sábado, 23 de noviembre de 2024

Excursión X499: Embalse del Bosquet y Loma del Pedregal

FICHA TÉCNICA:
Inicio: Mogente (Moixent)
Final: Mogente (Moixent)
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,8 Km
Desnivel [+]: 449 m
Desnivel [--]: 449 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 15

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
En esta ruta nos fuimos a Mogente (Moixent), al suroeste de Valencia, para subir a la Loma del Pedregal desde el embalse del Bosquet.

Aparcamos junto a la pequeña presa del embalse, que tenía poca agua y estaba completamente cubierta de maleza. El bello entorno adolece sin embargo de mesas o instalaciones que faciliten una estancia más agradable. Cuando estuvimos todos, nos hicimos la foto de grupo junto al pretil de la presa, que luego todo son prisas.

Iniciamos la ruta bordeando el pequeño embalse y, antes de completar el círculo, nos desviamos por una senda, dejando una fuente a nuestra izquierda, llegamos a la carretera por la que habíamos accedido, la CV-651.

A la derecha se divisan bancales de olivos y al fondo árboles que muestran su dorado traje otoñal.

La cruzamos y seguimos por una pista de tierra, que asciende con verdes praderas a nuestra derecha.

La pista realiza una cerrada curva y en la siguiente la abandonamos por la senda que surge a la izquierda, de frente al sentido de la marcha que llevábamos.

Aquí comienza la escala de la Doncella, una senda con un desnivel apreciable que asciende con pequeñas trepadas que se realizan con el apoyo de cuerdas instaladas para facilitar la subida. Un divertido recorrido, nada aéreo, que pone a prueba nuestras fuerzas.

Pasamos junto a una pequeña oquedad en la empinada senda que bien puede servir como refugio en caso de necesidad.

Al primer tramo de cuerdas le sigue otro hasta alcanzar una zona más plana con pinos y aunque parezca que se ha terminado la subida, la senda continua en ascenso, ya más moderado, por la zona del Alt del Pi.

Las vistas que se van teniendo son cada vez más amplias. El brezo, en flor daba un bello colorido al entorno.

Los más adelantados paramos a esperar al resto del grupo al alcanzar el punto más alto del Alt del Pi (662m), después de que a una de las compañeras le diese un bajón en la subida.

Todos reunidos y ya repuestos del exigente esfuerzo, bajamos hasta encontrar la pista forestal del inicio, por la que luego regresaríamos.

Girando a la izquierda, seguimos por la pista un largo tramo de camino casi plano, que deja a la derecha un campo sembrado de cereales, sorprendentemente verde, en el Bancal de la Morera, hasta alcanzar un collado.

Dejamos la pista por un por un camino que sale a la izquierda y que al poco se termina, iniciando un ascenso a la derecha por la Senda del Vértigo, llamada así porque en su último tramo, poco antes de llegar a las antenas, pasa junto a unos acantilados con mucho desnivel, no aptos para gente con miedo a las alturas.

Pasamos junto a un mirador con banco metálico. Desde aquí se puede contemplar, si bajamos unos metros por la izquierda, a lo lejos, una pequeña oquedad en la que hay una virgen moreneta en lo que parece un altar con flores.

Al llegar a las instalaciones de las antenas, rodeamos la valla que las protege, junto a la que paramos para tomar el aperitivo de media mañana.

Más descansados, buscamos la pedregosa senda que sube hasta el vértice geodésico de la Loma del Pedregal, nombre que hace honor a su situación. Con una cota de 745m, es el punto más alto de la ruta y nos ofrece unas excelentes panorámicas del valle de Montesa, un corredor entre montañas, vía natural de comunicación entre la meseta y el litoral valenciano.

Hechas las inevitables fotos de rigor, regresamos sobre nuestro pasos hacia las antenas y una vez recuperado el camino encontramos la senda que en pocos metros nos lleva hasta la cova de Pates.

Aunque a la cueva hay que entrar agachados, enseguida su altura permite ponernos de pie para contemplar una amplia galería con alguna formación curiosa en forma de columnas, la pena es que ha sido muy expoliada y se han llevado gran parte de las estalactitas y estalagmitas que poseía. Existe a la izquierda una gatera que pasa a otra sala más grande pero de complicado y no recomendable acceso.

