Inicio: Torrelodones
Final: Torrelodones
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 8,6 Km
Desnivel [+]: 245 m
Desnivel [--]: 245 m
Distancia: 8,6 Km
Desnivel [+]: 245 m
Desnivel [--]: 245 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 2
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
Valoración: 4
Participantes: 2
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Placentera ruta por los alrededores de Torrelodones, de cuya plaza salimos para recorrer la calle Real, cruzar la Avenida Conde de las Almenas, título que ostentaba el primer propietario del cercano Palacio del Canto del Pico, uno de los símbolos más reconocibles del pueblo, caído en desgracia y en el más terrible de los abandonos.
Dejamos atrás la rotonda del Dedo Gordo, mediocre reproducción del que fue un risco que había a la salida del pueblo, junto a la antigua carreretera de la Coruña, volado en la construcción de la autovía A-6. Continuamos hacia el campo de fútbol y nada más alcanzarlo, giramos a la izquierda, descendiendo hacia el cementerio, al que rodeamos por su lado este.

Remontamos el arroyo por su orilla izquierda, siguiendo una senda con escaleras, hasta alcanzar la presa del embalse de los Peñascales, oficialmente llamado de Gabriel Enríquez de la Orden.

Bordeamos la ribera de este embalse, que fue construido en 1962 para abastecimiento de agua de las urbanizaciones de su entorno, si bien ha perdido este uso con el desarrollo de otras infraestructuras hidráulicas por parte del Canal de Isabel II, que suministran agua a Los Peñascales.
Seguimos la preciosa senda que entre juncos, zarzamoras y flora de ribera serpentea entre las lujosas viviendas que lo circundan, en la que un par de puentes salvan los arroyos que nutren de agua al embalse.
Al alcanzar de nuevo la presa, en el lado opuesto al que estuvimos, proseguimos por la Avenida de los Peñascales y calle Ebro hasta alcanzar la calle Jalón, por la que descendemos hasta alcanzar una casa a los pies del arroyo Villarejo, donde giramos a la derecha para continuar siguiendo una nueva senda recientemente habilitada por el ayuntamiento, marcada por piedras en hilera para que perderse sea imposible.

Paco Nieto
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