sábado, 6 de mayo de 2023

Excursión X407: Ruta del agua del río Sella y Barranco de l´Arc

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Sella. Alicante
Final: Sella. Alicante
Tiempo: x a x horas
Distancia: 13,4 Km
Desnivel [+]: 373 m
Desnivel [--]: 373 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 16

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Con tanto como se oye hablar últimamente de la Inteligencia Artificial, estaba intrigado por saber qué me diría ChatGPT si le pedía hacerme el resumen de esta ruta, y para mi sorpresa, esto es lo que me respondió:

Lamento informarte que existe una confusión en tu solicitud. El río Sella no se encuentra en la provincia de Alicante, sino en la comunidad autónoma de Asturias, en el norte de España. El río Sella es famoso por su popular descenso en canoa, conocido como "Descenso Internacional del Sella", que atrae a miles de participantes cada año.

Por otro lado, el Barranco de l'Arc sí se encuentra en la provincia de Alicante, es un cañón situado en la sierra de Aitana y es conocido por su belleza natural y su ruta de senderismo.

La ruta del Barranco de l'Arc es un sendero que permite a los excursionistas disfrutar de paisajes impresionantes, cascadas, pozas y formaciones rocosas únicas. El recorrido atraviesa un hermoso bosque mediterráneo. Es una experiencia emocionante para los amantes de la naturaleza y los aficionados al senderismo.

Esta respuesta me hizo ver lo mucho que se ha avanzando en la creación de algoritmos de lenguaje natural, pero también lo mucho que les queda por aprender, aunque afinando un poco más la pregunta, seguramente la respuesta hubiera sido también más acertada.

Porque aunque sea verdad que existe un río Sella en Asturias, muy famoso, no es menos cierto que hay otro en Alicante, que da nombre también al pueblo de Sella, situado en la Marina Baja, sobre un montículo entre los barrancos de "Tagarina" y "l'Arc". Estos barrancos dan origen al río Sella.

Sella es una población situada a menos de media hora de Villajoyosa y cerca del embalse de Amadorio y de otras poblaciones como Relleu y Orxeta. Está rodeada de montañas agrestes como son la "Peña de Sella", "Tafarmaig", el "Divino" y por supuesto la impresionante "Aitana".

Este carácter montañoso conforman el entorno ideal para la recogida de agua y su consiguiente canalización para el aprovechamiento agrícola y de la población.

A raíz de estas estructuras de acequias y balsas para acumular agua se crea la "ruta del agua", un agradable paseo recorriendo parte de esta ingeniería de fuentes, molinos, acequias y pequeños embalses.

Iniciamos la ruta con un espectacular día, soleado y sin nubes, pero no muy caluroso, ideal para caminar. Habíamos quedado en uno de los aparcamientos públicos habilitados a la entrada de Sella. Curiosamente, éramos mayoría de Pacos, lo que dio para hacer más de una broma sobre el tema.

Echamos a andar dirigiéndonos, en dirección oeste, por el Camino de Sella a Benimantell, hacia el Barranco de l´Arc. La ruta está señalizada con las marcas del sendero SL-CV 112.

Al final de la cuesta, pasamos junto al cementerio, a la izquierda, y a la derecha lo que parece un castillo restaurado convertido en chalet, llamado del Belga. Está amurallado y su interior está rodeado de grandes estatuas al estilo de los palacios de la Roma imperial.

Desde allí descendimos hacia el Barranco, rodeados de terrazas para el cultivo de almendros y otros frutales, aprovechando cada centímetro de tierra en las lomas de los cerros, como es habitual por toda la provincia de Alicante, lo que siempre me ha llamado atención.

Dejamos el camino para seguir por el que nos sale a la derecha, llamado de Alcántara o Alcàntera. Justo antes de cruza el puente, está a la izquierda la Font del Pi, en la que han pintarrajeado, de mala manera, que no es potable. De todas formas, poca agua manaba de su caño.

