lunes, 20 de mayo de 2019

Excursión X178: Fortines y petroglifos de Valle Enmedio

FICHA TÉCNICA
Inicio: Camping Valle Enmedio
Final: Camping Valle Enmedio
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,3 Km 
Desnivel [+]: 612 m 
Desnivel [--]: 612 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
El Valle de Enmedio está situado al sur de la Sierra de Malagón, encajado entre los cerros de las Navas del Toril y Cueva Valiente, perdido entre enormes bosques que le dan sombra y afilados roquedos que le dan magníficas vistas. Lugar de leyendas y escondidos tesoros que descubrimos de la mano de Jorge, gran conocedor de la zona.

Para ello, nos acercamos a Peguerinos, tradicionalmente ligado a la explotación de sus pinares, de los que se extraía, entre otros productos, la pez, obtenida a partir de la destilación de la trementina y destinada a calafatear el casco de los buques, impermeabilizar el interior de las botas de vino o marcar al ganado. De hecho, el nombre del pueblo parece tener que ver con los términos peguera (lugar en que se fabrica la pez) o pegueros (fabricantes y vendedores de pez).

Atravesado el pueblo, proseguimos, con bonitas vistas del embalse de la Aceña, has llegar al pequeño aparcamiento que hay a la entrada del camping Valle Enmedio, inicio y final de nuestra inolvidable excursión.

Echamos a andar siguiendo el sendero que va paralelo al arroyo Valle de Enmedio y que, en dirección noroeste bordea el camping, para enseguida cruzarlo aprovechando un puente de cemento, iniciando una subida por senda bien marcada que se aleja del arroyo en busca del embalse del arroyo del Prado del Toril, construido para abastecer de agua al camping.

Junto al embalse se encuentra un refugio en avanzado estado de dejadez, al que nos acercamos a echar un vistazo. Calmada nuestra curiosidad, continuamos ascendiendo, bordeamos el embalse y cruzamos por primera vez el arroyo del Prado del Toril, que nace en la Nava con el mismo nombre y desemboca en el arroyo de Enmedio 2,5 km mas abajo.

Tras un segundo cruce del arroyo, alcanzamos la verde pradera de Navas del Toril, cerrada en su parte norte por una de las frecuentes formaciones rocosas que jalonan el Valle de Enmedio. Nos encaramamos a ella para enseguida descubrir uno de los muchos fortines que visitaremos en la ruta.

Son un conjunto de posiciones, fortificaciones, acuartelamientos, puestos de ametralladoras y trincheras construidas durante la Guerra Civil por el frente nacional en su avance hacia Madrid y Segovia. Nos sorprende la anchura de los muros de piedra y el entramado de trincheras que unen unos puestos con otros, en el que incluso utilizaron escaleras de piedra.

Vistos los fortines y las impresionantes vistas que del valle se tienen desde el roquedal, buscamos una pista, que antiguamente era la carretera que unía el Alto del León con Pereguinos pasando por Cueva Valiente. Por ella ascendemos unos 300 metros, desviándonos a la derecha para subir a otro roquedal donde se encuentra otra de las posiciones, también fuertemente amurallada y con varios nidos circulares para las ametralladoras.

Hechas las pertinentes fotos, retomamos la pista, por la que continuamos el ascenso hasta alcanzar el collado que hay antes de la subida a Cueva Valiente. Tumbados en su pradera descansamos un rato, mientras nos tomábamos el tentempié de media mañana.

Repuestas las fuerzas, giramos hacia el sureste para ascender a los 1872 metros que tiene de altura el Cerro Valiente, la máxima cota de la ruta. En lo más alto se encuentra otra posición, construida como el resto con piedras de granito. Desde aquí las vistas de la Sierra de Guadarrama, al fondo, con el Alto del León y la vertiente segoviana son impresionantes.

Descendimos de tan privilegiada atalaya y nos dirigimos en dirección sur hacia el otro objetivo de la ruta, encontrar unos petroglifos que solo conocíamos en fotos. Alcanzado un pequeño collado, la idea era continuar cresteando para enseguida dar con ellos, pero a alguien se le ocurrió visitar el refugio de Valle Enmedio, también en un lamentable estado, lo que nos supuso descender 160 metros y luego subir una endiablada cuesta de casi cien metros de desnivel hasta reencontrarnos con la senda que llevábamos.

A poco menos de 300 metros de descender por la cresta, dimos con los petroglifos, el primero a nuestra izquierda, un trébol de cuatro hojas, representado en una roca. Según parece, por cada trébol de cuatro hojas hay unos 10.000 de tres hojas. 

Cada hoja representa uno de los cuatro componentes básicos de la felicidad, que son esperanza, fe, amor y suerte. Para otros los cuatro símbolos que representan son: riqueza, fama, amor y salud. Según la tradición, tales foliolos traen buena suerte a sus buscadores, especialmente si es encontrado accidentalmente.

Frente a esta roca, se encuentra el segundo petroglifo, en otra roca en la que hay reflejada otra enigmática figura, el ojo de Dios, o el ojo que todo lo ve, un poderoso símbolo esotérico que originalmente representaba un mayor poder espiritual o Dios, utilizado en la mayoría de las civilizacioners, un atento vigilante de la humanidad o una parte espiritual despertado dentro. Pero en estos días es más probable que sea visto como un símbolo Illuminati de control y vigilancia por parte de las élites.

Cumplido nuestro segundo objetivo, continuamos el descenso por el sendero, pasando bajo una roca a modo de túnel de gran atractivo fotográfico, en lo es un precioso balcón desde el que contemplamos el valle, con sus bosques y sus praderas, en toda su extensión. En estos peñascos hay numerosas vías de escalada que son la delicia de los aficionados a esta práctica.

Giramos a la izquierda, en dirección este, pasamos junto a un abrigo proporcionado por una cavidad entre grandes rocas, para luego seguir descendiendo hacia el sur, hasta casi llegar a la carretera, ya que antes seguimos una senda paralela a ella que nos sale a la derecha, en dirección suroeste.

Pasado 1,5 km llegamos al Rocódromo, donde junto a un chozo, hay varías vías en las altas rocas para practicar escalada. Desde allí, proseguimos hasta acercarnos al arroyo Valle Enmedio, continuando paralelos a él hasta llegar al aparcamiento del camping, donde comenzamos.

El remate de fiesta consistió en degustar una estupenda paella, precedida de una barbacoa, en casa de Jorge, haciendo que el día fuese redondo y la excursión se mereciera 5 estrellas.

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