domingo, 7 de septiembre de 2025

Excursión X532: Cabo de las Huertas con luna llena y eclipse total

FICHA TÉCNICA

Inicio: Playa de San Juan
Final: Playa de San Juan
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 7,5 Km
Desnivel [+]: 41 m
Desnivel [--]: 41 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 17

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Realizamos esta ruta por los alrededores de Playa de San Juan y Cabo de las Huertas para poder disfrutar de la luna llena y evitar de paso el calor que no cesa y que la de tarde-noche mitiga bastante.

Comenzaremos en la Playa de San Juan, justo enfrente de la Oficina de Turismo, con el objetivo de dirigirnos al faro del Cabo de las Huerta, para proseguir junto al mar hasta la Cala de la Palmera.

Con el cielo muy nublado, lo que auguraba no tener una buena visión de la salida de la luna, echamos a andar por el paseo marítimo de la Playa de San Juan, una alargada recta que de sur a norte va desde el Cabo de las Huertas hasta El Campello en algo más de 7 Km.

E paseo marítimo está jalonado con diversas esculturas:, la primera es "Niños jugando a pídola" o "Monumento a la infancia “. Representa a dos niños jugando a la pídola o saltando el potro.

La siguiente es "Madre con su hija" o "Monumento a la maternidad". Representa a una joven madre con su hija en brazos y por último, al final del paseo "Monumento a los jubilados”. Representa a una pareja de pensionistas disfrutando del horizonte con su mirada, quizás recordando toda una vida pasada juntos. Todas ellas fueron realizadas en bronce en 2004 por la escultora Carmen Fraile.

Cuando el paseo marítimo se terminó, en la salida señalizada como 30, proseguimos por la arena, acercándonos a la playa hasta alcanzar las estribaciones del Cabo de las Huertas, donde nos hicimos la foto de grupo con una de las últimas incorporaciones rezagadas ya con nosotros.

Continuamos por un sendero junto al mar, rodeamos el faro y proseguimos por el sendero que recorre la costa pegado a la valle metálica que delimita el paraje donde está situado el faro, una reserva natural de especies de plantas protegidas autóctonas. En estas 1,2 hectáreas se encuentra la Siempreviva Alicantina, planta que sólo crece en la provincia de Alicante, en ningún otro lugar del planeta.

Tras una bajada en pendiente, con estupendas vistas al mar y todo el entorno del Cabo, llegamos a la Cala de la Palmera, una de las pocas con acceso desde carretera, por eso suele estar muy concurrida, atraídos por su bonita playa rocosa en la que se estaban bañando algunos en sus aguas turquesas, hoy algo revueltas.

Procurando elegir los senderos más alejados del mar, alcanzamos la Cala Cantalar, una cala pequeñita de arena y rocas planas desde la que se tienen unas vistas preciosas de la ciudad de Alicante, aunque hoy algo deslucidas por las nubes, que nos impidieron contemplar sus habituales preciosas puestas de sol

Desde este punto iniciamos el regreso, ahora buscando los senderos más próximos al agua. Pasamos por playas bajo acantilados que suelen frecuentar los nudistas hasta alcanzar de nuevo la Cala de la Palmera, dotada de una fina capa de arena, que la hace muy atractiva para el baño.

Con las primeras luces de la noche, bordeamos el Cabo, pasando por lo que fue una antigua cantera, salpicada de rincones muy bellos provocados por la plataforma costera y el efecto del viento sobre las dunas fosilizadas.

Al poco, llegamos al pie del faro, una torre cilíndrica blanca de 38 metros de altura, cuya linterna cilíndrica, con cierre esférico de 1,75 m de diámetro, proyecta su luz a más de 14 millas náuticas

El Cabo de las Huertas establece una separación entre la Playa de San Juan y la Bahía de Alicante.

A su vez, la bahía de Alicante se encuentra delimitada por este cabo al norte y por el cabo de Santa Pola al sur. Unas bonitas vistas aéreas de todo lo recorrido se pueden ver en este vídeo.

Aquí, decidimos esperar la salida de la luna mientras nos tomábamos los bocadillos y algunos nos bañábamos. Lo bonito hubiese sido ver salir la Luna llena del mar, pero las nubes lo impedían y tuvimos que esperar un buen rato para verla brillar en el nublado cielo.

Con todo, asistimos a un espectáculo único: un eclipse total de Luna, debido a que la Tierra se coloca justo entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra sobre el satélite.

