martes, 12 de enero de 2021

Excursión X257: Torrelodones por la Presa del Gasco con nieve

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Torrelodones
Final: Torrelodones
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,3 Km 
Desnivel [+]: 322 m 
Desnivel [--]: 322 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 4

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Como en Torrelodones seguíamos estando confinados, nos animamos a hacer esta ruta para deleitarnos con la nieve caída en días anteriores en la gran nevada que trajo la borrasca Filomena y que cubrió de blanco media España. 

Iniciamos la ruta en la plaza del Ayuntamiento, que estaba completamente nevada y con la fuente congelada. Nos dirigimos hacia la explanada del punto limpio, previo paso bajo los arcos que sostienen la autovía A-6.

Dejando a la derecha el roquedal en el que se alza la torre de los Lodones, avanzamos por la blanca planicie hasta alcanzar el arroyo de la Torre, donde nos esperaba otro de los habituales compañeros de rutas.

Cruzamos el arroyo de la Torre y continuamos por la senda que enseguida sale a la izquierda, dejando la principal que sube recta hacia la urbanización de las Marías.

Entre encinas y jaras nevadas, pronto conectamos con otra senda de mayor anchura que se dirige en dirección este hacia El Gasco, con un recorrido paralelo a las vías del tren, por las que no dejaban de pasar, a cada poco tiempo, los trenes de cercanías que van y vienen a Madrid.

La senda tenía un surco de nieve pisada, que hacía muy fácil el seguirla, sube un par de cuestas y cruza un arroyuelo, que por primera vez le vi con agua, y va a dar al Camino del Pardillo, sobre el túnel del ferrocarril. Allí nos esperaba, nuestra chica del grupo, completando así los cuatro participantes de esta ruta.

El cielo estaba totalmente despejado y el sol se reflejaba en la nieve, haciendo que hubiese una luminosidad especial.

Remontamos la cuesta que va a dar con la entrada a la Casa del Enebrillo. En ligero descenso, enseguida alcanzamos Casa Panarrás, que aún conservaba nieve en sus tejados.

Es un caserón de estilo vasco construido por un marqués a principio del siglo XX, se convirtió en puesto de mando republicano en la batalla de Brunete, con unas vistas estratégicas al flanco norte de esta ofensiva que tenía por objetivo frenar el avance de las tropas franquistas a Madrid y ayudar a las provincias del Norte de España, que acabó con multitud de muertos de ambos bandos en veinte días de crueles enfrentamientos.

Desde allí, iniciamos el descenso por el Camino de la Isabela, para poco después, en la primera curva, dejar el camino para seguir la senda que sale a la derecha en dirección a un cerro desde el que se tiene estupendas vistas.

El Monte Abantos y las Machotas al oeste, completamente blancos, al este la planicie de Madrid, al sur unas bonitas vistas del embalse de Molino de la Hoz y toda la urbanización que ha nacido a su vera y al norte el Monte Gurugú, donde se asienta Casa Panarrás.

Continuando en dirección sur por esta bonita senda y, tras un moderado descenso, giramos a la izquierda, medio enterrados en nieve, para conectar de nuevo con el Camino de la Isabela y descender hasta dar con el Canal de Guadarrama y el camino que lleva a la presa del Gasco.

Como íbamos bien de tiempo, subimos a ver cómo el tiempo continúa su lenta pero infatigable tarea de convertir en ruinas lo que fue una gran casa con múltiples edificios, como cocheras, cobertizos, casa de los guardeses y hasta dos piscinas, una cubierta, en lamentable estado.

Tras tomarnos un refrigerio, descendimos hacia el Camino de la Presa, dejando el canal del Guadarrama a la derecha. El inmenso muro de la presa fue diseñado, en su momento, como la más alta del mundo, con 93 metros.

De este proyecto, sólo se conserva un lienzo de 53 m de altura y 251 de longitud, con una anchura que oscila entre los 72 m de la base y los cuatro de la parte superior.

Tras contemplar desde su cima cómo el río Guadarrma lo atraviesa, retrocedemos sobre nuestros pasos, hasta llegar al precioso bosque de pinos donde el Canal del Guadarrama se hace más presente, manteniendo agua todo el año.

El Canal del Guadarrama, fue una ciclópea obra que pretendía realizar un canal navegable de 771 km, que, salvando un desnivel de 700 m, hubiese unido fluvialmente la ciudad de Madrid con el océano Atlántico.

Partiría de una presa que habría de construirse a la altura de Torrelodones, enlazaría las cuencas de los ríos Guadarrama, Manzanares, Jarama, Tajo, Riansares, Záncara, Jabalón, Guarrizas, Guadalén, Guadalimar y Guadalquivir. Sólo pudieron ejecutarse los primeros 27 km del canal y la Presa de El Gasco, su embalse regulador. Aquí muchos más detalles del proyecto.

Desde allí, iniciamos el regreso cruzando el frondoso pinar que hay junto al canal, ascendiendo por la Cuesta Blanca del Camino de la Isabela, en dirección norte, hasta llegar de nuevo a Casa Panarrás y Casa del Enebrillo, donde enlazamos con el Camino del Pardillo.

Este camino unió durante siglos Torrelodones con Villanueva del Pardillo a través del Molino de la Hoz. La primera constancia de su existencia se remonta al siglo XII, como paso vinculado a la aldea de Santa María del Retamar, fundada por madrileños en la primera mitad del siglo XII y habitada, por lo menos, hasta finales del siglo XIV.

En el siglo XVI adquirió un importante auge al iniciarse las obras del monasterio de El Escorial que hicieron de Torrelodones parada y fonda. Durante este periodo, el Camino sirvió para el transporte de mercancías desde Villanueva del Pardillo para los mesones y posadas de nuestro pueblo.

La construcción de los puertos de Galapagar y del León, y el nuevo camino hasta Segovia por Las rozas, Galapagar y Guadarrama, supusieron la decadencia progresiva del Camino del Pardillo.

Desde allí, descendimos hasta pasar de nuevo por encima del túnel del ferrocarril, donde giramos a la derecha para seguir por una senda que en dirección noreste pasa junto a unos riscos hasta alcanzar la urbanización Las Marías.

Atravesamos un bonito pinar, continuando en dirección norte hasta alcanzar la Torre de los Lodones, con vistas especialmente bellas de la Sierra de Guadarrama, la planicie de Madrid y todo Torrelodones, destacando al fondo el Palacio del Pico, otro de los iconos del pueblo.

La atalaya toma su nombre del almez, árbol que también es conocido como lodón o lotonero y que era abundante en su enclave y por extensión, el caserío surgido a sus pies acabó llamándose Torrelodones.

Fue erigida en algún momento indeterminado del período omeya de Al-Ándalus, entre los siglos IX y XI, durante el periodo andalusí, y formaba parte del muy jerarquizado sistema defensivo omeya de la Marca Media, que tenía su centro en Toledo, con la que la población musulmana intentaba frenar el avance de los reinos cristianos.

Sólo quedaba descender por una empinada pendiente de escalones con traviesas de madera en dirección al pueblo, pasar por el viaducto bajo la A-6, girar para a la izquierda para pasar frente a la Iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión y llegar de nuevo a la plaza del Ayuntamiento, completando así esta excursión que complementa los atractivos naturales con los históricos y además con un aspecto único al estar todo nevado como nunca lo habíamos visto y que bien se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

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