sábado, 15 de junio de 2013

Excursión X029: Valle de la Fuenfría

FICHA TÉCNICA
Inicio: Las Dehesas. Cercedilla
Final: Las Dehesas. Cercedilla
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 18,5 Km 
Desnivel [+]: 649 m 
Desnivel [--]: 649 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Nueva salida con el grupo de amigos del polideportivo, esta vez a uno de los valles más paisajísticos de la Sierra de Guadarrma, el bonito Valle de la Fuenfría, rodeado de magníficos bosques de pino silvestre de gran valor ambiental y en el que existe una amplia red de sendas que discurren por el Valle para disfrutar de los múltiples rincones naturales existentes en esta zona.

Y para recorrer algunas de estas sendas, nos reunimos en el aparcamiento de las Dehesas, situadas al norte de Cercedilla, siguiendo la carretera desde la Estación.

Echamos a caminar en dirección al siguiente aparcamiento permitido, el de Majavilán, dejamos a la izquierda su piramidal fuente y nos internamos en el bosque girando a la derecha para seguir una senda que remonta con suave pendiente el valle en dirección norte, dejando el arroyo de la Venta a la derecha.

Cruzamos el arroyo de la Barranca y poco más adelante alcanzamos la Calzada Romana. La Vía XXIV de Antonino, el más conocido de los caminos romanos, que unía Titulcia con Segovia hace dos milenios. por el puerto de la Fuenfría y el valle de Valsaín. La obra romana, muy transformada por las grandes reformas que sobre ella realizó Felipe V en 1722, data de la época del emperador Vespasiano, que gobernó entre los años 69 y 79 d. C.​

Por ella continuamos el ascenso, cruzamos el puente de Enmedio y, con mayor pendiente, superamos el tramo final de la calzada haciendo caso de la lógica senderista, pero también de las numerosas flechas amarillas del Camino de Santiago madrileño, que hasta aquí se viene para atravesar el Guadarrama rumbo a la capital espiritual gallega.

Por él seguiremos, al ser el camino más directo para alcanzar el puerto de la Fuenfría, donde hicimos una parada para descansar y comer algo.

Este puerto, puede que sea la más importante encrucijada de caminos del Guadarrama, en él se esparce una notable concentración de los más variados monumentos y señales. Mojones del Real Sitio de Valsaín, señales de sendas, cuentakilómetros del camino de Santiago, homenajes a guadarramistas, con el aparente fin de entretener al caminante mientras recupera el resuello.

De allí, descendimos rumbo a Valsaín, adentrándonos en tierras segovianas por la amplia pista al otro lado de una barrera, que no es otra que lo que dejó la carretera de La República y que en este tramo vampirizó el trazado de la venerable vía romana hasta alcanzar la Casa Eraso.

Fue ésta una venta o casa de propiedad real en los alrededores del puerto de la Fuenfría destinada a albergar los descansos de la nobleza en sus viajes al palacio de Valsaín. Nada queda de su esplendor, más que un par de muros y un arco que asemeja una solitaria costilla.

Por mucho tiempo, el viaje al palacio de Valsaín desde Castilla la Nueva pasaba necesariamente por el puerto de la Fuenfría. Para mayor comodidad en los viajes reales, Felipe II encargó en 1565 a su secretario Francisco de Eraso la construcción de una casa para evitar a las personas reales el tener que descansar en la venta pública del puerto, de escasa seguridad e inapropiada para albergar a todo el personal de la corte.

La casa cumplió su función hasta 1768. En este año se finaliza la nueva carretera encargada por Carlos III, que partía de Villalba para llegar al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso que pasaba por el puerto de Navacerrada y se abandonaba por tanto el paso real por el puerto de la Fuenfría.

Este singular lugar inspiró oscuras leyendas de novela, en las que situaban el Convento de Casarás en esta casa, con tesoros escondidos y caballeros templarios, nacidas en un tiempo en que cruzar la Sierra era asunto de enjundia. Tanto que eran más los fantasmas y espíritus que los propios caminantes que se aventuraban por sus amenazantes trochas.

Tras contemplar tan mágico lugar, retrocedimos hacia el puerto, solo que para no repetir camino, lo hicimos por el antiguo trazado de la calzada romana y ahora conocido como cordel de la Sevillana y que discurre pocos metros más arriba de la carretera de la República.

Tras cruzar el arroyo de la Argolla y el de Minguete, llegamos al puerto y continuamos en dirección sur por la carretera de la República, ahora convertida en una amplia pista de tierra, llamada así por ser un proyecto de la II República, para hacer más accesible el paso a Segovia y que no llegó a terminarse a causa de la Guerra Civil.

Pasamos por el Mirador de la Reina, con espectaculares vistas de todo el valle, al poco alcanzamos la fuente de Antón Ruiz, situada al final de los escalones de piedra que surgen a la izquierda, en el cruce con el camino Schmid. En ella nos refrescamos antes de continuar por la carretera. Tras cruzar el arroyo de la Navazuela por un puente con protectores de piedra, y recorrer en suave descenso unos tres kilómetros, llegamos a la Pradera de Navarrulaque.

Es ésta quizás la pradera más afamada de la Sierra del Guadarrama, a causa de la celebración anual desde hace más de un cuarto de siglo del Aurrulaque, concentración festiva de montañeros y amantes de estas montañas.

En ella se localiza un curioso monumento de madera. Se trata de siete traviesas de madera colocadas en porción circular que homenajea a los guadarramistas pioneros y un poco más allá. el Reloj de Cela, erigido en 1995 en honor del ilustre escritor.

Siguiendo la carretera llegamos al Mirador de Vicente Aleixandre y Luis Rosales, el primero se construyo en 1985 al premio Nobel de Literatura de 1977 Vicente Aleixandre, un año más tarde se construyo un segundo mirador en memoria de Luis Rosales, poeta que se instalo en Cercedilla en 1961, en él existe un buzón donde poder dejar mensajes y con suerte, un libro para leer mientras se contempla Cercedilla y todo el valle.

Tras el largo descanso en los miradores retomamos la carretera, ahora en dirección norte, para continuar el descenso por el valle, cruzamos el arroyo de los Acebos y más abajo, en una cerrada curvas a la izquierda, el arroyo de la Navazuela, donde pocos metros más arriba se halla la hermosa cascada conocida como Ducha de los Alemanes.

Poco más abajo, cruzamos el arroyo de la Fuenfría y entroncamos con la Calzada Romana, desde la que descendemos siguiendo el mismo camino que utilizamos en la subida, hasta dar con el aparcamiento de Majavilán y a continuación el de las Dehesas, principio y fin de esta bonita excursión para conocer un poquito mejor el fabuloso Valle de la Fuenfría y que bien merece 4,5 estrellas.
Paco Nieto

FOTOS

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