lunes, 3 de febrero de 2020

Excursión X206: Integral de Siete Picos

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 12,2 Km 
Desnivel [+]: 615 m 
Desnivel [--]: 615 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
El filósofo griego Heráclito afirmaba que ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos.

Por lo mismo, nunca un paisaje es el mismo, depende de si hace sol o está nublado, si está con nieve, con lluvia o con viento, si es verano o invierno, si el verde es el color predominante o los árboles están desnudos, por ello, una ruta, aunque transite por los mismos lugares, nunca será la misma.

Cuando realizas una ruta que ya has hecho en otras ocasiones, me pasa lo mismo que cuando ves varias veces una buena película, que por más que ya la hayas contemplado, siempre descubres algo nuevo.

Y eso me pasó en esta ocasión, que a pesar de caminar por terreno conquistado, me pareció muy diferente a otras ocasiones. También influye, no cabe duda, quién te acompaña. En los grupos, no siempre se recorre el camino con la misma gente y esto enriquece cada ruta, a la vez que la hace distinta.

Con todo esto en mente, y con la esperanza de volver a pisar nieve, nos planteamos recorrer la cresta de los Siete Picos con el propósito de subir a cada uno de ellos, en un día soleado de primavera adelantada.

Iniciamos la ruta en el Puerto de Navacerrada, después de tomarnos un café en Venta Arias. Nos dirigimos al aparcamiento de la Venta, muy concurrido por un grupo de niños y sus monitores, que les estaban aleccionando para hacer alguna excursión en busca de nieve.

Nada más salir del aparcamiento, dejamos la pista que desciende hacia Cercedilla para girar a la derecha e iniciar un empinado ascenso por una senda de fuerte pendiente, dificultada por estar cubierta de nieve dura.

A mitad del trayecto, nos sorprendió el que nos rebasara una larga fila de novicias, todas muy jóvenes y con el clásico hábito negro, aunque equipadas con calzado de montaña. Siguiendo sus pasos alcanzamos la pista de entrenamiento e inicio de la pista de El Bosque. 

Nos decepcionó ver tan poca nieve en la cumbre, cuando hace menos de una semana disfrutamos un un espeso manto cerca de aquí. Las altas temperaturas y la lluvia caída recientemente han acelerado el deshielo.

Nos dirigimos hacia el risco donde se alza la Virgen de las Nieves que, como era previsible, estaba copada por la novicias. Se ofrecieron a bajar si nosotros queríamos subir, les dijimos que no era necesario y nos conformamos con verla desde abajo.

Continuamos hacia el Cerro del Telégrafo, llamado así por haber estado ubicado en él la torre número 6 de la línea del telégrafo óptico Madrid-Irún. La línea estaba compuesta por 52 torres, vía Valladolid, Burgos, Vitoria, Tolosa y San Sebastián, y fue diseñada a mediados de 1800 por el ingeniero José María Mathé Aragua

Nos subimos a lo más alto de las rocas para contemplar las impresionantes vistas que desde este cerro se tiene de Peñalara, las Guarramillas, la Maliciosa y Cabezas de Hierro, además de todo el valle hacia Cercedilla. Pero aún fue más gratificante ver la cara de felicidad de la que hacia esta ruta por primera vez.

Proseguimos, en dirección suroeste, hacia la Pradera de Siete Picos, una despejada llanura alpina por la que se camina como flotando en el cielo. En su extremo más occidental, una gran roca indica el inicio de la Senda Herreros (PR-8), que esta vez no utilizaremos para el regreso.

Girando un poco a la derecha, cruzamos un bosquejo de pinos silvestres y en dirección oeste iniciamos el ascenso al primero de los picos, en realidad el séptimo, ya que se numeran de oeste a este. Seguimos los hitos de la empinada senda que en 900 metros nos hace subir 190.

Poco antes de llegar a la cima, los pinos desaparecen, dando paso a piornos y matorral de alta montaña. Al alcanzar la cresta, nuestra felicidad es máxima al alcanzar el cielo.

Enseguida unos pocos trepamos hasta los 2.138 metros donde está situado el vértice geodésico del que es el pico más alto de los siete, que recibe popularmente el nombre de pico de Somontano en honor al excursionista de la Sociedad Alpina Garabandálica Albino de Somontano quien, junto con Herreros, trazó el recorrido que se sigue al pie de los siete picos.

Esta montaña es la única de la sierra desde cuya cima se puede ver al completo la Sierra de Guadarrama, la de Ayllón, gran parte de la llanura madrileña, la Sierra de Gredos y gran parte de la llanura segoviana.

Nos sorprendió contemplar un pequeño belén a los pies del vértice geodésico, una costumbre que se ha extendido a la mayoría de las cumbres de la sierra. Nada más descender, nos dimos un respiro para tomar el tentempié de media mañana antes de continuar en busca del resto de las cumbres.

