lunes, 9 de noviembre de 2020

Excursión X243: Puerto de Canencia por el Abedular y el Toril

FICHA TÉCNICA

Inicio: Puerto de Canencia
Final: Puerto de Canencia
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,2 Km 
Desnivel [+]: 382 m 
Desnivel [--]: 382 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 4

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta














PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
En esta ocasión somos cinco contando a Twiter. Humanos cuatro: Sol, Pepa, Antonio y yo (Jorge I). Es lunes y fiesta en Madrid, como no se puede salir de la Comunidad, el monte está lleno de gente. La mayoría, de familias completas cargadas de cestas en busca y caza de los afamados boletus. Pocos hongos, imaginamos quedarán después del fin de semana. Para nuestra sorpresa, debido a la humedad y la temperatura acaecida, la naturaleza nos reservará más adelante, un boletus escondido y pasadito ya. 

Salimos del aparcamiento del Puerto de Canencia en dirección a la cara norte de la sierra; seguimos el curso del arroyo Estepares. El bosque rebosa humedad y empieza a vislumbrarse un día otoñal de los de siempre.

Caminamos un kilómetro y medio, más o menos, y remontamos en dirección hacia el puente de La Pasada, que cruza por encima del arroyo del Sestil de Maíllo. Por su margen discurre un transitado camino donde hay tejos centenarios y un acebo, también centenario, catalogado como Árbol Singular nº 76 de la Comunidad de Madrid. 

Avanzando empezamos a ver bastantes abedules, lo que nos revela que estamos en pleno “Abedular de Canencia”. Transitamos por el cauce del arroyo disfrutando de la belleza de esta parte de la sierra y del verdor del musgo, acrecentado por las últimas lluvias caídas. ¡Todo un espectáculo! 

Llegamos al cruce con el arroyo del Toril y, aún, nos seguirá sorprendiendo este maravilloso paraje. Decidimos parar para tomar un gratificante y merecido almuerzo. 

De nuevo en marcha, comprobamos que el arroyo transporta mucha más agua que en otras ocasiones. No dirigimos a un mirador, donde contemplamos la impresionante caída de agua de 30 metros de la Chorrera de Mojonavalle. Creo que ninguno de nosotros la había visto nunca con tanta agua. 

Distraídos por el impresionante salto de agua y por las fotos de rigor, no nos cercioramos, pero vamos trepando casi en vertical hasta la parte alta de la chorrera. 

Una vez arriba, continuamos a la vera del curso del arroyo, ya en dirección al Prado del Toril, donde nos sorprende un enorme toril circular con burladeros y todo. 

En el ruedo, no podemos resistir la tentación de ejercitar algunas suertes del toreo. Sol, con los dos bastones a modo de banderillas, Pepa preparada para arremeter contra ella. Dejamos constancia fotográfica en el móvil para deleite del grupo. 

Ya tocaba la vuelta, así que, atravesando el prado, nos dirigimos hacia la Boca de los Hoyos. El arroyo del Toril cruza por aquí y hay agua por todas partes.

Aquello bien podría ser un prado lacustre. Tuvimos que salir saltando de bloque en bloque de hierba hasta llegar a un camino transitable. 

Dejamos la subida a la Perdiguera a nuestra derecha y nos dirigimos hacia el GR-10 que nos llevará de vuelta al Puerto de Canencia. 

Por el camino pasamos por el Centro de Educación Ambiental o Centro de Naturaleza, comprobamos que sigue cerrado. No sabemos el motivo del abandono, pero es una lástima que llegue a estado ruinoso. Este edificio, además, era una estación experimental de energía fotovoltaica y disponía de unos cuantos paneles solares que, por supuesto, ya no están. En fin, por lo menos queda un agradable merendero con sombra para descansar. 

Proseguimos nuestro camino de vuelta por la llamada Senda Ecológica, donde nos llama bastante la atención la cantidad de enormes abetos que flanquean el camino. Son Abetos de Douglas, también llamados “Pino Oregón” (por ser originarios de ese estado norteamericano) o Abeto Rojo (supongo que por sus inflorescencias de ese color).

De estos árboles, se habla de ejemplares de 126 metros de altura y 5,5 metros de diámetro. Oficialmente, el más alto del que se tiene constancia, tenía 1020 años y 119,8 metros de altura. Estaba en Washington y se desplomó en 1930. Actualmente el más alto del mundo está en Oregón y tiene algo más de 100 metros de altura. Lo que no he conseguido saber es quién los plantó, pero supongo que durante las múltiples repoblaciones que se han llevado a cabo por estos lares. El Monte “Perímetro de Canencia” fue declarado de Utilidad Pública en 1898 y hasta hoy está así enmarcado. 

Continuamos nuestro camino y por fin llegamos a la Fuente de La Raja, situada al otro lado de la carretera que atraviesa el puerto. Al cruzarla alcanzamos nuestro destino y damos por finalizada esta agradable ruta, que se ganó las 4 estrellas.

Bueno, finalizada todavía no, aún nos quedaba la merecida cervecita en un agradable bar de Soto del Real.
Jorge Isidro Sánchez

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