Pasamos al otro lado del puente de Alcàntera. El Barranco de l’Arc, estaba casi seco, y enseguida, unos metros más adelante, dejamos el camino asfaltado para seguir por otro de tierra que sube por nuestra izquierda, cerrado al tráfico por una barrera.

Es en este punto donde abandonamos momentáneamente la Senda del Agua para adentrarnos por el atractivo entorno del Barranco de l´Arc.

Nos esperaba una suave subida de 100 metros en 3 km, que luego se convertiría en bajada, al ser este tramo de ida y vuelta. Conforme ganábamos altura, mejoraban las vistas del barranco, con el puntiagudo Peñón Divino haciendo de faro en el horizonte.

Pasamos junto a varias casas en ruinas, una especialmente grande, que daba un toque romántico al paisaje. El sol acariciaba nuestras mejillas mientras caminábamos, y el canto de los pájaros acompañaba nuestros pasos.

Casi al final del trayecto, conectamos con una carretera asfaltada por la que descendimos hasta llegar al agradable entorno de la Font de l´Arc.

La fuente nace de una galería excavada por el hombre, cerrada por una doble verja, de la que mana el agua clara y transparente. Una inscripción indica que pertenece a la Comunidad de Regantes de Villajoyosa y una fecha. Año 1822.

Desde allí, contemplamos la imponente figura del Peñón Divino, que lo teníamos prácticamente encima de nosotros.

Su figura se recortaba en el horizonte, y su presencia me infundía un respeto reverencial. Fuimos varios los que sentimos un enorme deseo de alcanzar su cima, anotado queda para buscarle una fecha a la que seguro será una magnífica ruta.

Regresamos sobre nuestros pasos, con una ligera variante al comienzo, que pasaba por el lateral de una de terrazas de cultivo. 

Alcanzada la barrera donde nos desviamos, seguimos de nuevo por la carretera por la que discurre la Ruta del Agua, esto es, a nuestra izquierda.

A los pocos metros, alcanzamos el bonito rincón que conforman la Font d’Alcàntera, al que se llega tras descender por unas escaleras de piedra.

Ésta, también nace de una galería excavada, protegida con una reja, de la que sale un buen caudal de agua que discurre por varias acequias para regar las huertas a ambos lados del río.

Un poco más abajo, por un pequeño sendero sobre la acequia que sigue por el margen izquierdo del río nos acercamos a contemplar el Toll d’Alcàntera, una bonita poza de aguas turquesas que forma el Barranco de l´Arc.

En la pequeña área recreativa que hay al otro lado de la carretera paramos a tomar el tentempié de media mañana. Nos llamó la atención un cartel informativo que en su parte superior, protegido por un tejadillo, se ha habilitado una pequeña biblioteca para el intercambio de libros.

Acabado el descanso, reanudamos la marcha, una rústica señal en flecha nos indica que nos quedan 3,6 km hasta Sella, siguiendo el Camino de l´Ombria, una carretera asfaltada con ligera pendiente entre masías rodeadas de almendros y bonitas vistas del pueblo.

Tras pasar por una casa con un barco adornando su jardín, dejamos la carretera para seguir, a mano derecha por un camino de tierra, entre bancales, que desciende hacia el río Sella.

Antes pasamos junto a una casa y a continuación llegamos al Molíno de Álvaro, el único molino restaurado de los tres que quedan en pie en Sella.

Tiene un enorme estanque a modo de balsa de agua, que más parece la piscina de los propietarios del restaurado molino, reconvertido en casa habitada.

Unos metros más abajo, llegaremos al paraje del Salt, donde se unen el río de Les Voltes (o río Sella) y el río del Barranco de l’Arc, que viene desde Benimantell.

El paraje es muy bonito, sin embargo, la cantidad de acequias como la de la Alcàntera, que desvía el agua hacia la Balsa del Molino de Álvaro o aquellas que proceden del río Sella, hacen que el Salt esté seco y el agua circule exclusivamente por acequias, dejando el lecho del río sin una gota de agua en multitud de tramos.

