sábado, 2 de abril de 2022

Excursión X331: Caminos de la Costa de Villajoyosa a Torre Aguiló

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Villajoyosa
Final: Villajoyosa
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13 Km
Desnivel [+]: 396 m
Desnivel [--]: 396 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 10

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Organicé esta ruta del grupo Senderismo Alicante con Buen Rollo porque en la excursión X329 tuve la oportunidad de conocer este paraje que discurre por senderos paralelos a la línea de costa norte de Villajoyosa, y quería mostrarlo al resto.

En esta ocasión, para alargar un poco más la ruta, quedamos directamente en Villajoyosa y aunque costó un poco aparcar, nos reunimos finalmente en la parte alta de la apacible playa del Varadero, resguardada del oleaje por el espigón del puerto, al que nos dirigimos en dirección este.

Un cartel nos informa que en lo que hoy es el puerto deportivo, antes estaba situado el Varadero de Santa María, en el que se construían naves desde el s.XV, tanto es así que en 1860, Villajoyosa alcanzó la segunda matricula naval de España. Durante la Primera Guerra Mundial se construyeron aquí las mayores goletas y pailebotes que llegaron a alcanzar las 400 toneladas de peso, hoy día es el lugar donde se reparan los barcos.

Curiosamente, no fue hasta 1923 cuando se comenzó a construir un puerto para no tener que varar los barcos en la playa.

Un poco más adelante llegamos a la playa Varador, en la que otro cartel nos informa que cerca de aquí naufragó entre el 66 a 68 d.C. el Pecio Bou Ferrer, una de las mayores naves del Imperio Romano, transportaba salsas de pescado y lingotes de plomo propiedad de Nerón.

A esta playa se trasladó el astillero de la playa del Arsenal después de que allí el pailebote Damiana, de 400 Tm, encallara durante su botadura en 1918 por su poca profundidad.

Más tarde se ubicó aquí el Astillero Bartolomé Zaragoza, operativo hasta 1984. Un motor de barco homenajea la labor de esta industria que fue muy destacada para el pueblo.

Cruzamos su pedregosa arena y la de la playa de los Estudiantes. Al llegar a la playa del Tio Roig iniciamos el ascenso por una escalinata a los acantilados rodeados de muros pintados de azul.

Al llegar a la parte alta, pasamos junto a una original casa construida por apilamiento de grandes contenedores y pintada con llamativos colores.

Continuamos por un camino desértico con estupendas vistas del mar, conectando enseguida con el Parque de la Tellerola, excelente balcón al Mediterráneo. Rodeando un chalet llegamos a las escaleras que bajan a la playa El Torres, con un excelente mirador de estupendas vistas de esta bonita playa de Villajoyosa que cuenta con una extensión de más de medio kilómetro, y una anchura que varia entre los 15 y 30 metros, es una de las preferidas por las familias porque cuenta en la misma playa con sombra natural otorgada por una gran cantidad de eucaliptos al borde de la playa.

Íbamos a recorrer gran parte del Sendero de la Costa de Villajoyosa, que conecta la Playa del Torres, con la Cala de Finestrat o Morales, junto a Benidorm.

Iniciamos la ruta acercándonos a la playa, bastante pedregosa, en la que desemboca el río Torres, que le da nombre y que se cruza por una pasarelas de madera. Palmeras y eucaliptos adornan el paseo marítimo, que recorremos en dirección noreste, hasta alcanzar su extremo oriental, con bonitas vistas de la isla de Benidorm al fondo.

A mitad del paseo, giramos a la izquierda para acercarnos a conocer la Torre de San Josep o de Hércules, torre funeraria romana de la antigua ciudad romana de Allon, hoy Villajoyosa. Se construyó hacia el 2º cuarto del s. II d. C. 

Estos monumentos solían ubicarse junto a las calzadas, como todas las tumbas romanas. Sin embargo, la Torre de San José es excepcional porque parece haberse erigido no para ser contemplada desde un camino de tierra sino desde el principal camino de la Antigüedad: el mar.

Se trata del mayor de los tres monumentos funerarios turriformes (es decir, en forma de torre) de la época romana mejor conservados de la península ibérica, junto con la Torre de los Escipiones (Tarragona) y la Torre Ciega (Cartagena).

Es un monumento de los llamados "de edicula cerrada", es decir, que su interior no tenía acceso alguno. Está construida con sillares rectangulares. Tiene un basamento escalonado, sobre el que, tras una moldura en cyma recta, se asienta el cuerpo principal, que también es de sección rectangular, con el eje mayor orientado E-O. Está decorado con pilastras de esquina con su basa, fuste y capitel corintio sencillo.

El tercio superior se desmontó probablemente en el s. XVI con la intención de aprovechar la piedra en las murallas de Villajoyosa, aunque muchos sillares quedaron en sus inmediaciones, y entre ellos elementos de todas sus partes, como un capitel de esquina; fragmentos de arquitrabe, friso y cornisa; e incluso un sillar con un rebaje rectangular frontal que pudo albergar una placa con la inscripción del difunto.

El monumento pudo estar coronado por un pyramidium, o remate en forma de pirámide, como muchas torres similares, aunque no se conservan restos del mismo.

