sábado, 3 de febrero de 2024

Excursión X455: Sierra Helada desde Cabo Albir

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Albir
Final: Benidorm
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 16,2 Km
Desnivel [+]: 1.129 m
Desnivel [--]: 1.150 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 23

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Esta ruta consta de dos tramos, el primero casi plano para acercarnos al faro de Albir, suave paseo que nos permitió gozar de unas magníficas vistas de la Bahía de Altea y de la Sierra de Bérnia, y un segundo tramo de montaña, en el que recorrimos al completo el Parque Natural de la Serra Gelada (Sierra Helada), disfrutando de grandes acantilados y miradores naturales sorprendentes, combinando mar y montaña.

La Sierra Helada es Parque Natural de la Comunidad Valenciana desde el 11 de marzo de 2005, abarcando una superficie de 5.564 ha. Está formada por un impresionante relieve, que se alza abruptamente desde la planicie de Benidorm y Alfaz del Pi. La sierra da lugar, en su frente litoral, a espectaculares acantilados de más de 300 m.

Y para visitar uno de sus recorridos más popular, que lleva al faro de la Punta del Albir, salimos desde del aparcamiento de entrada al Parque. El camino discurre por la antigua carretera que llevaba al faro, por lo que es accesible para todo el mundo, con poca pendiente y muy bien señalizado.

Nada más comenzar a caminar, se encuentra, a la izquierda, una pequeña zona recreativa con mesas de piedra y una fuente al doblar la primera curva. A continuación, por la izquierda nos sale una senda que entre pinos lleva a la Cala del Metge, pero que no seguimos.

Continuamos hacia el faro, y tras otra curva, también a la izquierda, alejado unos metros del camino, se encuentra un primer mirador.

Está protegido por un muro de piedras y madera, desde el que se tiene unas vistas espectaculares de la bahía de Altea y Calpe con el Peñón de Ifach, majestuoso, alzándose en medio del mar. Detrás las montañas.

La sierra de Bernia, el Ponoig, Puig Campana, Cabeçó d’Or y la ciudad de Altea. Las fotos con tan incomparable fueron inevitables.

Continuamos, y un poco más adelante, tras otra curva a la izquierda, nos surge un segundo mirador, separado también unos metros del camino, justo antes de entrar en un túnel excavado en la roca.

Las vistas son análogas a las del anterior, mejoradas en la parte de la playa de Albir por efectos de la perspectiva. Un panel informativo detalla cada uno de los puntos de interés de la panorámica.

De vuelta al camino, pasamos bajo el túnel, divisando a la derecha una roca con curiosas incrustaciones, y que, según detalla un panel informativo, en realidad son fósiles de unos moluscos bivalvos, los condrodontos, ya extinguidos desde hace más de cien millones de años, y que vivían en el fondo marino que por entonces era esta sierra. eran organismos de aspecto similar a una anguila, con un cuerpo blando, pero con dientes en la cabeza.

Desde aquí, al fondo, divisamos nuestro objetivo, el faro del Albir, con los restos de la antigua torre Bombarda a su lado.

Seguimos avanzando y después de otra curva a la izquierda, nos sale una senda que desciende al Racó del Pallarés, una playa muy visitada en verano, y que dejamos para mejor ocasión.

Continuamos por el amplio camino, disfrutando de las vistas del mar, y tras unas cuantas curvas, a mano derecha, en la ladera de la montaña, divisamos a lo lejos la cueva del Bou o Boca de la Ballena, una cavidad producto del agua filtrada sobre la roca caliza.

Enseguida encontramos otra senda a nuestra izquierda que desciende a la playa, y que además permite visitar las minas de ocre y la Cala de La Mina, unos carteles hablan en detalle de estas minas, explotadas ya por los fenicios y romanos y que duró, después de varios periodos de abandono, hasta mediados de siglo pasado.

Desde aquí hasta el faro no queda mucho, pero antes, a pocos metros se encuentra un nuevo mirador, llamado Alfonso Yébenes Simón, en honor a este célebre ingeniero de minas y geólogo, muy vinculado a la investigación geología de este Parque, especialmente en el sistema dunar fósil y en su generosa divulgación científica.

Subí al mirador por la senda escalonada que sale a la derecha, con cierta pendiente, pero protegida con vallas de madera. Desde él se puede ver la parte de la sierra que da a alta mar, con sus impresionantes acantilados, por la que luego iríamos. 

Tras las magníficas panorámicas, seguimos el camino al faro, al que llegamos enseguida tras superar un cuesta. Desde las barandillas que rodea la instalación, aún en funcionamiento, tenemos 360 grados de impresionantes vistas.

Dicen que desde aquí con un poco de suerte se pueden ver delfines molares, que vienen a alimentarse alrededor de la piscifactoría que hay entre el faro y el peñón de Ifach, pero nosotros no tuvimos tanta suerte.

El faro de Punta Albir fue inaugurado el 30 de abril de 1863, restaurado en el año 2011, y ahora se utiliza como centro de interpretación de la sierra y el propio faro con paneles explicativos de la historia y funcionamiento del mismo, con imágenes e instrumentos de la época. Junto al faro se encuentra la torre Bombarda, torre vigía de 4 metros de altura, construida en el siglo XVII, que servía para avisar de los frecuentes ataques de los piratas berberiscos y destruida durante la guerra de la independencia.

Tras las fotos de rigor, regresamos por el mismo camino en plácido paseo hacia el aparcamiento de la entrada al Parque, pasando de nuevo por el túnel, aprovechando las fantásticas vistas de uno de los miradores para hacernos la foto de grupo.

A pocos metros de llegar a la zona recreativa de la entrada al Parque, nos desviamos a la izquierda para iniciar el ascenso al Alto del Gobernador.