Salimos encantados de la cueva y retrocedemos para recuperar el camino y seguir por la vereda, que justo al llegar a las antenas, realiza un giro cerrado a la izquierda.

Esta sombreada senda, entre pinos y encinas, desciende hasta dar con el camino de Camp Redó, que seguimos a la izquierda, pasamos junto a una explanada donde los troncos de los pinos se amontonaban a ambos lados del camino y continuamos a la derecha hasta alcanzar una pista, que poco después nos lleva hacia la cova de L'Aigua.

Para ello, hay que desviarse del camino por una senda que pasa detrás de las ruinas de un corral, la Caseta del Camp Redó, que rodeamos por la derecha y siguiendo la senda, bajamos hasta la entrada de la cueva, más estrecha y recóndita que la anterior.

Pasados unos metros, permite estar de pie, descendiendo podemos ver, a la derecha de la entrada, los restos de una tubería, en forma de tres caños, que debía recoger agua del exterior.

Más abajo, a la izquierda podemos ver cómo se recoge el agua en un hueco de su interior, a modo de aljibe, incluso tiene instalada una piedra plana que tal vez sirviese para soportar el cántaro en el momento de su llenado.

Tras la visita, volvemos sobre nuestro pasos hasta alcanzar de nuevo el camino y al poco tomamos la senda que sale por la derecha en una curva a la izquierda del mismo. 

Descendemos ahora por la Senda Pou Camp-Redó que nos enlaza con el camino del inicio, cuyo último tramo, recortamos, tomando un par de atajos a la izquierda, por empinadas sendas que nos evitan amplias curvas de la pista.

Solo nos queda seguir el camino que nos lleva hasta la carretera tras dejar por la derecha la senda de subida de L'escala de la Doncella

Cruzamos la carretera y por pista remontamos hasta la presa del embalse del Bosquet donde habíamos aparcado los coches.

A los pies del embalse nos tomamos los bocadillos, algunos cómodamente en sillas y mesa, tras lo cual, la mayoría nos fuimos a tomar café a la terraza del cercano bar restaurante Pitxó, pasando primero entre otoñales viñedos.

Dimos así por finalizada esta esta entretenida y variada excursión con muchos alicientes que bien merece 5 estrellas.
Paco Nieto

sábado, 9 de noviembre de 2024

Excursión X498: Vía Verde del Maigmó

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Agost. Alicante
Final: Agost. Alicante
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 18,3 Km
Desnivel [+]: 171 m
Desnivel [--]: 171 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 24

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RESUMEN
A la hora prevista, iniciamos el recorrido de esta curiosa ruta desde el punto de encuentro situado en el mismo trazado ferroviario, en un día soleado y apacible.

Se trataba de una ruta lineal, sin desnivel y muy sencilla que recorre parte de la denominada Via Verde del Maigmó, un antiguo trazado que debió ocupar la línea de ferrocarril que uniría Alcoy con Alicante, entre los municipios de Agost y Tibi y que se ha reconvertido en vía verde.

Debido a la orografía, casi maldita de la zona, en los años veinte del siglo pasado, se construyó un ferrocarril que afrontó el reto que suponía dicho relieve. El tren conectaría Alcoy con el puerto de Alicante y transportaría mercancía que se fabricaba en Alcoy. El trazado implicaba horadar 7 túneles (el más largo de 525 metros) para atravesar parte de ladera de la Sierra del Maigmó, tender varios puentes y viaductos.

A modo de curiosidad, el tren nunca llegó a funcionar, debido al estallido de la Guerra Civil Española, quedando abandonado por muchos años hasta que la Fundación de los Ferrocarriles Españoles la transformó en vía verde.

Siguiendo el recorrido, fuimos atravesando los distintos túneles encañonados por laderas de tierra rojiza y rocas de la Sierra del Maigmó, hasta llegar a un área recreativa donde repusimos fuerzas y continuamos camino, atravesando el Puente del Vidrio, construido para salvar el desnivel del barranco del mismo nombre.

Llegamos al último túnel y a su salida el paisaje fue cambiando y transformándose en campos de cultivo de vid, a la salida del túnel viramos sobre nuestros pasos y deshicimos el camino andado.