En la tercera hilada de las caras E y O del monumento hay sendos orificios de sección inclinada hacia el interior, para hacer las libaciones (ofrendas funerarias de líquidos, especialmente vino) al difunto.

Bajando de la torre, cruzamos un arroyuelo por una pasarela de madera y ascendimos por un sendero al que le han colocado traviesas y un vallado de madera, para facilitar la subida por la ladera. En lo alto gozamos de una estupendas panorámicas de la playa.

Unos paneles informativos dan cuenta de los trabajos de acondicionamiento del sendero, que transcurre en gran parte por la vía pecuaria Colada de la Costa.

Desde allí comenzamos el ascenso por otro sendero que sale a la izquierda y va ganado rápidamente altura, mezclando zonas áridas de matorral con pinares, en dirección noreste, por la ladera del los acantilados, hasta dar, tras un liguero descenso, con una pista que cruzamos para continuar remontando por la ladera, con el siempre presente mar a nuestra derecha

Un pequeño respiro, en el que el trazado se allana da la oportunidad de contemplar el 
Racó del Conill, una cala por la que regresaríamos a la vuelta.

Tras una pequeña bajada, pasamos junto a lo que queda del antiguo cuartel de Carabineros que entre 1824 y 1940 vigilaba las costas, fronteras y aduanas.

Su principal función era evitar el contrabando. Los guardias civiles solían alojarse en casas como estas, situadas en puntos estratégicos de la costa.

Tiene una de las mejores vistas del Racó Conill, de Benidorm y de Villajoyosa, así como de un mar mediterráneo azul e intenso, el lugar francamente es impresionante.

Tras un descenso brusco y una subida por camino acondicionado, llegamos a un mirador con mesa y banco de madera que ofrece otra oportunidad de repetir las inmejorables vistas. Siguiendo el amplio sendero, un poco más arriba, llegamos a la Torre del Aguiló.

Fue construida con fines defensivos en el siglo XVI bajo el reinado de Felipe II y formó parte del sistema de vigilancia costera contra la piratería. Es una torre prismática de base cuadrada de cuatro metros de lado y ocho de altura.

Su base hasta unos tres metros de altura es maciza y se encuentra ataludada, situándose sobre ella la dependencia de los vigilantes, cuadrada, terminada en bóveda circular y con huecos en las cuatro fachadas. En lo alto existió un matacán del que solo quedan dos ménsulas.

La fábrica está realizada en mampostería irregular, siendo más homogénea en la cara exterior. En las esquinas y en el hueco de acceso a la dependencia de los vigilantes se empleó sillarejo.

Junto a ella se encuentra una hondonada de la antigua
calera, horno para fabricar la cal que se utilizó para la construcción de la torre.

Desde aquí se ve todo Benidorm, la Sierra Helada (Serra Gelada), la costa y el inmenso azul del mar hasta donde se pierde la vista. Mejor lugar para descansar y tomar algo no íbamos encontrar, y en una de las mesas paramos para almorzar.

Subiendo por la cresta nos acercamos a un excelente mirador de la costa, con mesa de madera en el que un cartel nos informa de la costa que se puede divisar desde aquí, desde el cabo de Santa Pola hasta donde nos encontramos y hacia mitad las torres del Xarco y el barranco de Aigües.

Las torres se construyeron en el s. XVI y distaban unos 6 km, una legua valenciana.

Devuelta a la torre y tras las fotos de rigor, iniciamos el descenso, en dirección sur, hacia los acantilados por un empinado sendero que alcanza la Colada de la Costa, por el que continuamos a la derecha, en dirección este, disfrutando de la brisa del mar y las espectaculares calas de su costa.

Tras pasar por un bonito mirador con mesas a la sombra de un pinar, descendimos hasta llegar al Racó del Conill, una preciosa cala dividida en dos por un espolón que se adentra en el mar.

Dada su situación, con complicado acceso, es utilizada habitualmente por nudistas, de hecho su denominación popular en valenciano proviene de la expresión "anar en conill" ​en el sentido de "ir desnudo".

Está situada entre montañas, muy cerca de la Cala de Finestrat y Benidorm, y alterna roca y arena. Es una de las más conocidas calas de tradición nudista de la Marina Baixa, se remonta a los años setenta del siglo XX, con un uso continuado desde entonces por los seguidores del estilo de vida naturista.

La cartelería oficial instalada por el Ayuntamiento de Villajoyosa informa de esta característica del lugar.

Tras una buena subida, muy empinada, continuamos bordeando los acantilados de la costa en dirección a Villajoyosa, ahora ya con apenas pendientes, por el sendero costero, que nos seguía ofreciendo magníficas panorámicas a cada recodo.

Un descenso nos permite tener una estupendas vistas de 
Cala Fonda y sus alrededores.

Al poco volvemos a enlazar con el sendero que utilizamos de subida, y que, ahora en descenso, nos llevó hasta la playa de El Torres, y de allí subiendo de nuevo las escaleras al Parque de la Tellerola y descendiendo, a la playa del Varadero inicio y final de esta interesante ruta con impresionantes vistas.

Un estupendo menú en la terraza del restaurante La Casa Azul puso el broche de oro a esta estupenda ruta con estupendas vistas y mucha historia que bien se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

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