lunes, 24 de enero de 2022

Excursión X319: Cerro de la Cabeza y Puerto de Malagón

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: La Horizontal. San Lorenzo de El Escorial
Final: La Horizontal. San Lorenzo de El Escorial
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 12,8 Km
Desnivel [+]:  681 m
Desnivel [--]: 681 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 10

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta





TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Creo que fue Pepa la que sugirió subir al Cerro de la Cabeza, en San Lorenzo de El Escorial porque en este grupo lo teníamos pendiente, y a ello nos pusimos.

Para realzar la jornada aún más, comeríamos en el Restaurante la Horizontal al finalizar la ruta, y por ello dejamos los coches en el aparcamiento que hay en la explanada de su entrada.

El restaurante se llama así por estar situado en el inicio del camino La Horizontal, que haciendo honor a su nombre, recorres la ladera del monte apenas sin desniveles.

Con el día bastante nublado echamos a andar, pasamos un portón y rodeando una urbanización entre pinos y robles sin hojas, cruzamos el arroyo del Arca del Helechal, que no llevaba ni gota de agua y, un poco más adelante, pasamos junto a una curiosa capilla incrustada en unas rocas.

En ella hay una cruz de granito, unas flores y una placa en la que pone: “Ave María. MCL XXXVIII”. Lo que indica que data del año 1987. Abajo se ve la figura de la Virgen Inmaculada.

Cuentan que el autor de esta iniciativa popular fue un albañil que participó en la reconstrucción del sanatorio de tuberculosis que ahora se conoce como el hospital de San Lorenzo de El Escorial. Nadie recuerda su nombre, pero sí el apodo “Tolín”, al parecer la construyó por alguna promesa suya a la virgen a modo de ofrenda.

Continuamos por el cómodo camino, al que no le faltan bancos en sus laterales para descansar, y en una curva cerrada, alcanzamos el arroyo de los Castaños, que debe su nombre a soberbios ejemplares que, más abajo, hay junto a él, justificando así su nombre.

Pasada la siguiente curva, dejamos la pista para seguir por una estrecha senda que asciende hacia el oeste. Pasamos otro portón y tras una nueva curva, alcanzamos una pista que seguimos hacia nuestra izquierda, con la majestuosa visión de las Machotas de frente y el monasterio detrás.

Superado el colladito, nos desviamos a la derecha para iniciar el ascenso por las 16 zetas. La estrecha senda, zigzaguea una y otra vez entre pinos hasta completar las 16 curvas que le dan nombre y que minimizan sobremanera la pendiente de la ladera por la que estamos subiendo.

Tras la última zeta seguimos una amplia pista que nos lleva al área recreativa de los Llanitos, en la que una casa pintada de amarillo alberga el Centro de Educación Ambiental.

Nos reunimos alrededor del Olmo de los Llanillos, catalogado como Árbol Singular número 244 por la Comunidad de Madrid. Un hermoso ejemplar que tiene una edad aproximada de 150 años, con una altura de 23 metros, una copa de 16 metros, y un perímetro del tronco de 3,15 metros.

A su lado hay un pinar con bastantes mesas de madera, repartidas en tres bancadas, nos sirvieron para tomar a cubierto del sol el tentempié de media mañana.

Continuamos por un sendero que en dirección oeste, asciende con bastante pendiente hacia el Cerro de la Cabeza. Fue en este tramo donde la niebla comenzó a ser más intensa, lo que unido a la cencellada de los árboles, dio un aspecto fantasmal al bosque, como de cuento.

Junto a un árbol caído con ambiente invernal, nos hicimos la foto de grupo. Ni que decir tiene que el frío era intenso y los guantes necesarios para no helarnos. Los pinos, cada vez más blancos por lo que ya era nieve, ofrecían un aspecto alpino inusual.

A mitad de la loma del Barranco de la Cabeza, el sendero gira hacia el suroeste y finalmente alcanza el vértice geodésico del Cerro de la Cabeza, nuestro objetivo, situado a 1679 metros de altura.

La niebla no nos permitió ver las estupendas vistas que desde aquí se tienen y hechas las fotos, enseguida iniciamos el descenso hacia el puerto de Malagón, siguiendo primero un sendero entre pinos, con bastante pendiente y luego el Camino de la Cancha, más tendido y cómodo de bajar. A mitad de camino, sentados en un tronco de pino, paramos a tomarnos el tentempié de media mañana.

Llegados a los 1523 metros de altura del puerto, nos reunimos junto al antiguo pozo de la nieve, del que poco queda y tras contemplar lo poco que se veía del embalse del Tobar y el abierto valle que separa Robledondo de Peguerinos, iniciamos el descenso hacia el punto de inicio de la ruta, siguiendo la carretera.

Al llegar al descansadero de Malagón, dejamos la carretera y nos internamos por la izquierda en la Senda del Silencio, un bonito sendero que desciende entre pinos y alguna que otra haya. Un pequeño desvío a la izquierda nos acercó a la fuente del Trampalón.

Retomamos la senda por la que continuamos descendiendo en dirección sureste, internándonos en un bosque declarado Paisaje Pintoresco en 1961, que alberga un impresionante pinar de repoblación de más de cien años de antigüedad, ordenado con criterios paisajísticos, con pino resinero y laricio en las partes bajas y pino de Valsaín en las altas. Junto a ellos otras especies introducidas como hayas y alerces.

Sin duda, sobresale entre todos ellos el pequeño pero precioso hayedo que repoblaron los estudiantes y profesores de la Escuela de Ingenieros Forestales desde 1870, y que escondido entre el pinar es muy desconocido para la mayoría de los madrileños, pero que tiene unos hermosos ejemplares que nada tienen que envidiar a los del Hayedo de Montejo, que con sus 250 hectáreas de hayas, es el más popular en la Comunidad de Madrid. Éste de San Lorenzo está mucho más cerca, sin restricciones de acceso y de irresistible belleza.

Son árboles procedentes de una replantación del siglo pasado que han logrado adaptarse y prosperar a pesar del ganado vacuno de la zona y que han sembrado el camino de árboles jóvenes. Su cifra se sitúa por debajo del centenar.

Pasamos por el Mirador de los Alerces, de bonitas vistas del valle y de los riscos al sur de Abantos.

Tras una breve paradas para las fotos, continuamos disfrutando de un paseo entre hayas y alerces hasta cruzar la carretera y proseguir por la senda que enseguida sale a la izquierda, pasa junto a la fuente y pilón de Santiago Arroyo y se dirige hacia la presa del Romeral.

Pero como íbamos bien de tiempo, en lugar de bajar hacia la presa, continuamos por la carretera para alargar un poco la ruta. Pasados unos 600 metros, giramos a la izquierda para enseguida llegar a la Horizontal, y tras pasar de nuevo el portón por el que habíamos pasado, alcanzamos finalmente el restaurante, donde disfrutamos de un estupendo menú, dando así por finalizada esta bonita ruta que bien se ganó 4 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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