Durante el punto álgido del eclipse, la Luna adopta un tono rojizo muy característico, conocido popularmente como Luna de Sangre, por el color rojizo que adquiere la superficie del satélite, cuando este atraviesa el cono de sombra de la Tierra. Aquí vídeo de su evolución.

Ha sido uno de los eventos astronómicos más destacados del año. El último eclipse lunar total observable desde España -y también en gran parte del mundo- fue el 14 de marzo de 2025.

Aquella vez, sin embargo, en el este de la Península y las islas Baleares, la Luna se puso antes de que comience el eclipse total, por lo tanto, no fue visible en buena parte del país. El próximo será el 3 de marzo de 2026, en este vídeo nos lo explican.

Fuimos fotografiando las diferentes fases del eclipse, en las que la enorme galleta lunar parecía estar mordida por su esquina derecha superior, de más a menos, hasta volver a ser completamente circular.

Con tan bello espectáculo a la sombra del faro, continuamos el regreso por la Playa de San Juan, que ahora recorrimos junto al mar, esquivando las caprichosas olas que de vez en cuando intentaban mojarnos los pies.

Contemplamos, a la luz de la luna, uno de los dos nuevos puestos de socorrismo instalados en la playa en junio del 2023, obra del artista Antonyo Marest.

Su diseño recuerda a los icónicos puestos de socorrismo de las playas de Miami, buscando ser elementos diferenciadores e identificables que aporten un atractivo turístico añadido.

Con unas refrescantes cervezas contemplamos la Luna, ya llena de nuevo, en la terraza de los Cien Montaditos de Playa de San Juan celebramos el final de esta ruta costera, de bellas calas, astronomía y paisajes, que bien se merece 4 estrellas.
Paco Nieto

lunes, 25 de agosto de 2025

Excursión X531: Vuelta a La Granja y a la Pradera de Navalhorno

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: San Ildelfonso
Final: San Ildelfonso
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 16,6 Km
Desnivel [+]: 313 m
Desnivel [--]: 313 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 7

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Hoy 25 de agosto en la Granja de San Ildefonso celebran San Luis, patrón del municipio y por tal motivo encienden por la tarde 7 fuentes de los bellos jardines del Palacio.

Las otras fechas en que también se muestran estas fuentes son el 30 de mayo (San Fernando) y el 25 de julio (Santiago Apóstol).

Aunque el evento es gratuito, hay que sacar entradas, se disponen 5000 para este fin, por eso antes de las 10:00h, que es cuando abrían las taquillas, ya estábamos haciendo cola para obtenerlas y así poder comenzar la ruta que había preparado para pasar la mañana.

Daban hasta 5 entradas por persona, lo que aprovechamos para sacar también a otros compañeros que no iban a caminar, pero sí ver las fuentes.

Con las entradas en la mano, iniciamos la marcha descendiendo por la explanada del Palacio, realzado por dos torreones y en medio la Colegiala, franqueada por las dos secuoyas gigantes conocidas como el Rey y la Reina, plantadas sobre 1856 y cuentan con una altura de 42 metros, acompañadas por un cedro del Líbano también de gran altura. La perspectiva que se ofrece a la vista desde estos jardines es bellísima.

Nos dirigimos a la Plaza de los Dolores, presidida por su emblemática iglesia, con sus dos pequeñas torres laterales, donación de Isabel de Farnesio en 1764 a la Hermandad de los Dolores.

Se acabó en 1767. Templo barroco muy sobrio. Conserva en su interior la imagen de la patrona, la Virgen de los Dolores, realizada por el gran escultor Luis Salvador Carmona. La plaza estaba muy animada por los preparativos de las fiestas.

Tras cruzar la plaza, pasamos junto a la antigua iglesia de Pío XII, también llamada Iglesia del Convento o de Santa Isabel (siglo XVIII), con elementos propios del estilo neogótico, reconvertida en La Farm Studio, un espacio creado para desarrollar eventos particulares y de empresa.

Al poco, nos desviamos a la derecha para acercarnos a ver la cúpula del pozo de nieve. Fue construido en 1736 por encargo real para abastecer al pueblo, que se creaba entonces, fue sufragado por los vecinos con un impuesto especial.

Se rehabilitó en el 2011 como equipamiento cultural, dejando ver el pavimento originario de losas de barro, cubierto ahora por un suelo de cristal, y las paredes de piedra con una profundidad de más de ocho metros y una cúpula de cristal, que emula una gigantesca bola de nieve.