La Serra Gelada es una pequeña alineación montañosa de orientación NE-SO que separa las bahías de Benidorm y Altea. Se caracteriza por su perfil asimétrico, que queda patente a lo largo de los 6 km de longitud. Su flanco SE forma una impresionante costa escarpada, mientras que el flanco NO muestra una vertiente mucho más suave, fuertemente diseccionada por la red de drenaje. El punto más alto es el Alto del Gobernador donde se sitúan antenas de radio.

El origen, tanto de la sierra como de los islotes Mitjana y de la Isla de Benidorm, es tectónico, probablemente del comienzo del plioceno. El acantilado está formado por materiales de diferente resistencia a la erosión, como areniscas calcáreas y calcarenitas, más resistentes, o margas más erosionables. Esto confiere al acantilado un aspecto característico, donde se alternan morfologías que suceden acantilados con taludes en un paisaje único.

Seguimos la senda que está bien señalizada, con postes a lo largo del recorrido, y marcas blancas y amarillas por tratarse de un sendero de pequeño recorrido, y que asciende 400 metros en 2,4 Km sin apenas tregua.

Conforme ganamos altitud vamos teniendo mejores vistas, cada vez más espectaculares sobre la bahía de Altea y Alfaz del Pi, cuando los pinos ofrecían un claro para poder verlas.

A un kilómetro del inicio de la ruta nos sale un desvío a la derecha hacia la antigua Cantera, que no seguimos. Un poco más adelante, en un quiebro del sendero, pudimos contemplar, a vista de pájaro, el enorme socavón que la cantera horadó a la montaña, hoy día reconvertida en área de recreo, con instalaciones infantiles.

En el muro vertical que ha quedado tras la explotación se ha instalado una espectacular vía ferrata de 60 metros de altura, muy utilizada para la iniciación y practica de rapel.

Tras el ligero descanso que nos dimos para reagruparnos, continuamos el constante ascenso al Alto del Gobernador, al que llegamos tras pasar por un pequeño collado, siguiendo las marcas que bajo la línea eléctrica de las instalaciones de radar y antenas de comunicaciones ubicadas en la cumbre, nos guiaban durante el recorrido.

Una vez superada la pendiente, alcanzamos la carretera que da servicio a las instalaciones de las antenas, que cruzamos para buscar el vértice geodésico que marca el punto más alto de Sierra Helada.

Está situado a 435 metros de altitud, ubicado en una de las esquinas valladas del recinto de las antenas. A poco más de dos metros del acantilado, por lo que hay que subir con mucha precaución y, desde luego, nunca un día de fuerte viento.

Desde el vértice, las vistas de la bahía de Benidorm, con sus esbeltos rascacielos y los acantilados precipitándose en el mar, son impresionantes. En sus inmediaciones y con esas vistas de fondo, paramos a tomar el almuerzo.

Tras las fotos de rigor, iniciamos el descenso, siguiendo la pista que recorre en dirección suroeste parte de la cresta de la sierra. Pasamos junto a un gran depósito de agua, que parecía medio abandonado, para luego girar a la izquierda, por un sendero marcado por un poste en el que se indica que la Cruz de Benidorm queda a 3,8 km.

Aquí iniciamos la parte más emocionante de la ruta, un continuo sube baja, que te hace perder el ritmo, pegados a los acantilados y miradores naturales sorprendentes, sin demasiadas complicaciones y en los que hay que tener cuidado para no acercarse en exceso, pero que acaban haciendo mella en las cada vez más cansadas piernas, 
tanto que dos participantes optaron por seguir por la pista que dejamos en cuanto vieron que algunas bajadas se complicaban un poco.

El resto superamos los collados y pasos que la ruta ofrece, algunos con nombre propio, como el Collado del Pardo, Paso del Garrofer, Paso del Segur, Paso de la Vella y Alto de la Montera, situado a 337 metros de altura.

Fue este último cerro el que acabó de agotar las piernas de otro participante, al que tuve que bajar de la mano, pero sin mayores consecuencias, afortunadamente.

Esto hizo que el grupo se partiera en dos, llegando los primeros al final de la ruta con cierta ventaja sobre los que nos quedamos a acompañar al perjudicado hasta el mirador de la Cruz de Benidorm, donde un taxi le estaba esperando para llevarlo de vuelta al aparcamiento de la entrada al Paruq, en Albir, donde habíamos dejado los coches.

El resto subimos a contemplar la Cruz de Benidorm, que curiosamente fue colocada en lo alto de un promontorio de las estribaciones de Sierra Helada en 1961, en una misión católica con el fin de redimir a la ciudad de su fama de "pecadora". Mide 14 metros de altura y el brazo horizontal alcanza los 7 metros.

Con el paso del tiempo ha pasado de ser un símbolo evangelizador a ser actualmente un icono turístico. En 1975 un temporal la hizo volar siendo sustituida por una nueva. Es visible desde gran parte de la ciudad.

Tras contemplar las magníficas vistas que desde ella se tienen, descendimos por la carretera hasta alcanzar el Rincón de Loix (Racó de l'Oix), donde recorrimos parte de su playa de Levante, en la que comenzaba a ponerse el sol, ofreciendo unas bonitas panorámicas.

La abandonamos, girando a la derecha para acercarnos a la avenida del Mediterráneo, en busca de la parada del autobús 10, que nos llevaría de vuelta a Albir, no sin antes comer, o mejor dicho, hacer una merienda-cena en el restaurante The 4 Kings.

Por las espectaculares vistas de esta sierra, plagada de vertiginosos cortados que se precipitan sobre el Mediterráneo, esta excursión se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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