lunes, 1 de mayo de 2023

Excursión X406: Vía Verde del Serpis y Salto de la Fuente de la Mata

FICHA
 TÉCNICA
Inicio:  Lorcha
Final:  Lorcha
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 19,5 Km
Desnivel [+]: 472 m
Desnivel [--]: 472 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 22

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
La Vía Verde del Serpis discurre por el valle que las aguas del río Serpis han excavado creando un profundo y espectacular desfiladero a lo largo de millones de años, dando lugar a un abrupto paisaje en el límite entre las provincias de Alicante y Valencia.

La vía sigue el trazado del antiguo «Tren dels Anglesos«, ferrocarril que fue un elemento clave en el desarrollo de la revolución industrial en la comarca, comunicando las ciudades de Gandía y Alcoy.

Fue inaugurado en 1892, con el objetivo de poder comunicar de forma directa la floreciente industria de las comarcas de l’Alcoià y el Comtat, con el puerto más cercano, en la población de Gandía.

El tren, además de para el transporte de mercancías y materias primas, servía para llevar el carbón hasta las industrias de Alcoy, combustible indispensable para mover las máquinas de vapor.

La compañía encargada de construcción y gestión del ferrocarril, fue la «Alcoy and Gandia Railway and Harbour Company Limited», con inversores ingleses. De ahí que recibiera el nombre de «el tren dels anglesos».

El recorrido tenía 12 puentes, seis de ellos metálicos, uno de ellos de 139 metros, con 53 kilómetros en total, un desnivel de 530 metros y con paso final por la Safor, la Vall de Travadell y la Serra del Benicadell. Se construyeron siete túneles, aunque están numerados del uno al ocho porque el número tres, en Beniarrés, se hundió durante la obra, por lo que se mantuvo el número, aunque la galería no existe.

El ferrocarril funcionó durante 76 años. En la década de 1950, el tráfico de pasajeros se convirtió en una parte importante del negocio, sobre todo el de visitantes a la costa para disfrutar de la playa. En el año 1965, la línea pasó a ser gestionada por Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha, FEVE. Tras un tiempo más funcionando, se clausuró el servicio definitivamente en el año 1969, debido a su escasa rentabilidad, desmantelándose a continuación todas las instalaciones. Aquí mas información.

La Vía Verde del Serpis se extiende entre las poblaciones de Muro y Gandía, uniendo las provincias de Alicante y Valencia, con una longitud de 53,3 km, salvando un desnivel de 513 metros, en un recorrido que duraba unas tres horas y media.

Habíamos quedado en la pequeña zona de aparcamiento que hay junto a la que fue estación de Lorcha (L’Orxa), pero al llegar estaba completamente lleno. Un numeroso grupo se aprestaba a iniciar la ruta, luego nos enteramos que era por celebrarse todos los primeros de mayo una marcha al Barranco del Infierno.

Aparcamos un poco más abajo, cerca de la antigua fábrica de papel Raduán, que daba trabajo a cerca de la mitad del pueblo, cerró en 2001. Echamos a andar en dirección noreste, con un estupendo día, con algunas nubes que desaparecieron pronto.

Reunidos junto a la estación, nos hicimos la foto de grupo antes de iniciar el descenso hacia el río Serpis. Por encima de nosotros se encuentran las ruinas del castillo de Perputxent, de origen musulmán, construido entre los siglos XII y XIII.

La vía verde es amplia, no está tan acondicionada como la de Alcoy, pero se encuentra en muy buen estado.

Al poco pasamos junto al barranco de les Deveses, desde donde se tienen unas primeras vistas del río. Más adelante, en la otra orilla de rio divisamos las ruinas del Molino del Río, uno de los muchos que jalonan el Serpis.

Enseguida pasamos junto a las ruinas de la Caseta de Les Deveses, la primera de las cuatro que veríamos durante el recorrido. Estas construcciones daban servicio de mantenimiento a la línea férrea. 

