lunes, 23 de enero de 2023

Excursión X383: Por el Puerto de Navacerrada

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 9,8 Km
Desnivel [+]: 601 m
Desnivel [--]: 601 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta














PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Queríamos pisar la nieve recientemente caída en la Sierra de Guadarrama y pensamos que para ello, nada mejor que subir a Siete Picos desde el puerto de Navacerrada.

Conforme subíamos por la carretera hacia el puerto nos fuimos dando cuenta que nuestros deseos no se iban a poder cumplir. La niebla y el fuerte viento se hacían cada vez más presentes. Al llegar al aparcamiento, la visibilidad era muy escasa, había -7 ºC y ni rastro de la Bola del Mundo y de los valles sólo alcanzábamos a ver unos cien metros.

Pensamos que lo mejor era tomarnos un cafetito en el bar Dos Castillas mientras esperábamos al resto del grupo y según estuviera la situación, cambiar la ruta prevista por otra a menores cotas, donde la visibilidad sería mayor.

Había mucho trasiego de gente, la mayoría no demasiados preparados para la nieve, y eso que las pistas de esquí no las habrían hasta el día siguiente.

Una vez todos reunidos, decidimos bajar en lugar de subir. José Luis sugirió hacer una parecida a otra que realizó hace ya un tiempo, descendiendo el valle hacia Cercedilla.

Todos conformes y ya más calentitos, le seguimos hacia al aparcamiento de la venta por su extremo suroeste. Con bastante nieve, rebasamos un portón y enfilamos la Senda de la Helechosa, una amplia senda que transcurre paralela a un tendido eléctrico, y a la que parece da servicio. A nuestra derecha se alzan los riscos del Telégrafo y la incipiente ladera de Siete Picos.

El camino desciende con poca pendiente y poco a poco se va estrechando, dejando las vías del tren a la izquierda, al que oímos en sus constantes idas y venidas. Poco antes de alcanzar los dos kilómetros de descenso, giramos a la derecha, alejándonos del tendido eléctrico.

Tras una pequeña cuesta, nos introducimos en La Helechosa, nombre muy bien puesto dada la gran cantidad de helechos que, medio tapados por la nieve, vimos. 

Los pinos cubiertos de nieve nos trasladaron a estampas clásicas de Navidad que este año no habíamos podido contemplar.

En agradable paseo, cruzamos el arroyo Matasalgado sin dificultad, aunque llevaba bastante agua y se había formado algo de hielo. La niebla poco a poco se fue disipando y comenzamos a contemplar un cielo azul intenso que nos dejaba ver magníficas y amplias vistas de la Bola del Mundo y la Maliciosa. 

Al poco, alcanzamos la bonita pradera del Collado Albo, bello lugar donde el valle de Navalmedio da paso al Cóncavo de Siete Picos. Unos árboles caídos nos sirvieron de cómodos asientos para tomar el tentempié de media mañana al rescoldo del reluciente sol.

Tras el descanso, giramos a la izquierda para descender por la ladera hacia el este, en busca de la vía del ferrocarril, que cruzamos, para desde allí localizar la difusa senda que baja hacia la Mina de las Cortes de Navacerrada, aunque la dejamos a nuestra izquierda, sin visitarla en esta ocasión.

Con la senda ya mucho más evidente y sin apenas rastros de nieve, continuamos el descenso, ladera abajo, hasta alcanzar el Camino del Calvario, que cruzamos, para enseguida pasar por un puente de madera sobre el río Navalmedio.

Pasamos junto a la fuente de la Pradera de las Cortes e iniciamos el regreso hacia el Puerto de Navacerrada por el Camino del Calvario. 

No todos, porque algunos acortaron la marcha yéndose al Ventorrillo, aunque el ahorro del esfuerzo lo pagaron con un buen rato de espera bajo el frío hasta que bajamos con los coches a recogerlos.

El resto continuamos por la pista, donde volvimos a pisar nieve, hasta alcanzar el Regato del Puerto y un poco más adelante la estación de Navacerrada.

Por la muy nevada senda Arías, con los pinos cargados de nieve, llegamos de nuevo al Puerto, tras pasar junto a las ruinas de la casa de la familia Ochoa, que está cada vez más en un lamentable estado de ruina.

Sin tiempo para celebraciones, nos fuimos a recoger a los que esperaban, medio congelados, en el Ventorrillo y de allí, unos a comer a casa y otros a Casa Paco, en Navacerrada pueblo, dando así por finalizada esta excursión invernal que mereció 4 estrellas.
Paco Nieto

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