Solo 150 metros nos separaban del siguiente pico, el sexto, de 2121 metros de altura, al que llegamos tras acercarnos primero a ver una pequeña ventana situada al pie de los riscos del pico Somontano. Subimos a las rocas menos escarpadas y bordeamos el resto por la derecha.

La línea de cumbres describe una C orientada al sur, por ella continuamos, bordeando por la parte segoviana el quinto pico, que tiene una altura de 2109 metros. Lo mismo hicimos con el cuarto, de 2097 metros de altura. Entre ambos contemplamos una gran roca en un equilibrio imposible.

Al llegar al tercero, también de 2097 metros, nos desviamos para contemplar la Ventana del Diablo y pasar bajo ella, no sin antes hacernos cientos de fotos en tan emblemático lugar.

En el pequeño collado que hay entre el seguno y tercer pico nace la senda que baja al primero de ellos, el Majalasna, pero antes recorremos los escasos metros que nos separan del segundo para ascender a lo más alto de su bicéfala cima de 2093 metros de altura.

En ella encontramos a un chico haciendo volar a un pequeño dron. Con cierto temor por mi parte, me dejó pilotarlo, una agradable experiencia en la que pude comprobar lo sencillo que es manejarlo, al menos este modelo. En este enlace se puede ver el vídeo que grabó.

Agradeciéndole su ofrecimiento, continuamos nuestra ruta, regresamos al collado e iniciamos el descenso hacia el primero de los Siete Picos, separado de éste 650 metros en línea recta.

La senda se descuelga precipitadamente hacia la Pradera de Majalasna, salvando un desnivel de 170 metros en un kilómetro. A mitad de trayecto, nos reconforta ver el agua manando de una fuente acabada en un tubo casi a ras de tierra.

Alcanzamos un collado donde nos juntamos con la Senda de los Alevines que luego seguiríamos, y ascendemos al Majalasna, por una pared en la que un alto escalón añade un podo de dificultad a la escalada.

Desde su cumbre, situada a 1934 metros de altura, contemplamos la cresta que hemos recorrido, denominada durante gran parte de la Edad Media, como "La Sierra del Dragón" por la silueta de esta montaña, que se asemeja al dorso dentado de estos seres mitológicos tan del gusto de esa época.

Tras deleitarnos con las maravillosas vistas, descendemos con mucho cuidado por la escarpada pared y en la Pradera de Majalasna buscamos unas rocas donde tomarnos los bocadillos y descansar.

Una visita rápida a la fuente de Majalasna y los cercanos petroglifos del buitre pusieron fin a nuestra estancia en esta preciosa pradera surcada por arroyuelos que la mantienen encharcada en esta época.

Una foto de grupo y enfilamos la Senda de los Alevines (PR-7) en dirección al Collado Ventoso. Un paso bajo rocas y la fuente de los Alevines nos amenizaron el recorrido por esta entretenida y sinuosa senda, llamada así en honor de los jóvenes montañeros del Peñalara y otros clubes históricos del alpinismo madrileño, que discurre bajo el roquedo somero del segundo de los Siete Picos.

Por fin alcanzamos la encrucijada de caminos que es el Collado Ventoso, señalizada con dos grandes mojones de piedra, que merece la pena contemplar y desde el que se tienen las mejores vistas del Montón de Trigo.

Con dudas de si regresar por la pista de esquí de fondo o por el camino Schmid, finalmente nos decidimos por éste último que presumíamos nos iba a llevar menos tiempo.

Descendimos hasta el comienzo de la Senda de los Cospes, continuando por la vertiente septentrional de Siete Picos, la que da a Segovia, llamada Umbría de Siete Picos, sin apenas perder altura, jalonando este tramo la pradera de Navalusilla, el arroyo del Telégrafo y la pista de esquí El Bosque, como únicas referencias entre el denso pinar de Valsaín, siguiendo los pasos de Eduardo Schmid Weikan, el que fuera el socio n.º 13 de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, quien en 1926 señalizó esta ruta.

Conforme nos acercábamos al puerto de Navacerrada el gentío aumentaba, atraídos por el buen día y el poder tocar la poca nieve que quedaba les hacia recorrer estos primeros kilómetros del camino. 

Llegados a Venta Arias, nos tomamos las cervezas de recompensa, por haber realizado una nueva ruta con excelente tiempo y compañía y que vino a demostrar lo comentado al principio, que aunque el recorrido sea idéntico, nunca se repite una ruta.

Por todo ello, esta excursión bien se merece 4,5 estrellas.
Paco Nieto

1 comentario:

  1. Subisteis a todas las cumbres de los 7 picos, o hubo alguno que rodeasteis? Lo digo por que yo siempre hay uno que no he conseguido subir.

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