Pasamos junto al Corral de Marín y el Barranco Fort, antes de llegar al el pequeño y agradable rincón donde se encuentra la Fuente de Boteros, un manantial de agua clara acabado en alberca que seguro en verano se convierte en una improvisada piscina en la que refrescarse.

Continuamos con el río Serpis a nuestra derecha y, tras una curva, comenzamos a contemplar en la otra orilla las ruinas del Molino d'Enmig (Molí d´en Mig), poco antes de llegar al primero de los cinco túneles por los que pasaríamos, el túnel de les Passeres Grans, de unos 125 metros de longitud y ligeramente en curva, por lo que desde su entrada no se ve la salida.

Más adelante, nos desviamos un poco a la derecha para ir a contemplar el Azud del Infierno (Assut de l’Infern ó del Forn), una represa de 2.5 metros de altura construida en 1894 para alimentar de agua un canal que tiene una longitud de unos 1.913 metros por 2 metros de ancho.

Formó parte de un proyecto para establecer, aguas abajo una fábrica de luz eléctrica, que quedó en desuso, y el canal cerrado por una compuerta.

Nos hicimos un montón de fotos en tan bello paraje, en el que el agua se desborda por el alargado muro formando una pequeña cascada, que resuena con estruendo al caer. 

Más abajo, en la otra orilla el divisamos el Molino del Infierno, también en ruinas, como los anteriores.

El río Serpis nace a los pies del Carrascal de la Fuente Roja, en esta parte inicial el río no suele llevar agua salvo en época de lluvias. En las proximidades de Alcoy se le une el río Barchell, de corriente continua ya que recoge parte del acuífero de la sierra de Mariola.

En este punto se le denomina Riquer y ya dentro de Alcoy, al final de la cuesta de Algezares, recibe al río Molinar, también de poco caudal, pero continuo, pues mana de la conocida Fuente del Molinar.

Desde aquí ya se denomina Serpis y, después de un recorrido de unos 74 km, desemboca finalmente en Gandía, poco después de recibir a su principal afluente, el río Vernisa.

Tras la siguiente curva, alcanzamos la Caseta del Depósito y a continuación el Depósito de agua, utilizado para para llenar las calderas de los trenes.

Los pasajeros aprovechaban para bajarse y estirar las piernas en tan bello paraje, con el río Serpis al fondo del valle.

Estábamos cerca de dejar el trazado de las vías del ferrocarril para descender por un camino a cruzar el rio Serpis por un puente. Al otro lado, se agolpaba una gran cantidad de gente que escuchaban canciones del folclore regional, habaneras y boleros, en el marco de la celebración de la XVIII ruta al Barranco del Infierno.

Aquí se encuentra la fábrica de la luz (Fábrica de l'Infern), una antigua central hidroeléctrica de 1895 que aprovechaba la fuerza del agua, procedente del azud que visitamos, para generar luz y que abastecía a las fabricas de papel de la comarca del Serpis. Está en un lamentable estado de ruina, como también lo está la Ermita de La Inmaculada, del siglo XIX, situada por encima de la fábrica. Una pena.

Aprovechamos la animada fiesta para tomarnos el tentempié de media mañana, mientras escuchábamos el amplio repertorio de canciones populares.

A partir de aquí estamos en el término municipal de Vilallonga, donde el valle se va cerrando, hasta convertirse en un precioso cañón, primero con huertas y cultivo y después más agreste.

Nos ponemos de nuevo en marcha y al poco, vemos los pilotes que sustentaban un puente de hierro, ya inexistente, por el que cruzaba el ferrocarril.

A los pocos metros, pasamos junto a la Caseta de la Garrofera, que hacia también de parada, y de la que solo quedan sus cuatro paredes. Pronto llegamos al segundo túnel de la ruta, el de la Garrofera, muy corto, de solo 34 metros de longitud.

Nos vamos acercándonos al Barranco de la Parra, pasamos junto a una casa en buen estado, que parece estar habitada, Villa Josefa figura en su fachada.

A pocos metros, justo antes de llegar a la Caseta de Morú, tras cruzar el Barranco de la Parra, nos desviamos a la derecha para ascender por una senda que nos lleva al Salto de la Fuente de la Mata (Salt de la Font de la Mata).

