lunes, 26 de marzo de 2018

Excursión X132: Cascadas del Purgatorio desde la Morcuera

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de la Morcuera

Final: Puerto de la Morcuera
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 13,7 Km 
Desnivel [+]: 639 m 
Desnivel [--]: 639 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 5

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Acostumbrado a ver las Cascadas del Purgatorio con su caudal siempre menguado en verano por el estiaje, tenía ganas de contemplarlas con mucha agua y tras las intensas lluvias y nevadas recientes, ésta era la ocasión.

Para no repetir la clásica ruta desde el Monasterio de El Paular, propuse hacerlo desde el Puerto de la Morcuera, mucho menos habitual. Desde éste montañero puerto hay tres formas de acercarse a las bíblicas cascadas, una siguiendo el GR-10.1 y posterior desvío para remontar el Arroyo del Aguilón desde el puente de madera, otra es seguir el Aguilón desde su nacimiento en las cercanías del Refugio de la Morcuera y la tercera siguiendo una senda alejada del arroyo por su margen derecha.

La primera ya la había seguido hace tiempo, la segunda es poco recomendable con tanta nieve como teníamos, además que obliga a cruzar el Arroyo Aguilón cerca de las cascadas, lo que no sería seguramente tarea fácil hoy. Por ello, optamos por la última opción, menos arriesgada pero más original.

Con esta idea, iniciamos la excursión en el aparcamiento que hay frente a la Fuente de Cossío, donde llegamos bien temprano sin que allí hubiese un alma, lo que unido a lo encapotado que estaba el cielo, la gran cantidad de nieve que tenía el puerto y la ligera ventisca que nos azotaba, parecía que hacer senderismo hoy por aquí fuera cosa de locos.

Convencidos, no obstante, de que iría a mejor nos pusimos en marcha caminado en dirección norte por el único sitio que estaba exento de nieve, la carretera M-611 que va de Miraflores a Rascafría. Pronto el frío y el viento hizo que se me congelase la cara, porque ingenuo yo, no se me había ocurrido echar ningún pasamontañas, lo que enseguida el compañerismo solucionó prestándome uno.

Tras recorrer 2 Km por la mencionada carretera, con un tramo coincidente con el GR-10.1 y PR-12, tras un par de curvas y muy cerca de su kilómetro 20, abandonamos tan cómodo camino para introducirnos en el repoblado pinar que surge a la izquierda tras cruzar una valla verde que impide el acceso a vehículos.

De las tres posibilidades de caminos que surgen, continuamos por el de enmedio, que en dirección oeste y después noroeste enfila hacia el Cerro Merino en suave pendiente. La nieve es abundante y hace lento el caminar, en algunos momentos nos cubre más de 20 centímetros, pero tenemos la esperanza de que al descender desapareciera.

Desde el cerrete, imperceptible por su poca altura, iniciamos una prolongada bajada, que en un kilómetro nos hizo descender 200 metros, hasta alcanzar un arroyo que vadeamos sin ninguna dificultad. Nos quedaba descender casi otros 100 metros por una desdibujada senda, ya sin apenas nieve para conseguir el regalo de poder contemplar la cascada alta a vista de pájaro, desde el imponente precipicio que el Hueco de los Ángeles ofrece en su lado este.

Costó mucho dejar de hacer fotos y vídeos de esta impresionante y oculta cascada, que arrojaba desde sus 15 metros de altura agua como nunca lo había visto hacer. Capturada en nuestras cámaras esta maravilla desde todos los ángulos posibles, al filo del precipicio, remontamos un poco la ladera para dar cuenta de los bocadillos sin tanto riesgo.

Tras el descanso, con excelentes vistas del cañón que el agua a labrado con paciencia a lo largo de los siglos, iniciamos el descenso hacia la cascada baja, bordeando con cuidado uno de los riscos que hacen de puerta de entrada a este lugar encajonado entre las dos cascadas.

Alcanzado el arroyo del Aguilón, nos acercamos a la plataforma de madera que hace de mirador de la más conocida de las cascadas, ya que la alta, como comentaba no se deja ver fácilmente. Tiene este segundo salto una menor altura, 10 metros, pero que al estar dividido en dos tramos, produce una sensación doble de grandeza y estruendo.

Tras bella estampa, descendimos por la senda que acompaña al arroyo por su margen derecha, disfrutando de los numerosos pequeños saltos y pozas, todo un regalo para la vista y el oído. Así hasta alcanzar el puente de madera que está situado a 1,5 km de la cascada, el punto más bajo del recorrido de hoy.

Cruzamos el puente para iniciar desde allí el regreso al Puerto de la Morcuera, del que nos separaban 8 km de distancia y unos 490 de desnivel. A bastante ritmo acometimos tan exigente ascenso, primero siguiendo una senda que remonta por la loma izquierda del arroyo y que a un kilómetro enlaza con el GR-10.1, por el que continuamos hasta el puerto, dejándolo sólo para una senda para recortar la única gran revuelta que existe en todo el trayecto.

Entretenidos con la nieve, cada vez más presente conforme ascendíamos entre pinos y algún que otro roble de gran porte, la grata presencia de varios arroyos que bajan de la Najarra y el recoleto refugio del Vivero, llegamos por fin a la fuente de Cossío, tras haber disfrutado de una original y preciosa ruta con nieve, agua y excelentes vistas que se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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