Final: Mogente (Moixent)
Tiempo: 4 a 5 horas
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,8 Km
Desnivel [+]: 449 m
Desnivel [--]: 449 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 15
Desnivel [+]: 449 m
Desnivel [--]: 449 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 15
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
RESUMEN
En esta ruta nos fuimos a Mogente (Moixent), al suroeste de Valencia, para subir a la Loma del Pedregal desde el embalse del Bosquet.
Aparcamos junto a la pequeña presa del embalse, que tenía poca agua y estaba completamente cubierta de maleza. El bello entorno adolece sin embargo de mesas o instalaciones que faciliten una estancia más agradable. Cuando estuvimos todos, nos hicimos la foto de grupo junto al pretil de la presa, que luego todo son prisas.
Iniciamos la ruta bordeando el pequeño embalse y, antes de completar el círculo, nos desviamos por una senda, dejando una fuente a nuestra izquierda, llegamos a la carretera por la que habíamos accedido, la CV-651.
A la derecha se divisan bancales de olivos y al fondo árboles que muestran su dorado traje otoñal.
La pista realiza una cerrada curva y en la siguiente la abandonamos por la senda que surge a la izquierda, de frente al sentido de la marcha que llevábamos.
Aquí comienza la escala de la Doncella, una senda con un desnivel apreciable que asciende con pequeñas trepadas que se realizan con el apoyo de cuerdas instaladas para facilitar la subida. Un divertido recorrido, nada aéreo, que pone a prueba nuestras fuerzas.
Pasamos junto a una pequeña oquedad en la empinada senda que bien puede servir como refugio en caso de necesidad.
Al primer tramo de cuerdas le sigue otro hasta alcanzar una zona más plana con pinos y aunque parezca que se ha terminado la subida, la senda continua en ascenso, ya más moderado, por la zona del Alt del Pi.
Las vistas que se van teniendo son cada vez más amplias. El brezo, en flor daba un bello colorido al entorno.
Los más adelantados paramos a esperar al resto del grupo al alcanzar el punto más alto del Alt del Pi (662m), después de que a una de las compañeras le diese un bajón en la subida.
Todos reunidos y ya repuestos del exigente esfuerzo, bajamos hasta encontrar la pista forestal del inicio, por la que luego regresaríamos.
Girando a la izquierda, seguimos por la pista un largo tramo de camino casi plano, que deja a la derecha un campo sembrado de cereales, sorprendentemente verde, en el Bancal de la Morera, hasta alcanzar un collado.
Dejamos la pista por un por un camino que sale a la izquierda y que al poco se termina, iniciando un ascenso a la derecha por la Senda del Vértigo, llamada así porque en su último tramo, poco antes de llegar a las antenas, pasa junto a unos acantilados con mucho desnivel, no aptos para gente con miedo a las alturas.
Pasamos junto a un mirador con banco metálico. Desde aquí se puede contemplar, si bajamos unos metros por la izquierda, a lo lejos, una pequeña oquedad en la que hay una virgen moreneta en lo que parece un altar con flores.
Al llegar a las instalaciones de las antenas, rodeamos la valla que las protege, junto a la que paramos para tomar el aperitivo de media mañana.
Más descansados, buscamos la pedregosa senda que sube hasta el vértice geodésico de la Loma del Pedregal, nombre que hace honor a su situación. Con una cota de 745m, es el punto más alto de la ruta y nos ofrece unas excelentes panorámicas del valle de Montesa, un corredor entre montañas, vía natural de comunicación entre la meseta y el litoral valenciano.
Hechas las inevitables fotos de rigor, regresamos sobre nuestro pasos hacia las antenas y una vez recuperado el camino encontramos la senda que en pocos metros nos lleva hasta la cova de Pates.
Aunque a la cueva hay que entrar agachados, enseguida su altura permite ponernos de pie para contemplar una amplia galería con alguna formación curiosa en forma de columnas, la pena es que ha sido muy expoliada y se han llevado gran parte de las estalactitas y estalagmitas que poseía. Existe a la izquierda una gatera que pasa a otra sala más grande pero de complicado y no recomendable acceso.
Salimos encantados de la cueva y retrocedemos para recuperar el camino y seguir por la vereda, que justo al llegar a las antenas, realiza un giro cerrado a la izquierda.
Esta sombreada senda, entre pinos y encinas, desciende hasta dar con el camino de Camp Redó, que seguimos a la izquierda, pasamos junto a una explanada donde los troncos de los pinos se amontonaban a ambos lados del camino y continuamos a la derecha hasta alcanzar una pista, que poco después nos lleva hacia la cova de L'Aigua.
Para ello, hay que desviarse del camino por una senda que pasa detrás de las ruinas de un corral, la Caseta del Camp Redó, que rodeamos por la derecha y siguiendo la senda, bajamos hasta la entrada de la cueva, más estrecha y recóndita que la anterior.
Pasados unos metros, permite estar de pie, descendiendo podemos ver, a la derecha de la entrada, los restos de una tubería, en forma de tres caños, que debía recoger agua del exterior.
Más abajo, a la izquierda podemos ver cómo se recoge el agua en un hueco de su interior, a modo de aljibe, incluso tiene instalada una piedra plana que tal vez sirviese para soportar el cántaro en el momento de su llenado.
Tras la visita, volvemos sobre nuestro pasos hasta alcanzar de nuevo el camino y al poco tomamos la senda que sale por la derecha en una curva a la izquierda del mismo.
Descendemos ahora por la Senda Pou Camp-Redó que nos enlaza con el camino del inicio, cuyo último tramo, recortamos, tomando un par de atajos a la izquierda, por empinadas sendas que nos evitan amplias curvas de la pista.
Solo nos queda seguir el camino que nos lleva hasta la carretera tras dejar por la derecha la senda de subida de L'escala de la Doncella.
Cruzamos la carretera y por pista remontamos hasta la presa del embalse del Bosquet donde habíamos aparcado los coches.
A los pies del embalse nos tomamos los bocadillos, algunos cómodamente en sillas y mesa, tras lo cual, la mayoría nos fuimos a tomar café a la terraza del cercano bar restaurante Pitxó, pasando primero entre otoñales viñedos.
Dimos así por finalizada esta esta entretenida y variada excursión con muchos alicientes que bien merece 5 estrellas.
Paco Nieto