lunes, 4 de marzo de 2024

Excursión X464: Cascada del Covacho y Arroyo del Endrinal

FICHA
 TÉCNICA
Inicio:  La Berzosa. Hoyo de Manzanares
Final:  La Berzosa. Hoyo de Manzanares
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,2 Km
Desnivel [+]: 317 m
Desnivel [--]: 317 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 6

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Tras las últimas lluvias, queríamos visitar la cascada del Covacho para verla con mucha agua, al contrario de lo que ocurre en verano, que se queda con apenas un hilillo.

Nos reunidos en el aparcamiento del Parque de la Berzosa, situado al norte de esta urbanización perteneciente al término municipal de Hoyo de Manzanares, echamos a andar buscando la pista de tierra que sale a la izquierda, en dirección norte, que de frente va a dar a un depósito de agua del Canal Isabel II y que a la izquierda bordea una casa con cruces y otros artilugios fabricados con hierros.

Un poco más adelante, el sendero gira a la derecha y desdeñando un sendero que sale a la izquierda, con una burda señal de peligro de muerte pintada en una roca, continuamos de frente, hasta dar con el sendero principal que viene de Hoyo de Manzanares.

Entre berrocales graníticos, continuamos por la senda que bordea la finca Las Bóbilas, cercada por una valla metálica, continuando en suave descenso hasta alcanzar, entre encinas y jaras, el arroyo del Cuchillar, que apenas llevaba un hilillo de agua.

Pasamos junto a una de las torres de descompresión del canal de Navacerrada, y enseguida, entre acacias, fresnos, olmos y zarzamoras, fuimos a dar con el arroyo de Peñaliendre, éste con algo más de agua que el anterior, y un poco más adelante, en línea recta, con la bonita cascada del Covacho y el precioso rincón donde se ubica.

Nos recreamos durante un buen rato contemplando este bello salto de agua de varios metros y su poza de aguas cristalinas, incrustada entre el Cerro Lechuza y el Cerro Covacho, que producen las aguas del arroyo de Peña Herrera que nace, a poco menos de dos kilómetros de aquí, en la Sierra de Hoyo y que poco más abajo junta sus aguas con el arroyo de Peñaliendre para formar el arroyo Peregrinos.

Junto a esta pequeña cascada se encuentra un banco y una mesa de piedra, donde poder descansar a la sombra, escuchando el rumor del agua al caer de la cascada.

Con pereza, por estar en un sitio tan encantador, una vez hecha la foto de grupo, continuamos el camino, cruzando un largo lanchar inclinado, que con agua debe resultar bastante resbaladizo.

Giramos a la derecha, para continuar paralelos al arroyo de Peña Herrera un pequeño trecho, porque enseguida dejamos el arroyo para continuar por un sendero, entre jaras que va rolando suavemente hacia  la izquierda.

Al pasar por la falda de Cerro Lechuza, me superó el deseo de subir a esta peña, situada a 1124 metros de altura, que siempre he visto desde lejos, dejé al resto de compañeros continuar por el sendero mientras me apresuraba a remontar campo a través la loma que culmina en una gran roca, que a mi me recordaba a una enorme cabeza.

Descendí hasta dar de nuevo con el sendero, en la zona conocida como Hilo Blanco, plagado de jaras y arbustos de gran altura  y tras superar un cerrillo descendimos en busca del arroyo del Endrinal, que cruzamos sin dificultad porque apenas llevaba agua.

A su orilla paramos a tomar el aperitivo de media mañana, rodeados de jaras, encinas, arbustos y rocas plagadas de musgo.

Tras el descanso, continuamos el descenso por la senda Piqueras, que baja de Peña Covacha, hasta dar con el camino de Torrelodones a Moralzarzal, descendiendo desde allí en dirección sur hasta llegar al arroyo Peregrinos.

Al inicio del descenso, pasamos junto a una casa abandona, que nos queda a la derecha, donde según cuentan, apareció un hombre ahorcado, el lugar desde lejos no parece muy agradable que se diga.

Un poco más adelante, al arroyo Peregrinos se le une el arroyo del Cuchillar, creando un humedal, entre fresnos y chopos, con una gran charca de especial belleza, que contrasta con el siguiente tramo de la ruta, mucho más árido, y que en dirección sureste nos llevó, entre encinas jóvenes y matorral hasta las explanadas del Parque de la Berzosa.

Pasamos junto a unas lagunillas que en verano suelen estar secas, pero que hoy lucían una fina capa de agua que la hacían estar preciosas.

Al alcanzar de nuevo el aparcamiento, terminamos así esta agradable excursión xon el agua muy presente y una variada vegetación que bien se merece 3,5 estrellas.

En el restaurante de El Cerrillo de hoyo de Manzanares celebramos el fin de la ruta con un estupendo menú que puso el broche de oro a la plácida jornada.
Paco Nieto

FOTOS

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