Sólo en época de grandes aguaceros el Salt cobra vida de forma espectacular, como refleja alguna foto tomada en alguna de esas escasas ocasiones, en las que el río se desborda estrepitosamente por el borde de la presa, con gran estruendo al caer desde una considerable altura.

Pasamos junto a las ruinas del Molino de Dalt, antes de alcanzar la carretera de Sella, la CV-770, que viene de Villajoyosa y prosigue hacia Alcoy.

La cruzamos para continuar más cómodamente bordeando unas huertas, llegando de nuevo a ella a la altura del puente que le conecta con el núcleo urbano.

Sin pasar este puente, nos desviamos a la izquierda, bajamos unas escaleras y cruzamos el río Sella por el viejo puente (Pont Vell), situado justo al lado del otro.

Giramos a la izquierda para remontar el estrecho valle que el río ha labrado a lo largo de millones de años, ribeteado por una vegetación abundante y variada con predominio de espesos arbustos.

Por unas pasaderas de madera cruzamos en varias ocasiones el escaso cauce del río, atravesando la frondosa vegetación que en ocasiones medio cubre la senda.

Paramos a contemplar una gran poza y varios pequeños saltos de agua en el, cada vez más estrecho lecho del río, que nos obliga incluso a pasar por un paso por peldaños de piedra para salvar un angosto tramo, antes de alcanzar la Font Mayor.

Un lugar precioso con una impresionante balsa alimentada por un caño de agua, en la que se estaban bañando, no tardamos algunos en hacer lo mismo.

Antes, nos acercarnos a ver el área recreativa, que hay un poco más arriba, a la derecha de la gran poza. Tiene mesas, una fuente, una zona de acampada y barbacoas.

Después del refrescante chapuzón, volvimos sobre nuestros pasos, desviándonos hacia un sendero que sale a la izquierda, pasa junto a unas casas y conecta finalmente con la carretera CV-770.

Bajamos por ella, con bonitas vistas del valle, que se puede contemplar desde los panorámicos miradores que hay a la derecha de la carretera.

En la primera curva, paramos para agruparnos junto a una fuente con pilón y en la segunda, para contemplar el que durante muchos años fue el lavadero del pueblo, y como todos, mucho más que un lugar donde lavar la ropa, si no también de encuentro.

Con el invento de la lavadora, en 1901 y su posterior lenta popularización, en los años setenta, los lavaderos quedaron relegados a un segundo plano.

Está muy bien conservado y fue un placer contemplar cómo el agua lo surcaba de punta a punta. Un rincón cargado de historia.

Un poco más adelante llegamos al bar María, donde degustamos uno estupendo arroz que nos supo a gloria después de recorrer casi 13 km.

Su terraza tiene unas vistas impresionantes del valle por el que discurría la ruta.

Rematamos el día subiendo a ver la plaza mayor, donde se encuentra la iglesia, el ayuntamiento y el ¡bar Paco!, el que faltaba para echarnos de nuevo unas risas mientras todos los demás Pacos nos hacíamos una foto delante de él.

Tuvimos la suerte de que se celebraba la fiesta de las Paellas, en la que las diferentes peñas se reúnen para degustar la que allí mismo preparan entre mojitos, música y premios.

Nos unimos a la fiesta, bailando cada uno como mejor sabia, algunos con gran éxito entre las chicas del pueblo, que acabaron uniéndose a nuestro corrillo.

Algunos se quedaron allí, no sé hasta qué hora, el resto nos tuvimos que ir con pena, porque lo estábamos pasando genial, descendiendo hacia el aparcamiento, dando así por finalizada esta preciosa ruta, con final estupendo, que va a ser difícil de superar.

Ni que decir tiene que a la excursión le otorgo la máxima puntuación, 5 estrellas y coincido con ChatGPT en que es una experiencia emocionante para los amantes de la naturaleza y los aficionados al senderismo.
Paco Nieto

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