miércoles, 15 de octubre de 2025

Excursión X538: Camino Francés. Etapa 21. Mansilla de las Mulas - León

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Mansilla de las Mulas
Final: León
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:19,1 Km
Desnivel [+]: 167 m
Desnivel [--]: 124 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 5

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Nueva escapada para continuar el Camino de Santiago Francés, salimos de Madrid, sin mucho madrugar, en dirección a Rabanal del Camino, destino final de esta nueva aventura.

Vamos cargados de ilusión y ganas por completar otras cuatro etapas, con alguna baja, que hace que solo cinco hayamos podido apuntarnos en esta cita.

En el amplio coche de Tere se va muy cómodo, con sitio de sobra para maletas y mochilas. Al llegar a Tordesillas, paramos en el bar-hotel Doña Carmen, junto al río, a tomar café. La siguiente parada fue en Castrillo de los Polvazares, a 15 km del destino.

Tras recorrer sus empedradas calles, nos fuimos al restaurante Cuca La Vaina a degustar un estupendo cocido maragato, fenomenalmente atendidos por Miguel Centeno, que a final de año nos dijo que se jubilaba.

En Rabanal del Camino nos estaba esperando el taxista que nos llevaría a Mansilla de las Mulas. inicio de nuestra primera etapa, la 21 desde el inicio el ya lejano Saint Jean Pied de Port.

Llegamos a Mansilla con tiempo de dar un paseo por el pueblo, una vez dejamos las maletas en el Hotel Rural La Casa de los Soportales, el mismo en el que estuvimos en nuestra escapada anterior de primavera.

Nos tomamos un café y unos dulces en la Confitería Cafetería Alonso y nos acercamos a la rivera del río Esla, con su puente medieval de fondo. Las nubes y la muralla realzaron la bonita puesta de sol que nos ofreció la tarde. 

Las murallas representan la mejor obra de fortificación medieval de la provincia de León, datan del siglo XII, época en la que Fernando II repobló la villa, allá por el año 1181.

Cada cuarenta metros tenía unas torres albarranas que comunicaban con un muro anterior, hoy desaparecido. De las murallas se conservan amplios fragmentos de tapial y varios torreones almenados. Junto a la Puerta del Castillo se ubica un impresionante Monumento al Peregrino, levantado en el lugar por ser Mansilla nudo de caminos, punto de unión entre el Camino de Santiago Francés y la Calzada Romana (o vía Trajana).

La localidad fue llamada «Mansella» o «Mansiella» por los romanos y el apellido de las Mulas le viene por las importantes ferias de ganado equino, caballos, yeguas, burros y mulas, que aquí se daban.

Nos acercamos a ver los últimos rayos de sol, enrojecidos entre las nubes, pasado el puente medieval. De vuelta, paramos a picar un poco en el Albergue El Jardín y nos fuimos temprano a la cama para acometer temprano la salida.

Al día siguiente, desayunamos en el albergue y con los primeros destellos del día nos pusimos en marcha mientras las calles se desperezaban del tranquilo sueño con el que se duermen.

Pasamos bajo el Arco de la Concepción, la puerta de la muralla, de las cuatro que hubo, que en mejor estado se conserva.

Llegamos a la Iglesia de Santa María, del siglo XVIII, y por la plaza del Pozo salimos de Mansilla por el antiguo puente de piedra, precedido de un cruceiro en el que nos hicimos unas fotos.

El puente, sobre el río Esla, tiene ocho bóvedas de cañón y una longitud de 141 m. Se trata de una obra medieval que data del siglo XII y que fue rehecha en 1573. Llevaba abundante agua.

Abandonamos Mansilla de las Mulas por un camino que parte a la izquierda de la N-601, bajo los colores otoñales de sus numerosos árboles. Un hito nos indica que estamos a 329,5 Km de nuestra meta.

A nuestra izquierda, campos de maíz de los que Ángel se hace con una mazorca. Al poco, sobrepasamos el desvío al monasterio de Santa María de Sandoval, conjunto monástico de arquitectura cisterciense del siglo XII, declarado monumento histórico-artístico, pero del que no quedan sino ruinas.

Este tramo es muy llano y recto. Poco antes de llegar a Villamoros de Mansilla, disfrutamos de un bello amanecer.

Este pueblo, a poco menos de 5 km de Mansilla, no es necesario cruzarlo, pero es una buena alternativa para evitar momentáneamente la carretera y su siempre peligroso arcén.

Un mural dedicado a los peregrinos nos sirvió de fondo para hacernos algunas fotos. Su parroquia está dedicada a San Esteban, obra del siglo XVI-XVII.

