%, que en algún tramo llega a ser del doble, cuando ya llevamos más de 13 Km recorridos.

Tanta cuesta se le atragantó a José Luir R, que poco antes de hacer cumbre tubo que echarse al suelo con músculos acalambrados por el esfuerzo, pero que una vez relajados no le impidió seguir y alcanzar todos el Pico Tres Provincias o Peña Cebollera Vieja, que es separación natural entre Madrid al sur, Segovia al norte y Guadalajara al este, de ahí su nombre. Desde su vértice geodésico, situado a 2.128 metros, nos deleitamos con las impresionantes vistas.

A la sombra del enorme monolito erigido como monumento a los guardas forestales, que hay en la cima, paramos a tomar los bocadillos y descansar tras el agotador esfuerzo, con la satisfacción añadida de saber que lo que nos quedaba de ruta era prácticamente todo en bajada.

Con mejor cara, iniciamos el descenso por la cuerda de la Cebollera, pasando por el Cerro del Recuenco, de inapreciable altura, y a pocos metros el cerro de Cabeza del Tempraniego, algo más elevado, pero una risa al lado de lo que habíamos subido hasta ahora.

Al acercarnos al cerro Cuchar Quemado, giramos noventa grados a la derecha y nos precipitamos con fuerte pendiente y sin senda aparente, o medio oculta por cambrones y retamas, en dirección oeste, hasta alcanzar la cómoda pista forestal que recorrimos en dirección suroeste.

En la primera bifurcación que se nos presentó, elegimos la pista que nos sale a la derecha, coincidente con el PR-23, que baja hacia Prado Antón, en cuya fuente paramos a beber, ya que la mayoría habíamos consumido las reservas de agua.

Sin prisas descendimos por la pista, con excelentes vistas del puerto de Somosierra y la Chorrera de Litueros, con sus aguas, mermadas por el fuerte estiaje, que se abrían paso entre los riscos. Llegados a Somosierra, me acerqué a visitar la peculiar Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, en la que existen unas placas en memoria de los españoles y polacos que dieron su vida en la Batalla de Somosierra. La ermita se levanta en el lugar donde concluyó la batalla con la clamorosa victoria francesa, cuyas tropas comandaba el mismísimo Napoleón.

Solo restaba celebrarlo con las ansiadas cervezas, que esta vez nos supieron el doble de bien que de costumbre. Por todo ello, esta exigente excursión se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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