Al alcanzar la Plaza de Toros, continuamos por el sombreado paseo del Molinillo, junto a la tapia de los jardines para, dejando a la izquierda la urbanización Seo de Urgel, ascender por la empinada pista por la ancha pista de la cañada del Puente de las Merinas, que paralela al muro de los Jardines del Palacio, serpentea hasta alcanzar El Esquinazo, donde el muro gira 90º.

Durante la subida pasamos junto a la fuente Fría, unos metros alejada de la pista, a nuestra izquierda, y la de los Helechos, junto a la pista, también a la izquierda. Ambas con un hilo de agua saliendo de sus caños.

Al llegar a lo alto, en una pronunciada curva, dejamos la pista y nos desviamos a la derecha, pasamos un portón y a los pocos metros nos acercamos a ver la fuente del Esquinazo, de la que apenas salía agua.

Un poco más abajo, unas rocas proporcionan un excelente mirador con amplias panorámicas de la Granja y su entorno, en ellas nos hicimos la foto de grupo.

Mi idea era descender junto a la tapia hasta la fuente de la Plata, pero Carlos R propuso acercarnos mejor a ver la Cabaña del Pastor y evitar así la pronunciada bajada que hay por el sendero de la tapia.

Algo escondida, la cabaña ofrece un posible cobijo en caso de inclemencias, cuenta con una buena techumbre,  bancos y una mesa. Explorado el lugar, regresamos sobre nuestros pasos hasta dar de nuevo con el sendero que desciende al encuentro del arroyo Morete, no sin antes desviarnos a la derecha a ver la fuente de la Estrella, con agua, y un banco de madera situado en la vereda.

Una vez alcanzado el puente de madera sobre el arroyo Morete contemplamos un pino con un Cristo en su tronco con la inscripción "Yo soy, el camino, la verdad y la Vida".

Dejando de lado la Senda de los Carneros, continuamos de frente por un bonito sendero que pronto alcanza el Rincón del Abuelo, junto al puente de madera que cruza el arroyo de los Carneros, idílico lugar con el encanto del agua saltando entre las rocas bajo la sombra de los pinos.

Continuamos por el sendero, dejando el desvío que baja al encuentro de la fuente de la Plata a la derecha, hasta alcanzar el Camino forestal Majalapena, que enseguida abandonamos para continuar por un sendero junto a una acequia seca en la Tolla de los Guindos, que va a dar al arroyo de los Neveros y enseguida, al arroyo de la Chorranca, éste último con plataforma de madera que facilita su paso.

El fresquito de la mañana dio paso, con el sol, a algo más de calor, lo que unido a que ya pasaban las 12h, la pregunta que se hacían todos era ¿cuándo paramos para tomar el tentempié? y mi respuesta: ya falta poco para llegar a la Cueva del Monje, ahí pararemos.

Y efectivamente, al poco, tras alcanzar la pista que pasa junto a ella, enseguida nos desviamos para postrarnos bajo esta impresiónate roca, que a algunos le recuerda a un dolmen y a mi la boca de un tiburón.

Junto a este lugar de leyenda, a la sombra de unos pinos nos tomamos la fruta, frutos secos habituales, más unos bollos preñados de chorizo que Carlos R había comprado en la Granja y que estaban deliciosos.

Tras el descanso, continuamos por el sendero que frente a la cueva desciende hacia la fuente de los Guardas de la Cueva del Monje, con un caño del que botaba más agua de la esperada. El bonito sendero, plagado de helechos dorados por el sol, entronca con la pista que sube a la Cueva del Monje y acaba en el arroyo de Peñalara.

La mayoría lo cruzamos por el puente de madera que facilita su vadeo y, al poco, giramos a la derecha para continuar por una pista que cruza el arroyo del Prado y llega al Prado de Vega, pelada pradera, cruce de caminos, donde el sol se hacia ya notar.

Continuamos por la pista que sale en dirección sur, para al poco dejarlo por un sendero, a nuestra derecha, que cruza el arroyo del Miedo, y que al estar seco no parecía tener un nombre muy apropiado.

El sendero acaba en la carretera CL-601 que baja del Puerto de Navacerrada a la Granja. Con cuidado la cruzamos para alcanzar enseguida el aparcamiento del área recreativa de Los Asientos.

Aquí el calor era ya manifiesto y andábamos buscando las sombras de los árboles para evitar acalorarnos aún más. Por eso ahora la pregunta era: ¿cuándo vamos a llegar a la presilla para refrescarnos?. No faltaba mucho, pero es verdad que al tener el agua del Eresma tan cerca y no poder refrescarnos, impacientaba el ánimo un poco.