Fue encargada por Sebastián de Prado en 1790, como así figura en la leyenda que hay sobre el escudo que se encuentra encima de la puerta principal.

Ya de nuevo en la N-601, continuamos hasta alcanzar Un oasis en el Camino, un área de descanso con encanto donde poder tomar algo y hacer algunas compras, además de sellar la credencial.

Por una pasarela, entre árboles de ribera, cruzamos el río Porma, con bonitas vistas de su puente, que da paso a Puente de Villarente, perteneciente al municipio de Villaturiel.

La localidad toma su nombre de su puente de 17 bóvedas, que ya fuera nombrado en los textos del Códice Calixtino, donde es descrito como "enorme", uno de los más largos del Camino. Bajo uno de sus arcos pasamos.

Su iglesia está dedicada a San Pelayo. En el Museo de León se conserva una tabla del martirio de San Pelayo del siglo XV procedente de un retablo de la desaparecida iglesia de Villarente.

De claro pasado jacobeo, es conocido por haber promovido la primera «ambulancia para peregrinos». En realidad, esto tiene relación con una singularidad del antiguo hospital del siglo XVI, fundado por un canónigo de León, y que hoy ha sido reconvertido en un restaurante. Entre las disposiciones del hospedaje figuraba la de establecer como regla la obligatoriedad de tener siempre a punto una mula para trasladar hasta León a los peregrinos enfermos o impedidos.

A la salida de esta localidad, cruzamos la N-601 y continuamos por una pista que sale a la derecha.

Atravesamos un prado y el Canal de Arriola, antes de evitar la A-60 (autovía León-Valladolid) a través de un largo túnel que pasa por debajo de la carretera.

Entramos en Arcahueja por una zona recreativa con buena fuente y lavadero, con una inscripción indicando que hasta Santiago quedan 307 Km. Atravesamos Arcahueja por la parte posterior del pueblo, como era de esperar, por la calle Camino de Santiago, cruzamos la plaza del Peregrino, con una llamativa canasta de baloncesto incluida.

Un poco más adelante, pasamos junto al cementerio, que queda a la derecha. Retomamos la pista de tierra, que rodea, por la parte norte, el núcleo de Valdelafuente, acercándonos a contemplar su iglesia, dedicada a San Juan Bautista y San Mamés, y su hermosa fuente, junto a una zona de descanso.

En la cafetería Santa Fe paramos a tomar un aperitivo, con pincho de tortilla incluido. A partir de aquí, irremisiblemente se juntan camino y carretera, para iniciar un ligero ascenso al alto del Portillo, por una pasarela peatonal que salva esta circunvalación, desde donde nuestra vista alcanza ya toda la magnitud de la capital de León, con las torres de la catedral como faro.

Un suave y agradable descenso nos fue acercando a la ciudad, pasamos junto a la antigua iglesia de San Pedro, reconvertida en Centro de Interpretación de las Tres Culturas.

Cruzamos el río Torío por una pasarela peatonal, precedida de un antiguo lavadero techado y unos enormes maceteros.

A la derecha contemplamos Puente del Castro, del siglo XVIII, que da nombre al barrio, que nos dio la bienvenida y el acceso al casco urbano de León.

Unos restos testifican que hubo otro puente, sustituido a partir de 1778 por el actual, de estilo neoclásico.

Unas vieiras de bronce ancladas en el suelo nos marcan el Camino. Proseguimos por la avenida Alcalde Miguel Castañón, pasamos frente a la vistosa fuente de Santa Ana y llegamos a la plaza de Santa Ana. Junto a la iglesia del mismo nombre continuamos por la calle Santa Ana hasta la Plaza Mayor y finalmente la Catedral.

Tras el emotivo encuentro con la Catedral, sin duda una de las más bellas del Camino, fuimos a recoger las maletas al Hotel Spa Paris, aunque en realidad dormiríamos en 2H Living León, de la misma cadena.

Son apartamentos muy modernos, situados en la calle Fray Luis de León, con cocina, baño, gimnasio, jacuzzi y sauna que no desaprovechamos.

Comimos en el Bigote del Marqués, un restaurante cercano y tras acomodarnos en los apartamentos y disfrutar de un relajante baño y sauna, nos fuimos a dar una vuelta por el casco histórico de la ciudad subidos en el tren turístico que muestra los lugares más emblemáticos de esta histórica ciudad.

Quisimos terminar el día cenando en el mítico bar La Bicha, pero estaba cerrado, lo acabamos haciendo en El Altar, muy próximo a él.

De vuelta a los apartamentos, preparamos todo para el siguiente día, dando así por finalizada esta etapa que califico con 4 estrellas.
Paco Nieto

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