lunes, 12 de abril de 2021

Excursión X277: Peñalara y Peña Citores

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Puerto de Cotos
Final: Puerto de Cotos
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,6 Km 
Desnivel [+]: 682 m 
Desnivel [--]: 682 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 11

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Para contemplar las últimas nieves de la temporada, planteamos esta nueva subida a Peñalara, con el aliciente añadido de hacer que dos compañeras coronaran por primera vez su cima.

Y con esas intenciones nos acercamos al Puerto de Cotos echando a andar en dos grupos, remontando rápidamente la pista de piedra que bordea el Centro de Visitantes del Parque, que pasa a ser de tierra al llegar a la caseta de información y en suave pendiente alcanza en menos de 500 metros la fuente de Cubeiro, de la que brotaba un abundante caño de agua.

Enseguida llegamos al Mirador de la Gitana, desde donde se tiene una de las mejores vistas de Cabezas de Hierro y del resto de la Cuerda Larga, que podemos identificar fácilmente mediante la flecha giratoria de su identificador de cumbres. Y junto a él, un reloj solar en el suelo, que siempre atrae a curiosos por descifrar su funcionamiento.

Frente al mirador, la pista continua describiendo una pronunciada curva, pasa junto al cobertizo del Depósito, que dejamos a nuestra derecha, sin desviarnos a las escaleras de piedra, por las que bajaremos de regreso de la Laguna Grande, ahora nuestro objetivo es subir al Pico de Peñalara.

Nada más dar una cerrada curva a la derecha, la pista comienza a empinarse, es el anticipo de la larga docena de eses que componen las llamadas Zetas, que en unos 2,5 km desde el cobertizo, salvan unos 300 metros de desnivel casi sin tregua.

En el ascenso, nos cruzamos con los desvíos a la laguna Grande de Peñalara y después con el que va al refugio Zabala, por el que se iría Emilio para recordar las numerosas veces que paró en él.

La última zeta nos dejó a los pies de la Hermana Menor (2.269 m), que nos queda a nuestra izquierda. Al alcanzar la cuerda, vimos los primeros retazos de nieve y un poco más adelante, un gran nevero que parecía precipitarse hacia el abismo del gran circo de Peñalara.

Esquivando en lo posible las manchas blancas, con nieve muy dura y en ocasiones resbaladiza, superamos los poco más de 150 metros que restaban para alcanzar la cumbre más alta de Madrid y Segovia, a la que llegamos tras dejar la Hermana Mayor (2.284 m) a nuestra derecha, pasar por el Collado de Dos Hermanas y acometer el último tramo siguiendo el PR-32.

En el hito de conmemoración de los 100 años del Club Peñalara nos hicimos fotos con bonitas vistas, antes de alcanzar la cumbre dominada por el vértice geodésico que se señorea a 2.428 metros, a sabiendas de que nadie a muchos kilómetros le hace sombra y que disfruta de las mejores vistas de la Sierra de Guadarrama.

El júbilo de nuestras compañeras, por haber cumplido su sueño de pisar por fin esta cima y hacerse la foto en el vértice geodésico, era contagioso, todos celebramos el logro como si fuera nuestro.

Jorge estuvo buscando el risco donde su padre y otros compañeros colocaron un belén subido a hombros desde Segovia cuando él era niño. Unos barrotes serrados dieron la pista de dónde estaba colocado exactamente.

Algunos quisimos ver más de cerca el peligroso Risco de Claveles y nos acercamos al promontorio rocoso que hay a medio camino de llegar a él. Desde allí se le veía imponente con sus 2.387 m, aún con nieve en sus alrededores. Retrocedimos sobre nuestros pasos para tomarnos el tentempié de media mañana en la cima de Peñalara.

Con el estupendo día, las panorámicas desde aquí ganaban en espectacularidad, por lo que nos extasiamos con las inmejorables vistas de Los Montes Carpetanos al norte, el Valle del Lozoya y La Cuerda Larga al este, el Alto de Las Guarramillas o Bola del Mundo y el Puerto de Navacerrada al sur y al oeste la continuación de la Sierra de Guadarama, con la inconfundible cresta de Siete Picos y Montón de Trigo en primer termino.