Tras la Vuelta de los Perales, pasamos por la curiosa fuente de Máximo y enseguida llegamos al puente de madera sobre el arroyo de Peñalara, bajo el Acueducto de Valsaín y el Puente de los Canales, que no es romano, como parece, sino que fue levantado en el siglo XVI bajo la dirección de Luis de Vega para llevar el agua al Palacio de Valsaín.

Frente al acueducto, un portón, da paso a una pradera junto al río Eresma y a la fuente del Cañito de San Pedro, que estaba completamente seca.

En la refrescante pradera, viendo nadar a los patos, paramos a dar cuenta de los bocadillos. Algunos, antes preferimos refrescarnos en la heladas aguas de la cercana Presilla de los Canales.

Tras el largo descanso, continuamos el camino, volviendo sobre nuestros pasos, para enlazar con el Camino de la Máquina, que nos deja en las primeras casas de la Pradera de Navalhorno. Pasamos junto a la casa de nuestra amiga Rosana, cruzamos la carretera CL-601 y callejeando buscamos la serrería que da paso al Sendero de los Reales Sitios.

Como el sol caía de plano, pocas sombras teníamos para mitigarlo entre los pinos y los robles, por eso aligeramos el paso, cruzamos el puente Negro sobre arroyo de la Chorranca y al poco el puente Blanco sobre arroyo del Rastrillo.

La pista asfaltada nos deja ante la Puerta de Cossio, situada justo detrás de la fuente Baños de Diana, hoy en día cerrada.

Bajamos un poco, y al poco nos desviamos a la derecha por un pequeño sendero que bordea la tapia de los Jardines, evitando así pasar cerca de la carretera. 

Continuamos por el Paseo de la Faisanera hasta llegar a la puerta principal de entrada a la explanada del Palacio.

En la terraza del bar la Chata descansamos un rato mientras nos tomábamos algo, antes de iniciar el segundo objetivo del día, contemplar el sucesivo encendido de las fuentes: La Selva, Neptuno y Apolo, el Canastillo, Ocho Calles, las Ranas, Baños de Diana y la Fama.

Con ello dimos por terminada esta larga y agotadora jornada, pero llena de alicientes, que bien merece 4,5 estrellas.
Paco Nieto

miércoles, 23 de julio de 2025

Excursión X530: Puesta de sol en Collado de la Mina

FICHA
 TÉCNICA
Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: x a x horas
Distancia: 11 Km
Desnivel [+]: 244 m
Desnivel [--]: 244 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: Sí
Valoración: 3,5
Participantes: 9

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Queríamos dar un paseo con los convalecientes del grupo y elegimos ver la puesta de sol por los alrededores del Alto del León.

Iniciamos la marcha ascendiendo por la antigua carretera del puerto a Peguerinos, que cada vez está más intransitable para los coches en el lado de Madrid, suponemos que desde hace años la han abandonado a propósito a su suerte y ya tiene baches que se tragan un camión.

Con algo de fresco, tras el bajón de las temperaturas, pasamos junto a un búnker muy bien conservado.

Es uno de los muchos que abundan en la zona, donde estuvo en la Guerra Civil la línea del frente que separaba las tropas franquistas, asentadas aquí, de las republicanas, situadas en la Jarosa.

A la derecha dejamos una cruz, de las pocas que quedan en pie de lo que fue un Vía Crucis, a poca distancia hay otra partida en el suelo. 

Le siguen las antenas de uso militar que coronan el puerto, pertenecientes a la Escuadrilla de Transmisiones nº 3 del Ejército del Aire.

La tercera cruz en pie se encuentra al final del recinto. Pasado un portón, continuamos por la carretera, acercándome a ver otro de los búnker, a la izquierda, muy cerca, usado como puesto de ametralladora.

Hay que tener en cuenta que el denso bosque que hoy circunda la zona, no existía por aquel entonces, gozando estos puestos de una amplia visibilidad de la que ahora carecen.

Pasamos junto a otras dos cruces caídas, y que por la maleza, pasan casi desapercibidas desde la pista.
Hay que conocer su situación exacta o buscarlas a propósito para dar con ellas.

Un poco más adelante, nos desviamos ligeramente de la carretera para contemplar la fuente de las Hondillas, construida con un amplio frente en piedra y a su lado un alargado pilón. Allí nos hicimos la foto de grupo.

Retomado el camino del Vía Crucis,  proseguimos en animadas charlas de reencuentro que nos ayudaron a ponernos al día de cada uno. Al llegar a un alargado banco de cemento, nos desviamos ligeramente a ala derecha para contemplar otra cruz tirada en el suelo.