Finalmente disfrutamos de un picnic en el área recreativa situada cerca del punto de encuentro, y dimos por finalizada esta sencilla ruta que califico con un 3,5 sobre 5.
Kika Silvestre 

FOTOS

sábado, 26 de octubre de 2024

Excursión X497: Cuevas y cumbres de Sierra Mariola

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Camping Mariola. Bocairent
Final: Camping Mariola. Bocairent
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,3 Km
Desnivel [+]: 475 m
Desnivel [--]: 475 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: x
Participantes: 17

MAPAS 
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PERFIL
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sábado, 19 de octubre de 2024

Excursión X495: Santuario de la Virgen de la Esperanza y bosque de ribera de Cañaverosa

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Calasparra
Final: Calasparra
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,7 Km
Desnivel [+]: 214 m
Desnivel [--]: 214 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 13

MAPAS 
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PERFIL
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RESUMEN
El día lucia esplendido y con esa suerte nos pusimos en marcha encaminados a visitar el primer punto de la ruta: el Yacimiento Geológico del Cabezo Negro, uno de los lugares de interés geológico de relevancia internacional de la Región de Murcia, situado a las afueras de Calasparra.

Su valor deriva de la rareza de sus rocas en nuestro planeta, las lamproitas (rocas ultrapotásicas). Se trata de un pequeño cono volcánico achatado con unos 400 m de largo y unos 225 m de ancho, y con un cráter de 80 m de diámetro.

Siguiendo con la ruta, llegamos hasta el Mirador de las Lomas, donde pudimos contemplar un bello paisaje de campos de arroz regados por el serpenteante río Segura.

Desde allí y por un sendero de descenso pronunciado, llegamos al valle donde nos esperaba el Santuario de la Virgen de la Esperanza, (Patrona de Calasparra), un complejo de edificios que alberga: una ermita, un museo y el camarín con la Virgen. El Santuario es uno de los más visitados de España y se construyó sobre una antigua cueva donde se resguardaban los pastores y ganado.

Dentro hay un nacimiento de agua que permite oír su rumor constante manando. La estructura, está perfectamente integrada en la piedra de la montaña. Cuenta la leyenda que un pastor que guardaba su ganado en estas cuevas, excavadas por las aguas del río, encontró la imagen “La Pequeñica”, seguramente olvidada por algún caballero cristiano.

El pastor comunicó su valioso hallazgo a las autoridades eclesiásticas y civiles de Calasparra, que con los habitantes del pueblo vinieron alborozadas y quisieron llevarse la imagen para ser venerada en el pueblo pero la Virgen se hizo tan pesada para su tamaño, que todos comprendieron que era aquí, en la cueva, donde deseaba ser venerada, y decidieron, por tanto, acondicionarla.

Tras la visita al santuario, realizamos parada para reponer fuerzas en un rincón junto al rio y de allí encaminamos nuestros pasos por una senda paralela al cauce del río que se adentraba en un bosque de ribera de cañaveral, dirigiéndonos hacia la confluencia de los ríos Moratalla y Segura, fue todo un festival para los sentidos, pues nos deleitamos con el rumor del agua, el trinar de los pájaros, los verdes chopos, álamos, cañaverales, las lianas… dándonos la sensación de estar en un espacio encantado.

Se trata de la Reserva Natural de Cañaverosa, Espacio Natural Protegido de la Región de Murcia, con gran importancia debido a que en su interior alberga especies de fauna amenazadas como la nutria o el galápago leproso.

La diversidad de especies de flora y fauna, junto con las actividades tradicionales del entorno, como el cultivo del arroz de Calasparra, convierten a este lugar en un ejemplo de desarrollo sostenible.

Abandonamos el bosque por una senda que nos llevó hasta el Mirador del Campillo donde de nuevo recreamos la vista. Visitado el mirador volvimos sobre nuestros pasos para retomar el sendero que nos llevaría hasta Calasparra, municipio de partida.

Una vez en Calasparra, nos dirigimos al restaurante La Plaza, donde habíamos reservado mesa, y cuál fue nuestra sorpresa, al descubrir que se trataba de una pequeña iglesia transformada en restaurante. A modo de curiosidad, en el atril estaba la carta de platos y el altar ahora era la barra.

Por lo bonito del recorrido califico con 4,5 sobre 5 a esta estupenda ruta.
Kika Silvestre

sábado, 12 de octubre de 2024

Excursión X493: Valle de Ricote y Presa de Ojós

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Ojós
Final: Ojós
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,5 Km
Desnivel [+]: 504 m
Desnivel [--]: 504 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 18

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RESUMEN
Con un clima espléndido, nos desplazamos a la región de Murcia para realizar una atractiva ruta diseñada por un tramo del rio Segura que discurre entre Archena y Calasparra.