Tras el descanso, aprovechando la presencia de otros montañeros, nos hicimos la foto de grupo junto al cartel de Peñalara antes de iniciar el regreso, de nuevo de forma espontánea formamos dos grupos, unos con paso más ligero, volvimos a recorrer los aproximadamente 200 metros sobre el PR-M3, por el antes subimos.

Aquí contacté con Emilio para ver por dónde iba, y curiosamente estaba frente a nosotros, reuniéndose de inmediato con nosotros. Desde aquí, nos desviarnos a después a la derecha, hacia el suroeste, para llegar a la pequeña vaguada del Arroyo de Dos Hermanas, aún cubierto por una buena capa de nieve. Lo cruzamos y proseguimos ahora en dirección oeste paralelo a él, con la vista puesta en un círculo grande de piedras que hay un poco más abajo de Peña Citores.

Alcanzado el cruce de caminos cerca de la Fuente de los Pájaros, continuamos en el mismo sentido de la marcha hasta llegar al círculo de piedras conocido como la “plaza de toros” o "el redondel". Construido durante la Guerra Civil Española, fue un puesto fortificado del Batallón Alpino, conocido con el nombre de Posición Intermedia. Toda la zona a su alrededor está sembrada de restos de fortificaciones, refugios, puesto de observación y trincheras.

En la trinchera que hay junto a su muro de la cara este, protegida por un túmulo de piedras, se encuentra la emotiva placa homenaje al capitán Leatherdale, que estuvo al mando de la 2ª compañía del Batallón Alpino del Guadarrama y que su hijo le dedicó:

"Capitán Leatherdale

A mi padre, José Pérez Leatherdale.
No pretendo reparar injusticias,
corren malos días para la épica,
simplemente es un asunto familiar,
una historia perfectamente humilde.
Español y oficial republicano
perdió una guerra y más de media vida
pero nunca perdió la dignidad.

Sentados a la mesa, tras la cena,
me hablaba de su Batallón Alpino:
Navarrulaque, el Cerro de los Locos,
Collado de Marichiva, Peña Bercial...
paisajes de una gesta prescindible,
comienzo de una herida interminable
de silencio, de yugo, de victoria.
Hoy me viene tu voz y me recuerda:
no pudieron vencernos la palabra;
siempre a tus órdenes mi capitán."




Unos pocos, nos animamos a subir a la roma cumbre de Peña Citores, siguiendo una desdibujada senda entre piornos hasta alcanzar los 2.181 metros de su poco definida cumbre, en la que apenas un promontorio de rocas, con excelentes vistas a Valsaín y su pinar, sugiere que estemos en ella. Existe una curiosa leyenda que cuenta la génesis de su nombre: Peña Citó-rex (donde se citó con el rey).

En este enlace de aquí se puede leer completa la frustrada historia de amor que envuelve estas cumbres.

Tras fotos de rigor, regresamos por el mismo camino hasta el círculo de piedras, que rodeamos por la derecha para salir a la Fuente de los Pájaros, collado raso donde nace el arroyo del Infierno. Tras reponer las botellas con su fresca y cristalina agua, seguimos al primer grupo, que ya se había ido en busca de la senda del Batallón Alpino.

El Batallón Alpino, fue organizado en septiembre de 1936 para mantener a raya desde las cimas más altas de Madrid a las fuerzas rebeldes acantonadas en La Granja. Ellos abrieron desde el puerto de Cotos esta senda para abastecer las posiciones de Peña Citores, Dos Hermanas y Peñalara, superando aquí los tres peores inviernos que nadie haya pasado jamás en la sierra de Guadarrama.

Tras un primer tramo dominado por el piorno la senda, marcada con algún que otro hito y círculos amarillos, se interna en un espeso y umbrío bosque de pinos silvestres, por el que de vez en cuando asoma la Bola de Mundo y las pistas de Valdesqui.

Finalmente traspasamos el paso en la valla que impide que el ganado invada la zona del Puerto de Cotos, bajamos unos escalones junto al Mirador de Lucio y el Refugio del Club Alpino.

Volviendo a la pista empedrada, muy cerca de donde la tomamos al principio. La cruzamos para desandar el tramo por la pradera, y dirigimos hacia el refugio de la Estación de Cotos, donde nos esperaba un suculento menú que degustamos en su estupenda terraza, dando así por finalizada esta bonita excursión que se merece 5 estrechas.
Paco Nieto

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