lunes, 4 de marzo de 2019

Excursión X167: Cerro del Caloco

FICHA TÉCNICA
Inicio: 
Navas de San Antonio

Final: Navas de San Antonio
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 16,1 Km 
Desnivel [+]: 621 m 
Desnivel [--]: 621 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 5

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Los Calocos constituyen un macizo montañoso aislado formado por tres cumbres: La más alta y más oriental es el Cerro del Caloco (1562 m), hacia el norte, el Calocomediano (1433 m) y más al norte el Caloquillo o Tomillarón (1353 m). Constituye una elevación ubicada entre la sierra de Malagón y la Mujer Muerta o sierra de Quintanar, de la que algunos consideran una estribación, aunque claramente diferenciada por el curso del río Moros que la limita por el norte. Morfológicamente pertenece a la sierra de Guadarrama, con bloques de granito y matorral bajo ocupando sus cimas, mientras que en las laderas de umbría domina la encina.

Para conocerla nos citamos en la plaza de Navas de San Antonio, donde iniciamos la ruta saliendo del pueblo en dirección sur, pasando entre casa de granito para alcanzar enseguida el túnel que cruza por debajo de la carretera N-VI.

En la primera bifurcación, seguimos por la que nos sale a la izquierda en dirección sureste, iniciando una suave cuesta con la carretera a nuestra izquierda y una línea de alta tensión sobre el camino.

En la siguiente bifurcación, pasadas una charca, de nuevo seguimos por el camino que nos sale por la izquierda en la zona conocida como Carrascalejo, desde la que tenemos una vista completa de las tres cimas de los Calocos, a nuestra izquierda y a la derecha, la silueta de lo que queda de una torre del telégrafo, en el Alto del Castrejón, que formó parte de la línea de Madrid-Irún, que dispuso de 52 torres. Las más cercanas a ésta fueron la del Puerto del Alto del León (actualmente desaparecida) y que habría estado donde las antenas de comunicación militares actuales, y la de Villacastín, también desaparecida.

Superada la cuesta del Alto de Zamarra, descendemos ligeramente para después de atravesar un portón cruzar la carretera N-VI por su kilómetro 74, dejando una casa en ruinas a nuestra izquierda, continuando, tras pasar otro portón, por la senda que se dirige a la ladera sur del Cerro del Caloco.

Poco antes de alcanzar la Cañada Real Soriana Occidental, nos desviamos, para primero en dirección este y enseguida hacia el norte, ascender con fuerte pendiente a la cumbre del Caloco, mientras las nubes se hacían cada vez más presentes y disfrutábamos a nuestras espaldas de las vistas de la vega de El Espinar y su ermita del Cristo de Caloco, al pie de la N-VI.

Tras el esfuerzo de la empinada subida, poca recompensa tuvimos, pues la niebla apenas nos dejaba ver las antenas y caseta de su cima. Una pena porque desde sus 1562 metros es seguro que se tienen unas magníficas vistas de la sierra de Malagón, Mujer Muerta y cordal del Puerto del León-Montón de Trigo.

A resguardo del viento tras unas rocas dimos cuenta de los bocadillos, antes de iniciar el descenso por su cara noroeste, entre zarzas y matorral, hasta alcanzar el collado Entrecalocos (1285m), previo paso por tres muros de separación de fincas bastante marcados.

Desde el collado ascendemos junto a un muro lindero hasta alcanzar el Alto Calomediano, previo salto de otro muro, todos ellos sin mayor dificultad. En esta segunda cumbre nos hicimos la foto de grupo.

Ya sin nubes, continuamos por la cresta noroeste, descendiendo hacia el tercer cerro, pasamos una alambrada entre encinas antes de acometer la última subida, por suerte la de menos altura hasta alcanzar los 1353 metros del Tomillarón o Caloquillo, y a pesar de ser el de menor altura de los tres, está coronado por un vértice geodésico, accesible tras saltar la alambrada lindera.

Siguiendo la cresta, delimitada por un muro de piedras, descendemos junto a él en dirección noroeste, saltamos el muro poco antes de llegar a un depósito de agua y saltando otro murete de piedra entramos en el recinto de la Ermita de San Antonio, edificada sobre una de finales del siglo XVI.

Llama especialmente la atención su fachada barroca de granito, y rematada en una esbelta espadaña de doble cuerpo con una sola campana. En esta misma fachada podemos contemplar un buen ejemplo de esgrafiado típico segoviano. En su interior se encuentra una bóveda de media naranja de 1742 decorada con pinturas al fresco alusivas a los milagros del Santo. Tres retablillos neoclásicos adornan la ermita.

En el interior y junto a una escalera de madera que da acceso al coro, se halla un misterioso bloque de piedra, con inscripciones casi borradas, que, según parece, al pasar la mano con suficiente Fe, uno encuentra novio o novia. Misma tradición y poderes se atribuye al hacer sonar la campana en trece ocasiones.

Tras las oportunas fotos con la ermita de fondo, descendemos hacia el pueblo por la asfaltada carretera conocida como Camino de la Ermita, que en poco más de 3 kilómetros nos lleva junto a la iglesia de San Nicolás de Bari, tras dejar atrás el arroyo del Hondón y el Tanatorio. Es un templo de tipo salón, obra de la segunda mitad del siglo XVI, de estilo gótico tardío.

En el bar Centro, junto a la plaza de Conde de Finat, donde se encuentra el Ayuntamiento, nos tomamos la cervezas de celebración del final de ruta de esta bonita excursión que se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

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