También hay otra senda al otro lado del barranco, pero al ser esa más corta, subimos por esta otra que deja el barranco a nuestra derecha y está señalizado como PR-42 con marcas blancas y amarillas.

El sendero tiene tramos de cierta pendiente y hay que estar atentos pata no seguir desvíos que salen a la izquierda.

Con magníficas vistas, la senda nos lleva a la base del precioso rincón donde el agua se precipita desde más de 40 metros formando un espectacular salto, acompañado de un atronador ruido.

Todo esto lógicamente cuando lleva agua el barranco, que desgraciadamente no fue nuestro caso, pues apenas un hilo de agua se dejaba caer por el precipicio. Tendremos que volver en época de lluvias.

Volvimos sobre nuestros pasos hasta retomar la vía verde, donde nos esperaban los compañeros que no subieron a contemplar el Salt.

Continuamos, dejamos atrás la Caseta de Morú y un poco más adelante el azud del mismo nombre, donde se llevaba el agua para la Fábrica del Racó del Duc, a la que se accede por un sendero que sale a la izquierda y que nos conduce hasta un puente de hierro que está cerrado por una puerta, debido a su mal estado. El río Serpis alberga seis azudes entre Villalonga y Lorcha: Reprimala, l'Esclapissada, Morú, Mare de Déu, Canales Altos y el de l'Infern.

Tras las fotos en el puente, recorremos de nuevo los escasos 90 metros que nos separan de la vía verde y continuamos por ella. Pronto pasamos junto a las ruinas de otra caseta, situada a la izquierda y después llegamos a otro túnel, ligeramente en curva, de unos 127 metros de longitud que tiene hacia la mitad una "ventana", suponemos que para dar luz y poder evacuar los humos de la locomotora.

Continuamos entre paredes de piedra y en el siguiente meandro del río, pasamos por el túnel de La Mina Larga, el más largo de la ruta de unos 250 metros de longitud, por eso tiene hasta tres ventanas o respiraderos que dan a la parte del río, proporcionando algo de luz y hacen de miradores con muy buenas vistas.

Por uno de ellos regresaríamos tras bajar al río para ver la fábrica La Mare de Deu.

Aunque el túnel es llano y sin obstáculos tuvimos que echar mano de linternas y móviles para andar por el largo túnel.

Al poco de salir, llegamos a la bifurcación que continua hacia Villalonga, por la que no seguimos, si no que giramos a la izquierda para acercarnos a ver a fábrica La Mare de Deu. Ésta toma su nombre de la Patrona de Villalonga. Justo antes de llegar al río tiene un pequeño monumento en memoria del hallazgo de la imagen de la Mare de Deu, la cual cuenta la leyenda que fue encontrada por un leñador, en una caja subiendo a contracorriente río arriba.

Este es un lugar apropiado para darse un chapuzón en época de calor, de hecho había un grupo de gente en su orilla que seguro se meterían. 

Nosotros, sin calor para eso, continuamos por el camino que hay junto al río hasta dar con uno de los respiraderos del último túnel, por el que subimos y nos metemos para iniciar el camino de regreso haciendo el mismo recorrido, pero sin subir de nuevo al Salt.

Al llegar al puente de la Fábrica de la Luz, continuaba la fiesta, con baile y más canciones populares. Escuchándolas, paramos a tomarnos los bocadillos.

La pena fue que las ansiadas cervezas fresquitas con las que soñábamos conforme nos acercábamos, se habían acabado. Una pena, porque ahora el sol sí se hacía notar y nos hubieran venido muy bien.


Tras el alargado descanso, iniciamos de nuevo la marcha hacia el punto de origen, en Lorcha. Por ser ahora todo subida y llevar el sol de frente, junto a la inexistencia de sombra, se nos hizo un poco más largo que a la ida.

En las inmediaciones de la abandonada estación de Lorcha, a los pies del castillo de Perputxent esperamos a los primeros en llegar para despedirnos y dar así por finalizada esta bonita ruta que bien se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

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