Proseguimos, en moderada pendiente, con otra cruz tirada, hasta llegar, tras una cerrada curva, a lo que fue el altar donde terminaba el Vía Crucis.

Una enorme cruz, partida en dos es lo único que queda de él. Suponemos que fue derribada a propósito o por "causas naturales", aunque dada la envergadura y el estar construida con hormigón, sospechamos que fue por lo primero. Unas flechas de la Falange grabadas en su fachada pudieron contribuir también a ello. En total quedan 9 cruces de las 14 que debió tener el Vía Crucis.

Tras unas fotos, continuamos por la pista, llamada de la Mina, por conducir al collado donde, cerca, está situada la mina de wolframio que le da nombre.

Ahora la pista gana un poco de pendiente y se adentra entre pinos por la ladera de la Gamonosa, hasta alcanzar el Collado de la Gasca, dándonos una momentánea tregua la subida.

A nuestra izquierda se entreveía la plateada silueta del embalse de la Jarosa el Altar Mayor, del famoso Vía Crucis del Valle de los Caídos o Cuelgamuros y por su puesto, la enorme cruz distintiva del lugar.

Tras la larga cuesta, pasamos junto a la Cantera de la Mina, a pocos metros de alcanzar el cercano Collado de la Mina, antes llamado de la Cierva.

Pasamos la doble barrera que han instalado, una abierta y la otra fácil de levantar porque han roto la cerradura, y buscamos un claro a la derecha desde el que tener buenas vistas.

Aún quedaba un rato para la puesta del sol, lo que aprovechamos para dar cuenta de los bocadillos mientras contemplábamos su lento descenso crepuscular.

Unos chocolates de Pepa y unas magdalenas de Ara, en honor de Carlos R, que ha estas horas estaba en un sitio mucho menos bucólico (esperamos tu pronta recuperación), nos deleitaron la espera.

Fiel a su cita con la noche, el sol fue abrazando las montañas del horizonte, dejando un rastro de cielo enrojecido como señal de su desgarradora negativa a ocultarse.

Como en el fondo soy de ciencias, no tengo más remedio que quedarme con una explicación menos poética de este, no por cotidiano, espectacular fenómeno.

Se debe a la dispersión de la luz, efecto de Rayleigh, como consecuencia de la interactuación de la luz solar con las partículas de la atmósfera.

Cuando el sol está bajo en el horizonte, sus rayos deben atravesar una mayor cantidad de atmósfera antes de llegar a nuestros ojos que cuando está perpendicular, al mediodía.

La luz azul, con una longitud de onda más corta, se dispersa con mayor facilidad, mientras que la luz roja, con una longitud de onda más larga, viaja más directamente. Por lo tanto, al atardecer, vemos la luz roja y naranja que no fue dispersada, creando los tonos rojizos y anaranjados que tanto nos sorprenden.

Nos quedamos hasta los últimos rayos de sol, emprendiendo enseguida el regreso por el mismo recorrido que el seguido para llegar hasta allí.

La temperatura pronto comenzó a bajar y tuvimos que abrigarnos un poco, y eso que la loma de Cabeza de Líjar nos protegía del refrescante viento.

Poco a poco la noche fue cayendo sobre nosotros y sin luna, nos obligó a echar mano de los frontales y linternas, mientras a nuestra derecha las infinitas luces de los pueblos de Madrid y de los coches de la autovía A-6, antes de desaparecer bajo el túnel de Guadarrama, iluminaban la extensa planicie madrileña.

Antes de llegar al puerto, apagamos por un momento las linternas para intentar contemplar las estrellas, a ver si con suerte veíamos alguna fugaz procedente del paso de la Tierra por la cola de un asteroide, las Delta Acuáridas, una lluvia de estrellas que alcanza su pico máximo entre el 28 y el 31 de julio, aunque su actividad se extiende desde mediados de julio hasta mediados de agosto.

Las Delta Acuáridas son menos intensas que las Perseidas, pero aún ofrecen un espectáculo visible, especialmente en zonas con poca contaminación lumínica.

No tuvimos suerte, quizás por ser demasiado pronto, y continuamos el recorrido bajo el manto de las estrellas, que no por fijas, son menos preciosas.

Esperábamos poder llegar a tiempo a tomar un café al bar del puerto, pero por cinco minutos lo encontramos cerrado, aunque no hay café en el mundo que compense los minutos que dedicamos a la puesta de sol y las estrellas.
Paco Nieto

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