La ruta era circular y comenzamos con una fuerte pero corta subida por un camino asfaltado hasta alcanzar la Senda del Martillo, sendero largo y con una pendiente media. Llegamos a la fuente del Pino, que se encontraba seca por la larga sequía arrastrada desde el verano. Continuamos hasta alcanzar el Collado de los Llanos de la Navela y de allí a la Casa del Martillo, una construcción abandonada que se usó antaño como casa de colonias juveniles.

Desde la Casa del Martillo seguimos hasta llegar a la cima de la Sierra del Chinte, pasando por el punto ZEPAS’s de nidificación para aves rapaces, e hicimos parada para reponer fuerzas en las ruinas de un aljibe.

Retomamos la marcha siguiendo un sendero que discurría por las crestas de la Sierra del Chinté. Allí aprovechamos para realizar fotos en la conocida “tabla de surf”, una gran roca plana, que caprichosamente sobresale al abismo y donde los senderistas se fotografían subidos a ella dando la impresión que “surfean” el cielo.

Siguiendo la senda, llegamos al primer Mirador del Solvente, punto con una excelente panorámica del Valle de Ricote y de la Presa de Ojós, donde realizamos una pequeña parada para el deleite visual y las fotos de rigor.

Continuamos la marcha hasta el segundo Mirador del Solvente, esta vez con otra orientación, la cual nos permitió observar la presa en toda su extensión, de nuevo parada y fotos. Siguiendo el sendero, este nos llevo a un tercer mirador, el Mirador del Azud, más cercano a la presa.

A partir de este punto, el sendero comienza a descender y en el descenso alcanzamos el Área Recreativa La Navela, muy deteriorada y con evidentes signos de abandono por las autoridades, que no invitaba en absoluto al descanso en ella.

Recorrimos algunos metros más de sendero hasta alcanzar una carretera de servicio de la presa. A partir de ese punto abandonamos el tramo de montaña, para recorrer el valle. Siguiendo la carretera, pasamos por un túnel y seguidamente observamos las construcciones e instalaciones de la presa.

El embalse de Ojós, recibe el nombre del pueblo de Ojós cercano a él aunque se encuentra en el término municipal de Blanca. Está situado sobre el cauce del río Segura. Tiene una capacidad de 2,850 hm3, con una presa de gravedad. La finalidad del embalse es la distribución del agua para el regadío. De esta presa parte el canal principal de la margen derecha (CPMD) y el canal principal de la margen izquierda (CPMI).

Tras visitar la presa, abandonamos la carretera para adentrarnos en el Valle de Ricote por un sendero paralelo al río, que nos llevó a cruzar un puente construido al más puro estilo tibetano, con tablas de madera y cable de acero.

La construcción del puente es totalmente segura, aunque esa no era la sensación que daba a los transeúntes que lo cruzaban, pues se movía con los pasos.

Estábamos en el corazón del Valle de Ricote. Su origen se sitúa a principios del siglo VIII, con la conquista Omeya de la Península Ibérica. El periodo de dominación musulmana de este valle, entre los siglos VIII y XIII, fue muy fructífero en el aspecto cultural. 

Constituyó el punto de partida de uno de los caudillos musulmanes más importantes del siglo XIII, Ibn Hud, que tras su sublevación en el castillo de Ricote, consiguió aglutinar bajo su mandato a buena parte del territorio andalusí durante diez años.

Los moriscos fueron expulsados de este territorio en el siglo XVII, quedando algunos vestigios de su asentamiento en estas tierras, como es “El Oasis Árabe”, un espacio lleno de palmeras que atravesamos y que por un momento nos transporto a lejanas tierras orientales. Continuando el sendero, pasamos por una noria, otro testigo del legado árabe en el valle.

El recorrido seguía al río y, a la altura de la población de Ojós, atravesamos el puente colgante para cruzar a la otra vertiente del río Segura, punto de finalización de la ruta.

Sentados en un área recreativa junto al río, realizamos picnic y descanso. Con ello dimos por finalizada la ruta que puntúo con un 4 sobre 5.
Kika Silvestre