domingo, 6 de septiembre de 2015

Excursión X045: Gavarnie - San Nicolás de Bujaruelo

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Gavarnie. Francia
Final: San Nicolás de Bujaruelo. España
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 11,6 Km
Desnivel [+]: 749 m
Desnivel [--]: 1.229 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Tras dormir en el albergue Gîte Le Gypaète, en Gavarnie, desayunamos muy temprano y nos preparamos para la que creíamos iba a ser una larga ruta hasta San Nicolás de Bujaruelo, pero Juan nos tenía preparada una sorpresa, había contratado los servicios de un taxi 4x4 para, por un lado acortar el recorrido y, por otro, evitar tener que repetir parte de lo pisado el día anterior, saliendo de un lugar diferente, la Presa de Ossue (Gavarnie).

Con mucha niebla y el cielo amenazando lluvia, llegamos a los pies de la presa, donde se sitúa una zona de acampada en la que existe una cabaña encima de un cerrillo.

Las montañas parecían fantasmagóricas, medio ocultas entre la niebla y de algunas de ellas se veían caer lágrimas en forma de cascada, estaban tristes hoy.

Nos preparamos y echamos a andar en dirección a la presa, situada donde originariamente había un lago glacial. Conforme avanzábamos, el ruido del agua sobrante cayendo desde gran altura era cada vez más atronador.

Cruzamos con cuidado el Gave d´Ossue por un puente metálico, pintado de verde. Ver desde aquí cómo el agua se desborda por todo el arco de la presa era todo un espectáculo. Un cartel informativo indica, entre otros destinos, el de Gavarnie, a 2h45´, eso que nos hemos ahorrado.

Esta es una de las puertas de entrada al macizo del Vignemale, con su mayor cumbre el Pico Vignemale o Viñamala, que hace frontera entre la provincia de Huesca (España) y Hautes Pyrénées (Francia) con hasta 16 cumbres de más de 3000 m.

Otro destino marcado como "Cabane de Lourdes" indicaba 0h30´, allí íbamos, ese era nuestro siguiente objetivo, en dirección sur.

Seguimos el sendero en suave ascenso, con unas vistas sobrecogedoras de un mar de nubes blancas flotando sobre el valle, a la vez que los primero rayos de sol asomaban por entre los riscos más altos de las montañas tiñendo de oro sus escarpadas crestas.

Cruzamos varios arroyos, de poco caudal, junto a uno de ellos, bajo unas rocas nos contemplaba un rollizo sapo que estaba tomando el sol.

A estas horas, las nubes y la niebla habían desaparecido por completo y un cielo azul, soleado nos aligeró el vestuario. Tras vadear el arroyo de Ruisseau d´Aube alcanzamos la Cabaña de Lourdes.

La cabaña, más parece una casita, de paredes blancas con dos cuerpos y un pequeño patio delantero, en el que aprovechamos para hidratarnos y tomarnos un respiro.

Reanudamos la caminata ascendiendo por la margen izquierda del arroyo Ruisseau de la Canau, que da nombre al valle en forma de U, típico de los valles glaciares.

El incesante murmullo del agua, que en ocasiones brincaba entre las rocas formando pequeños saltos, nos acompañaba, toda una delicia para los sentidos.

Cruzamos un par de arroyos y un poco más adelante, el propio Ruisseau de la Canau. Al llegar al Pla  de Canau, pasamos junto a un nutrido rebaño de vacas de raza bruna de los Pirineos, que proviene de una antigua fusión entre la vaca autóctona catalana y bovinos de raza Parda Alpina procedentes de Suiza. Su dócil temperamento y su buena aptitud materna en producción de leche y cuidado del ternero hace que sea una raza muy apreciada por sus criadores.

Al final del precioso y verde valle, dimos el último tirón hacia arriba para alcanzar el puerto de Bernatuara (2.338m), límite natural entre Francia y España, que nos regaló unas espectaculares vistas del Ibón de Bernatuara.

Pero antes de bajar a su encuentro, nos desviamos un poco a la derecha para coronar el pico del mismo nombre, que con sus 2.516 metros de altura ofrece unas vistas panorámicas únicas de las montañas circundantes y del propio ibón.

Estábamos justo a la mitad de la ruta de hoy, habíamos caminado unos 5,5 km, con un desnivel de casi 750 metros y no sabíamos como dejar este privilegiado mirador en el que Juan nos fue identificando los picos más relevantes.

Volvimos al puerto para iniciar el descenso de los poco más de 150 metros que nos separan del Ibón de Bernatuara, que tiene una superficie de 1,8 hectáreas y una altitud de 2.334 metros. Está encajado entre el pico Bernatuara y el pico de Gabiet o Punta de Sandaruelo.

En sus azuladas y transparentes aguas, de un gélido cristalino, nos refrescamos algunos, y a su vera sacamos todo lo que habíamos comprado para comer. y hacernos los bocadillos, de los que enseguida dimos cuenta mientras contemplábamos la belleza de tan precioso lugar.

Daban ganas de quedarse allí y pasar la noche contemplando las estrella.

Tras el descanso, retomamos de nuevo la marcha, afortunadamente ya solo quedaba descender hasta Bujaruelo, eso sí unos 1.200 metros de desnivel, ahí es nada.

Siguiendo las múltiples zetas del sendero, fuimos perdiendo altura, a la vez que nos acercábamos al arroyo de Bernatuara, desagüe natural del ibón, que con gran caudal descendía brincando, formando pequeños saltos de agua de gran belleza. 

Por los verdes laderas y con el arroyo siempre a la vista fuimos descendiendo. Cruzamos la Plana Sandaruelo, plagada de vacas que pactaban curiosas a nuestro paso.

Un poco más abajo, pasamos junto al refugio de Sandaruelo, y enseguida el sendero se va adentrando en un bosque, vadeamos el Barranco de Bernatuara y descendiendo junto a él, enseguida cruzamos por un puente de hierro el Barranco de Sandaruelo.

El sinuoso sendero se abre paso por el tupido bosque hasta que, de pronto, ya vemos el río Ara y el característico puente románico, el icono del lugar. No tardamos mucho en darnos un refrescante baño en sus aguas heladas, que nos quitó de sopetón todo el calor acumulado en la bajada.

Por la noche, en el refugio nos dimos un buen homenaje a base ce chuletas y otros manjares que nos supieron a gloria.

Por todo lo vivido y disfrutado en esta magnífica excursión, le otorgo 5 estrellas y porque no hay más.
Paco Nieto

FOTOS

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